
‘Déjame caer‘ es un retrato realista sobre la adicción a las drogas. Una película muy dura, como no podría ser de otra manera con el material que tiene entre manos. Es también un puñetazo detrás de otro directo a nuestro estómago, repartidos en dos horas y dieciséis minutos. Una muy buena película con unas interpretaciones magníficas que cuenta con un guion basado en hechos reales, que mezcla varias historias para componer la de Magnea, desde su adolescencia hasta la edad adulta, y cómo le afecta, durante todo ese tiempo, su relación con las drogas.
Todo en el filme es durísimo, desde los comienzos con las drogas de la protagonista con apenas 14 años, hasta su edad adulta, en la que la losa de la adicción aplasta cualquier atisbo de esperanza. Esta película islandesa, firmada por Baldvin Zophoníasson, es un drama de los que hay que ver en uno de tus días buenos, una montaña rusa con alguna subida e hilos de esperanza, pero siempre con caídas más fuertes.
Lo mejor de la película es cómo cuenta de forma profundamente realista el viaje a los infiernos que supone la adicción a la droga. En este sentido, la apuesta por introducir saltos temporales, de la adolescencia a la edad adulta y vuelta, consigue que lo peor del filme, su excesivo minutaje, no sea tan pesado y, además, nos genera más expectativas y nos atrapa.
Otro de los grandes atractivos de la película es cómo cuenta la relación entre Magnea y Stella. Un gran relato de amistad y amor que también sufre, y de qué manera, los estragos de la adicción. Una relación preciosa, pero horrible. Una conexión que nos lanza varios de los comentados puñetazos, seguramente los más certeros de toda la historia. Una trama que es de los más bonito y, a la vez, de lo más doloroso en ‘Déjame caer’.

La dirección de actores y las grandísimas interpretaciones de estos últimos son también dos grandes valores de la película. La joven Elín Sif Halldórsdóttir le ofrece a Magnea una verdad rotunda. Simplemente con la mirada fuera del coche al final de la primera secuencia de la cinta ya nos atrapa, y a partir de ahí viajamos con ella por el infierno mientras nos muestra su ternura y su dolor de forma brillante. Los padres de Magnea, sobre todo el padre en este caso, interpretado por Þorsteinn Bachmann, también bordan su retrato del pavor. Bachmann clava la cara de frustración, tensión e incapacidad de un padre intentando lidiar con un problema con el que parece imposible lidiar. Con él se nos cae el alma al suelo mientras vemos cómo un padre va perdiendo a su hija.
El director, Baldvin Zophoníasson, con una historia de este calado entre las manos, podría haber caído en señalar en exceso la dureza de la historia, o haber caído en el extremo opuesto y dulcificarla. Sin embargo, con el material tan delicado que tiene entre manos, consigue un punto medio que nos ofrece una historia durísima, como no puede ser de otra manera, pero que no cae en señalar en exceso las imágenes que contiene. De hecho, esta capacidad para mantenerse en un punto intermedio, junto por supuesto con la grandísima dirección de actores, y el propio trabajo del elenco, es lo que hacen que ‘Déjame caer’ sea un relato profundamente realista y una gran película sobre la adicción a las drogas.
Además, la dirección de Zophoníasson tiene detalles muy interesantes, en su capacidad para mantenerse en un punto medio sabe elegir los momentos clave que sí quiere señalar con su cámara. Hay planos que cuentan mucho con muy poco; como cuando vemos a Magnea viendo una película en casa de su madre y su novio, y todo el mundo a su alrededor se queda dormido mientras ella sigue despierta y las horas pasan. Y lo mismo sucede con otro plano desolador en el que una chica sufre una sobredosis tras una fiesta. Mientras el sonido recalca el caos que se produce alrededor de ella, la cámara se va fijando más y más en la propia chica. Es un plano aterrador, pero a la vez delicado que creo que define a la perfección el cuidado por su trabajo que ha tenido el director en esta película.
‘Déjame caer‘ es una gran película, durísima, solo apta para ver si antes sabes de qué va y conoces lo que te puedes encontrar. Si es así, llegarás a una gran historia que merece la pena ser vista, y a grandes personajes a los que merece la pena conocer. Además, gracias a su realismo, detrás de ellos podrás ver la tragedia de cualquiera con el mismo problema que Magnea o Stella, y ya no podrás salir de esta película sin conocer mejor su drama.