Finales de los años 50, Rachel (Virginie Efira) es una joven oficinista que ya arrastra el injusto y todavía vigente estigma social de ser una «solterona», o como se dice en ‘Un amor imposibleya queda para vestir santos. Vive en la pequeña ciudad de Châteauroux con su madre y su hermana. Inesperadamente conoce a Philippe (Niels Schnider) un joven traductor e intelectual de familia burguesa. De su breve, intensa y tensa relación amorosa, tensión provocada por los comentarios machistas y clasistas de Philippe (que serán una constante durante todo el filme) nace Chantal, una hija que Philippe se negará a reconocer legalmente debido a la clase social de Rachel y su ascendencia judía, algo que tristemente siguió muy presente en la Francia de la posguerra, en la Francia chic de los 60 y parece ser que en la actual también.

La crudeza de esta historia no ha hecho más que empezar y su directora, Catherine Corsini, directora con una filmografía que trata historias en la órbita LGTBIQ sabe como presentarla con una bella fotografía, con un tratamiento de la luz preciso, una escenografía cuidada. Aunque nacieras a finales de los 80 o seas un millenial sentirás que lo que ves te es familiar, creíble y verosímil, y además te sonará de tu madre, tu padre o tus abuelos. La técnica cinematográfica de la directora es perfecta y su habilidad como guionista lo es también para adaptar el crudo libro de la escritora francesa Christine Angot, autora también de L’Inceste, novela publicada en 1999 que narra una relación incestuosa con su padre, un tema recurrente en sus novelas.

Catherine Corsini nos presenta cuatro protagonistas, tres corpóreos (Rachel, Chantal y Philippe) y uno que se materializa en todas las personas, que flota, viaja, se mantiene y persiste insistentemente en el tiempo… El machismo y todos sus asquerosos tentáculos, bien representados en diferentes facetas de la personalidad de Philippe, el padre intelectual, cultivado, encantador… Una fachada de cristal nada opaco que deja ver su clasismo, su misoginia, su antisemitismo, su abandono, su sentimiento de superioridad por ser un macho. Hay que reconocer el buen trabajo del actor Niels Schnider para interpretar a este personaje.

Virginie Efira (Rachel) construye un personaje sólido, una mujer que ha sido rechazada, abusada y abandonada que no se deja amedrentar ni por la sociedad, ni por todos los estigmas que la pongan sobre sus hombros. Ella se los sacude y progresa socialmente, avanza, lucha contra la pedantería y la chulería envuelta en erudición de Philippe al negarse repetidamente a no reconocer a Chantal como su hija. Rachel no quiere nada de él ni como amante ni como padre, nada salvo lo que es justo para Chantal, que ella tampoco sea rechazada. Madre e hija ven perturbadas sus vidas por un prototipo de hombre que a día de hoy no ha sido repudiado, una muestra del peor modelo tóxico de hombre.

Un amor imposible‘ es dura, cruda y real, demasiado real, gracias a un giro de guion perfecto que trastoca y desgarra todavía más a nuestros tres protagonistas. A pesar de esto el filme da esperanzas. La actriz Estelle Lescure y la cantante y actriz Jehnny Beth interpretan a Chantal, la primera en su adolescencia, cuando conoce a su padre y lo idealiza, y la segunda en su juventud madura, cuando analiza todo lo que ha vivido (el análisis que le hace a su madre de una ‘industria’ bien asentada es certero, prestad atención).

Toda la aspereza e intensidad de esta historia está contada con unos recursos narrativos originales (ojo a como se leen las cartas) y una lenguaje visual único, marca Catherine Corsini, que es lírico y equilibrado. Las escenas de sexo transitan entre un terreno íntimo, bello y pictórico. Hay delicadeza en los cuerpos, las palabras y aún así ya podemos palpar algo oscuro, todo esto lleva a un sexo vulgar, duro y desagradable. Tiene esa intención la directora, que nos es otra que mostrarnos la mutación de una relación de pareja en algo tóxico.

Lo que veréis en ‘Un amor imposible‘ es algo a lo que no se puede dar la espalda. Está en nuestras vidas, en nuestras madres, amigas, parejas, abuelas, en nuestros padres, amigos y abuelos. El abandono, el rechazo, el abuso, machismo, soberbia, clasismo, la permanente sumisión de la mujer al sacrificio y al cuidado. Es necesario este filme, Virginie Efira como madre da el mensaje de que la vida de un mujer no se limita a la órbita de un hombre, que cualquier estigma social es para saltárselo y no vivir subyugada bajo él. Jehnny Beth transmite en el papel de hija ya adulta, con un fuerza arrolladora, que se deben combatir los abusos, sean de quien sean.

viñeta grafica de Un amor imposible

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