Gracias al cine se expresa una pulsión creativa, una idea, un sentimiento. Es a través de la cinematografía de un país que se evidencian los múltiples submundos que lo componen, donde se perciben las diversas realidades y los matices de los seres humanos. Es en el caso del cine latinoamericano que se comparte esta narrativa natural, tan propia, tan auténtica, donde se genera una crítica y reflexión frente a lo que pasa en la región; es gracias a sus variadas películas que vemos el contexto social de un país, donde cada quien busca tener una voz.

Siendo un cine que ha crecido potencialmente gracias a los fondos y festivales internacionales, ha subsistido gracias a estos y a la necesidad de realizar coproducciones con otros países, llegando al punto de ser reconocido mundialmente. Desde retratar el tema de la homosexualidad en diversas edades y exhibirla ante una sociedad conservadora, exponer el machismo de una forma tan sutil, contrastar violencia y arte y adentrarse en una comunidad que solo vive para trabajar e irse de festival, el cine latinoamericano reciente está dando de qué hablar.

Todos estos ejemplos recientes muestran la inspiración de los creadores en sus propias vidas, en sus propias realidades, a la vez que exponen estos microcosmos de una región tan extraordinaria y contradictoria como lo es Latinoamérica.

Esto no es Berlín (Hari Sama, 2019) – México

Con un impresionante plano inicial apocalíptico inicia la más reciente entrega del director mexicano. Inspirado en sus propias vivencias durante los años 80, se vive una atmósfera cargada de drogas, arte y rebelión, donde los personajes principales buscan una reivindicación con ellos mismos.

Estrenada en la última edición del Festival de Sundance y ganadora de dos premios en el Festival de Málaga, ‘Esto no es Berlín‘ retrata los inicios de una sociedad que alzó la voz para hacerse oír.

Temblores (Jayro Bustamante, 2019) – Guatemala

Esta película podría definirse en dos palabras: transgresora e impactante. Basado en una investigación que hizo el realizador en su país, la producción expone a una sociedad conservadora que no toma bien el hecho de tener otras preferencias sexuales distintas a las promulgadas por la religión católica.

Siendo una coproducción entre Guatemala, Francia y Luxemburgo, ‘Temblores‘ muestra la necesidad de un cambio en la mentalidad de la sociedad, mientras nos adentra en un entorno opresor que parece sacado de la ficción.

El despertar de las hormigas (Antonella Sudassi, 2019) – Costa Rica

Emancipación femenina, así se describe la ópera prima de la realizadora costarricense Antonella Sudassi. Siendo el machismo una tendencia cultural arraigada en los países latinoamericanos, la película se mezcla entre la ensoñación y la realidad para exponer la emancipación de una mujer que siempre lo ha dado todo para complacer hasta que llega al momento de decir basta.

La realización es una coproducción entre España y Costa Rica y ha estado presente en festivales de cine como Berlín y Málaga. La aportación de Costa Rica al cine latinoamericano reciente.

Somos calentura (Jorge Navas, 2018) – Colombia

El pacífico colombiano es una región donde además de violencia y pobreza, se vive también baile y sabor. Segunda película del director Jorge Navas que hace un retrato de esta población donde el arte se convierte en una forma de liberación del crudo ambiente.

Las escenas de baile, la cultura callejera y su poderosa estética hacen de esta película un referente de una de las zonas más desiguales de Colombia, pero a la vez, llevan al espectador en un viaje de resiliencia y lucha de ser alguien mejor.

Esto me guardando para cuando o carnaval chegar (Marcelo Gomes, 2019) – Brasil

Este documental es como ingresar en una burbuja. Trabajando todo el año en la manufacturación de cientos de jeans para luego gastarlo todo en ir al festival de Rio de Janeiro, esta comunidad de 40.000 habitantes del norte de Brasil demuestra que se vive feliz con poco.

Además de la particular historia, el reconocido director Marcelo Gomes va llevando el documental a través de sus recuerdos de infancia mientras envuelve al público en la cotidianidad enfrentándolo con el lenguaje cinematográfico y sus múltiples posibilidades de narración.

Divino amor (Gabriel Mascaro, 2019) – Brasil

Un futuro que parece no muy lejano enmarca la atmósfera de la tercera ficción del realizador brasileño que sigue potenciando una estética en base al neón. Siendo una realización entre Brasil, Uruguay, Dinamarca, Noruega, Chile y Suecia, la película expone el contraste entre la religión y el sexo, dos elementos que se entrelazan en la historia.

Divino amor’, que compitió en Sundance, nos invita a reflexionar sobre las interrelaciones e intersecciones entre la religión, la tecnología, el Estado y el amor en su faceta reproductiva.

Las herederas (Marcelo Martinessi, 2018) – Paraguay

El encierro, la represión, la desmotivación y la carencia de sentido. Así se vive ‘Las herederas‘, una historia sobre la metamorfosis y la necesidad de volver a sentir, amar, vivir.

Narrada de una forma sutil, esta ficción presenta una revolución interna donde, sin importar la edad, se tiene una nueva oportunidad en la vida de volver a empezar. La película tiene el apoyo de diversos fondos volviéndola una coproducción entre Paraguay, Francia, Alemania, Noruega, Brasil, Uruguay e Italia.

Un secreto en la caja (Javier Izquierdo, 2016) – Ecuador

Marcelo Chiriboga fue un importante escritor que perteneció al famoso boom latinoamericano pero que actualmente es poco conocido entre la región. A lo largo de entrevistas y de un material de archivo minuciosamente organizado la película nos va llevando por una delgada línea entre la realidad y la ficción, a la vez que hace crítica de un país que no tiene memoria y que es ajeno ante la literatura.

Otro ejemplo del bien cine latinoamericano reciente que llega desde Ecuador.

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