Spider-Man: Lejos de casa‘ es la nueva entrega del joven trepamuros bajo el paraguas de Marvel Studios tras su acuerdo con Sony para compartir los derechos del personaje. Jon Watts vuelve a la dirección del filme tras ‘Spiderman: Homecoming’ y se enfrenta a la difícil tarea de cerrar la fase 3 del MCU tras los hechos acontecidos en Vengadores: Endgame. Este «epílogo» de la saga del Infinito tiene sus particularidades, ya que no solo ata cabos sueltos del final de Endgame, sino que continúa la historia de personajes ya vistos en Homecoming y expande su microuniverso con nuevos personajes y situaciones que sientan las bases de una más que probable Spiderman 3. No es fácil manejar tantas partes móviles y conseguir que la cinta se sienta fluida y compacta, y quizás ese es uno de los principales problemas de un filme notable con picos de auténtica brillantez.

Un gran poder…

‘Spider-Man: Lejos de casa’ tiene dos secciones diferenciadas. Por un lado, una primera mitad focalizada en las vacaciones del insituto de Peter Parker (Tom Holland) y su relación con sus amigos/as, especialmente MJ (Zendaya). Esta parte del filme intenta ser continuista con lo cimentado en Homecoming, en el sentido de que no busca incrementar la escala de la secuela de manera inmediata. Quiere establecernos en terreno conocido y mantener las bases de este nuevo Spiderman. Y si bien la química se mantiene y ciertos elementos funcionan realmente bien (la interacción entre Peter y MJ, su amistad con Ned), creo que la película no sabe conjugar del todo tanto las dinámicas entre personajes como la trama principal, que está en un plano secundario en el primer acto para hacer acto de presencia en el segundo.

En su interés por mantener el tono ligero de la saga así como la participación de todos los personajes a mayor o menor nivel, siento que no todos reciben material lo suficientemente jugoso para que defiendan su participación en la película. Hablo especialmente de Ned. Entiendo que el director y los guionistas no quieran otorgarle el mismo papel de la anterior película, pero quizás han apostado por una subtrama demasiado repetitiva y que solo sirve como alivio cómico y excusa para ponerle en peligro. Me habría gustado que su trascendencia en la película fuera más allá del mero cliché. Estoy intentando ser sutil en mi forma de explicaros estos aspectos porque no quiero revelar nada importante de la trama, pero aquellos que la hayáis visto sabréis a lo que me refiero.

Por otra parte, creo que ‘Spider-Man: Lejos de casa’ busca constantemente torpedear los planes de Peter, hacerle tropezar y buscar todos los conflictos posibles (grandes y pequeños) para que el personaje mantenga su esencia, y aunque funciona durante gran parte del tiempo, creo que cierta subtrama con otro personaje de su instituto es demasiado tópica y facilona, no posee la fuerza que necesitaba. En su afán por introducirnos en una comedia romántica, ciertos tópicos funcionan mejor que otros, y me sobró alguna escena en su primera mitad que no era necesaria para desarrollar su relación con MJ. No obstante, curiosamente una de mis partes favoritas es precisamente aquella en la que Holland y Zendaya comparten plano.

Hay una química fantástica entre ambos, y no hay otra palabra para describirlos excepto «cuquis». Me gusta su torpeza a la hora de lidiar con sentimientos, disfruto con sus intercambios, tanto los sutiles como los obvios, y verdaderamente creo que han conseguido un equilibrio perfecto a la hora de desarrollar esta subtrama. Podría haber visto una película entera de ambos paseando y charlando. Hay inseguridad, miedo, barreras que intentan derribar, y observarlo en pantalla es mágico, porque tienen a dos intérpretes espléndidos aportando exactamente lo que necesita cada escena. El espíritu de John Hughes sigue presente.

Zendaya y Tom Holland en Spider-Man: Lejos de casa
Zendaya y Tom Holland en «Spider-Man: Lejos de casa». Fuente: Sony Pictures

…Conlleva una gran responsabilidad

Una vez las cartas se ponen sobre la mesa, la película se convierte en un entretenimiento de primer nivel con chispazos de auténtica genialidad. ‘Spider-Man: Lejos de casa’ tiene ambición suficiente para abrazar nuevos conceptos y sacar a Spiderman de su zona de confort. La película lidia con distintas ideas, siendo una de ellas el peso que implica ser Spiderman respecto a tu vida privada y cómo la ausencia de un mentor genera soledad y dudas. Peter a ratos siente que no está preparado para abrazar del todo su condición de Vengador, y la sombra de Tony Stark le persigue por donde quiera que va. Peter intenta ser la mejor versión de sí mismo equilibrando ambos mundos, como ya hiciera el Parker de Raimi en Spiderman 2, y aprende durante el camino que los sacrificios son inevitables, pero ante todo uno debe conocerse a sí mismo y abrazar su verdadera naturaleza.

Creo que el viaje de Peter en este filme es mucho más interesante que en la anterior porque es puesto a prueba de manera más pronunciada y sentimos cómo le afecta la situación en la que se encuentra. A este respecto, debo decir que Tom Holland es oficialmente el mejor Peter Parker que hemos tenido nunca en la gran pantalla. Es capaz de ser vulnerable en una escena, hilarante en la siguiente y carismático inmediatemente después. Entiende exactamente quién es su personaje y sabe dar un paso adelante cuando necesita que el peso del filme recaiga sobre él, pero también dar un paso atrás cuando otros personajes tienen que brillar. Es un actor versátil y sabe imprimirle inocencia a su personaje, aspecto clave para que Peter funcione a todos los niveles.

Y claro, donde hay un héroe, tenemos a un villano o antagonista. No quiero extenderme demasiado en este sentido porque quizás desconocéis la historia de Misterio, ya sea en cómics o serie animada, así que intentaré ser sutil aunque ciertas cosas se den por hecho. Quentin Beck, también conocido como Misterio, es un personaje interesante porque su mera existencia tiene una explicación coherente. La película nos regala información sobre el personaje de manera gradual para formarnos una idea acerca de su personalidad.

Por supuesto, el filme se guarda ases bajo la manga, cartas que no quiero desvelar, así que simplemente me limitaré a decir que Jake Gyllenhaal realiza una labor brillante a la hora de dibujar un personaje con presencia y carisma pero también aristas. Su despliegue de poderes es realmente asombroso y una de las secuencias de acción del filme en el que Misterio es protagonista me parece de lo mejor que ha hecho nunca Marvel a nivel audiovisual. Los poderes de Misterio son utilizados de forma ingeniosa, inesperada y original. Aunque la película no está continuamente arriesgando y su primera mitad es más conservadora, la segunda es mucho más atrevida y tenemos escenas realmente potentes que la hacen destacar por encima de su predecesora. A Jon Watts se le ve mucho más cómodo en esta segunda ocasión, y el aspecto visual está mucho más cuidado y conseguido. Y en cuanto a antagonistas se refiere, esta saga está acertando de pleno con su acercamiento.

Hemos tenido siete películas de Spiderman en imagen real, y mi opinión es que ‘Spider-Man: Lejos de casa’ está entre las mejores. Tiene problemas de estructura y fluidez en su primera mitad, y está claro que no estamos ante el Spiderman más clásico de los cómics, sino a una versión adaptada al universo que pertenece, el MCU. Pero creo que, cuando el filme acierta, saca la pelota del estadio. Le pierde su falta de equilibrio y ciertas subtramas no del todo conseguidas, pero termina por todo lo alto y deja la puerta abierta a una tercera entrega realmente ilusionante. Mientras recuerde en qué lugar se encuentra su corazón, esta saga estará en buenas manos.

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