
‘La mirada de Orson Welles‘ es un documental dirigido por Mark Cousins sobre la vida, la obra y los lugares de uno de los mayores cineastas de todos los tiempos. Gracias a la recuperación de su archivo personal y nunca antes visto, este documental nos descubre a Orson Welles, el hombre detrás del genio, como nunca antes se le había conocido: a través de sus propios ojos.
Orson Welles fue un coloso de la pantalla y de los escenarios del siglo XX. Sus películas como director y actor, como ‘Ciudadano Kane’, ‘Sed de mal‘ y ‘Campanadas a medianoche’, se encuentran entre las más grandes e innovadoras jamás realizadas. Era un genio que se codeaba con presidentes, hacía campaña a favor del progresismo y amó a algunas de las mujeres más hermosas del mundo. Frecuentó personajes como Picasso, Chaplin y Marylin Monroe, como una de las figuras culturales más famosas de los últimos cien años.
Pero hay un aspecto de su vida y de su carrera artística que nunca ha sido estudiado. Al igual que a Sergei Eisenstein o Akira Kurosawa a Orson Welles le encantaba dibujar y pintar. Como niño prodigio, se formó primero como artista. Pero un viaje en solitario a Irlanda a mediados de su adolescencia hizo que su carrera tomase una nueva dirección. Se abrió camino hasta los escenarios en el teatro Gate de Dublín, y a partir de ahí llegó de inmediato al estrellato. Sin embargo, Welles continuó dibujando y pintando a lo largo de su vida, para su propio placer, y su innovadora obra de cine y teatro estuvo profundamente influenciada por su imaginación gráfica.
Cuando murió, hace más de 30 años, dejó atrás cientos de bocetos de personajes, escenografías, esbozos de proyectos no realizados, ilustraciones para entretener a sus hijos y amigos, garabatos en los márgenes de cartas personales e imágenes de las personas y lugares que lo inspiraron. La mayor parte de esta obra había permanecido guardada desde su muerte, y buena parte de ella nunca se ha hecho pública.
Ahora, por primera vez, la hija de Orson Welles, Beatrice, le ha dado a Mark Cousins acceso a este tesoro de imágenes para hacer una película sobre lo que él descubra allí. Estos dibujos y pinturas son una ventana al mundo de Welles y una ilustración vívida de su creatividad y de su pensamiento visual.

‘La mirada de Orson Welles‘ es una película para el cine que evita las técnicas de los documentales convencionales de televisión. Con su conocida voz en off, Cousins presenta nuevos escaneados digitales de los diseños, y de animaciones hechas a medida para dar vida a la magia del mundo gráfico de Welles. Las animaciones son obra del diseñador gráfico Danny Carr. Estas animaciones están intercaladas con clips de las películas de Welles, grabaciones de las actuaciones de radio y entrevistas de televisión a Welles, así como encuentros con Beatrice Welles, que cuentan la historia personal detrás de las imágenes. Una partitura original del joven compositor norirlandés Matt Regan le da a la película emoción y expresividad. La música de la película es el famoso Adagio de Albinoni, un guiño al hecho de que Welles fue el primer cineasta que lo usó para una banda sonora de cine, en su adaptación de 1961 de ‘El proceso‘.
La película está narrada en tres actos centrales: Peón, Caballo y Rey, con un epílogo sobre el tema del Bufón. La secuencia de Peón analiza la política de Welles, su buena relación con la gente corriente, las imágenes que tratan sobre la modestia de los seres humanos: niños o personas decentes que no están en posiciones de poder. La sección Caballo analiza la obsesión de Welles por el amor, sus romances con Dolores del Río y con Rita Hayworth, y su apego quijotesco hacia lo que él mismo veía como ideales caballerescos pasados de moda. La sección del Rey analiza la fascinación de Welles por el poder y su corrupción, a través de ilustraciones que tratan de figuras como Macbeth, Enrique V, Kane y el mismo Welles: el aspecto épico de los seres humanos, los legisladores y los explotadores. El epílogo del bufón explora las imágenes de diversión o burla, con una intervención sorprendente del propio Welles.
Mark Cousins también se desplaza a lugares clave en la vida de Welles: Nueva York, Chicago, Kenosha, Arizona, Los Ángeles, España, Italia, Marruecos e Irlanda, para captar hermosas imágenes que resultan reveladoras y permiten ubicar las obras plásticas de Welles, y sirve para visualizar de manera dramática los momentos claves en la carrera y en la vida personal de Welles.
Cousins filmó la película con dos cámaras de mano, una pequeña cámara HD y una cámara 4K que ofrece un nuevo «estilo Steadicam» de seguimiento de encuadre sin la necesidad de grúas ni de plataformas. Es el tipo de tecnología que a Welles le habría encantado, y con el que solo podría haber soñado, ya que pasó toda una vida luchando con las limitaciones creativas y financieras de las técnicas tradicionales cinematográficas. Este estilo de rodaje refleja la inmediatez de los bocetos y pinturas de Welles en su compromiso inmediato con el mundo visual. Estas cámaras actúan como pinceles de Mark, lo que facilita un contacto directo, personal y táctil entre su mano y la imagen capturada / creada, sin la intermediación de técnicas y equipos de rodaje incómodos.
Al final, esta película de arte y ensayo es mucho más que los dibujos y las pinturas. Así como los cuadernos de bocetos de Leonardo Da Vinci muestran sus pasiones, sus cambios de mentalidad, sus pensamientos y sus ideas visuales, esta película es un encuentro con la imaginación de este gran artista, que alcanzó al cine, fue profundamente político, comprometido con interrogantes sobre el poder, el existencialismo, la memoria, el destino, la filiación, la psicología, el espacio y la luz. Estos ingredientes hacen de ‘La mirada de Orson Welles‘ no solo un retrato de un gran hombre, sino un relato del siglo XX y una meditación sobre la relevancia permanente de su genio en lo que Mark describe como estos tiempos «wellesianos».