
El Festival de Sevilla 2019 ha quedado inaugurado oficialmente con unas primeras jornadas tan prometedoras como finalmente notables en su conjunto. Con las salas de la capital andaluza a rebosar y alguna que otra anécdota leve para el recuerdo (ese pase de ‘De repente, el paraíso’ con inicio retrasado y cambio de sala incluido por venta excesiva de aforo), varias películas consiguen sobresalir entre el resto.
Junto a ese destello nacional que todos ansiábamos y vivimos con la ‘Madre‘ de Sorogoyen, brillaron igualmente la rumana (con localización española) ‘La Gomera‘, la danesa ‘Reina de Corazones‘, la británica ‘The Souvenir‘ y la impoluta pero algo fría ‘Mr. Jones‘. En lo negativo quedan las decepciones de ‘El Joven Ahmed‘ por parte de los Dardenne y el ‘De repente, el paraíso‘ de Suleiman.
Asimismo el Festival de Sevilla 2019 sirvió de marco al anuncio de los filmes que competirán en la 32ª edición de los Premios del Cine Europeo, que tendrán lugar el 7 de diciembre en Berlín, y donde ‘Dolor y Gloria‘ de Pedro Almodóvar consiguió cuatro nominaciones, incluyendo mejor película.
Madre (España). Dir. Rodrigo Sorogoyen
Tan esperada como alabada a su paso por el Festival de Venecia, donde se alzó con el premio a Mejor Actriz para Marta Nieto en la sección Orizzonti, lo nuevo de Rodrigo Sorogoyen supone un pepinazo de salida como no se recuerda otro en los años más recientes del Festival de Cine Europeo de Sevilla. De autoría española, ‘Madre‘ no esconde ni su claro espíritu europeo ni su marcada influencia francesa, y no solo por estar localizada en el país vecino o hablada mayoritariamente en la lengua de la République. De una formalidad fantasmal que recuerda por momentos en la creación de ambiente a ‘Personal Shopper‘ de Olivier Assayas, la cámara flota y se arrastra por la pena de una Marta Nieto colosal en la eterna duda de un hijo perdido. Extraordinario el uso del mar y las olas como alma y espejo emocional del viaje protagonista. Como esa playa, esencial para el presente pero angustiosa para el recuerdo, Marta Nieto golpea, se calma, se desborda y se nubla al ritmo que le marca el guion (una vez más coescrito por Isabel Peña junto al propio Sorogoyen), pero sin perder esa voluntad de cariño y esperanza hasta cuando más rota está.
Más cerca de ‘Stockholm’ (su ópera prima) que de sus dos últimos thrillers, Rodrigo Sorogoyen muestra un gusto y un control esquisito del tiempo en escena, dejando respirar a la cámara tanto tiempo como sea necesario, pero sin perder en ciertas secuencias (ahí queda un plano en coche reminiscente del ‘Hijo de los hombres’ de Cuarón trasladado a lo contemporáneo del estilo móvil de puro Instagram) ese nervio que ya demostró en su anterior ‘El Reino’. Esencial para el conjunto la relación entre Marta Nieto y Jules Porier, con la que Sorogoyen gusta de recrearse convirtiendo (con gran ayuda de la banda sonora) lo que es una pesadilla en un mundo casi de ensueño donde el dolor promete desaparecer.
Si es que alguien aún quedaba por tomar a Sorogoyen como una realidad palpable del cine español actual, el madrileño aquí se ha doctorado a base de paciencia, tensión y un duelo inolvidable apoyado sobre la figura de una Marta Nieto que luce como nunca antes lo había hecho. Si esta no es una película Top 5 del Festival de Sevilla 2019, será señal de que hemos tenido un año sobresaliente.
De repente, el paraíso (Palestina). Dir. Elia Suleiman
Con la mención especial del jurado en el pasado Festival de Cannes bajo el brazo, la última comedia de Elia Suleiman prometía ser una de las grandes citas de estos primeros días. Con el conflicto y las diferencias sustanciales entre Palestina y Occidente como foco central, ‘De repente, el paraíso‘ apoya todo su peso en una comedia mucho más de reacción que de acción, donde casi todos los golpes aparecen mediante la mirada de un protagonista (el propio Elia Suleiman, pluriocupado en la labor actoral) que responde con miradas y gesticulaciones calladas a todo aquello que se muestra ante él.
Estructurada en tres grandes segmentos, la cinta viaja de Palestina a París para acabar en Nueva York, jugueteando de forma crítica con la presencia actual de la violencia en esos dos países occidentalizados, pero siempre exentos de lucir conflictivos, frente a la paz de una Palestina siempre maltratada por las apariencias internacionales pero que él retrata pacífica y cercana en lo rural. Si algo bueno se puede decir de la película es que conforme pasan los minutos y cambian los espacios va arañando interés, o al menos rasca alguna sonrisa, en el espectador. ‘De repente, el paraíso’ deja el gusto de ser una película más interesante y correcta en el planteamiento que en su soporífera realización, desperdiciando un mensaje políticosocial que acaba perdido entre humor ineficaz.
Pese a todo, lo nuevo de Suleiman es una de esas obras que acaban por entusiasmar a los jurados, colándose en el palmarés de forma rápida y firme. Si aquí está el Giraldillo de Oro, mal que nos pese a algunos, no habrá sorpresa alguna por mi parte.
El joven Ahmed (Bélgica). Dir. Jean-Pierre Dardenne, Luc Dardenne
Premio a Mejor Dirección en el último Festival de Cannes para los hermanos Dardenne, el retrato incisivo de un joven en Bélgica camino de la radicalización absoluta resulta ser tan correcto en las formas como rechazable en el fondo. Pegando la cámara al protagonista para narrar casi de primera mano ese viaje decisivo pero aparentemente fugaz, los Dardenne muestran una intención firme de escenificar de la forma más cruda y realista posible las consecuencias sociales de aquello que sucede en la mente del protagonista. Sin embargo, se quedan en la superficie del personaje, sin profundizar en los porqués ni en aquel entorno que le rodea, algo quizás defendible vista la ingenuidad preadolescente de quien se cree todo aquello que le cuentan sin rechistar.
Cuando a la cinta comienzan a pesarle los minutos, el guion marca un claro giro dejando entrever algo de esperanza en el letargo radicalizado del protagonista mediante la aparición de una joven (la revelación interpretativa de la cinta se llama Victoria Bluck) que parece sentirse atraída por el protagonista, dejando por el camino las secuencias más dulces, inocentes e identificables de la cinta. Algo que, pese a ser de una forma totalmente consecuente con el discurso de la cinta, con lo plausible del relato juvenil y con lo fugaz de la etapa adolescente; es tirado por la borda en un final cobarde que blanquea todo lo construido anteriormente. Si de algo me convence ‘El joven Ahmed‘ es de que el jurado de Cannes 2019 repartió los premios casi con el mismo peligro que vota un ciudadano en democracia: siempre de forma respetable, pero tantas veces de forma equivocada.
La Gomera (Rumanía). Dir. Corneliu Porumboiu
Estrenada también en Cannes, llega a la sección oficial del Festival de Sevilla 2019, la nueva cinta del rumano Corneliu Porumboiu, que se deleita en sí misma, construyendo una aparente estructura de thriller clásico que conforme avanza el metraje va involucionando para cederle el peso a una subtrama romántica, si es que se le puede llamar así a una relación apoyada en una naturaleza propia tan esquelética como especial en su formación de aquellos motores que hacen seguir caminando al personaje protagonista. Un oasis de fidelidad más propia de ese amor fou a lo ‘Cold War‘ que de un thriller repleto de mentirosos y corruptos.
‘La Gomera‘ también conquista por esa originalidad añadida a la trama que supone el uso de ese idioma silbado propio de la isla canaria que da título a la película. Algo que, pese a ser anecdótico, se torna esencial a la hora de convertir a la cinta en un ejercicio tan personal como disfrutable. Bastante más deficiente para aquellos que gusten del thriller puro clásico, la obra de Porumboiu si lo tiene todo para atrapar rápidamente a quienes gocen con las subversiones del género, casi ridiculizando las reglas del juego a la vez que se permite añadir un humor tan calculado como de aparente involuntariedad en momentos clave.
Magnífica también la selección musical escogida para acompañar a la imagen. Una propuesta ciertamente recomendable para aquellos que gusten de un cine de autor envuelto en la apariencia comercial, y mucho más para quienes además valoren las varias referencias (o incluso parodias) metacinematográficas con las que juega el autor sin el más mínimo complejo. Si algo queda claro es que Corneliu Porumboiu ha debido disfrutar como nunca rodando.
Mr. Jones (Polonia). Dir. Agnieszka Holland
Con la figura de Gareth Jones como protagonista, un joven periodista de cierto renombre tras su entrevista a Hitler en la década de los 30, la última cinta de la polaca Agnieszka Holland es un ejemplo perfecto de esa rigurosidad británica a la hora de filmar dramas históricos, dotándoles de una corrección formal sobresaliente. Pese a lo positivo de ello, es algo que sostiene y lastra por igual a ‘Mr. Jones‘, haciéndola lucir más en su apartado técnico y visual que en lo narrativo, con todo lo que ello supone.
Donde más destaca la cinta es en su solemne decisión de rodar el drama, la tensión y la deshumanización implícita de cualquier conflicto humanitario de la forma más cruda, desnuda de artificios y a la vez poderosa que podamos imaginar. Una Ucrania nevada de apariencia bellísima que en apenas un par de secuencias comienza a dejar sin respiración al abarcar la hambruna provocada por el plan para la industrialización soviética de Stalin. Un desierto de pureza blanca donde las vidas perdidas se acumulan en decenas a su paso por la cámara de una Holland que demuestra un gusto exquisito a la hora de no recrearse en el dolor, dejando un ejercicio visual que se funde de manera casi metafórica con ese lema periodístico que guía al protagonista para perseguir la única verdad existente de la forma más objetiva posible.
‘Mr. Jones’ es otra de esas películas que pese a su carácter de autor buscan, y quizás consigan con mayor facilidad de la esperable, conquistar a un público mucho más amplio gracias a su excelencia estética y a su popular reparto (no en vano, tienen papeles destacados dos ya habituales de Hollywood como Vanessa Kirby y Peter Sarsgaard). Forma parte de la selección EFA del Festival de Sevilla 2019.
The Souvenir (Reino Unido). Dir. Joanna Hogg
Si Joanna Hogg demuestra algo con ‘The Souvenir‘ es que va sobrada de confianza, de personalidad y de «verdad», si es que colocarle esa etiqueta de cine realista o naturalista puede llegar a significar algo. Siguiendo a una joven estudiante de una escuela de cine, la británica plantea el estudio de una relación romántica tan autodestructiva como verosímil en su desarrollo.
Tocando en las reflexiones, que proporciona mediante los diálogos, temas como el acto de la creación en sí mismo o la determinación necesaria en la ambición artística, Joanna Hogg crea un universo de suma elegancia narrativa y visual donde te invita a sumergirte por completo en la exploración interna de su protagonista, la singularidad de la propia cinta y en el reflejo tóxico, problemático y sincero de la adicción como bomba de relojería siempre dispuesta a estallar.
Pero si algo convierte ese disperso pero efectivo discurso de ‘The Souvenir’ en algo más que notable es su protagonista, Honor Swinton Byrne, que saca a relucir un encanto tan natural como apabullante. Un descubrimiento que parece sacado de una mezcla equilibrada entre la sencillez y elegancia de Claire Foy, la sobriedad de Vicky Krieps y (quizás ayudado por las propias similitudes de esta cinta con su obra) esa frescura de Greta Gerwig en ‘Frances Ha‘. Con una secuela ya en preparación, quizá lo nuevo de Joanna Hogg sea esa obra de culto que al final del Festival de Sevilla 2019 acabe quedándose en la memoria del espectador.
Reina de corazones (Dinamarca). Dir. May el-Toukhy
Elegida por Dinamarca para representar al país en la próxima edición de los Oscars, ‘Reina de Corazones‘ confirma por méritos propios el acierto que esa decisión supone. La cinta dirigida por May el-Toukhy es un estallido de esos que te dejan inmóvil en la butaca con cada decisión de guion. Con la llegada de un joven (hijo de la figura paterna de la familia protagonista) al domicilio como punto de partida, es el desarrollo de la relación con su madrastra lo que ocupará el grueso de la obra.
A medio camino entre lo enfermizo (y políticamente incorrecto) de mostrar una relación entre una mujer madura y un joven menor de edad, y lo mágico de un coming of age prácticamente inverso donde es el personaje de Trine Dyrholm el que parece volver a la libertad y efervescencia adolescente pese a estar mucho más cerca ya del medio siglo que de la veintena; ‘Reina de Corazones’ es una película de las que no se achantan lo más mínimo a la hora de abordar temas incómodos, conflictivos y explosivos para la audiencia.
A medio camino entre lo calculador de la ‘Perdida‘ de David Fincher y Gillian Flynn, la calidez del mejor coming of age francés o la frialdad emocional del ‘Sin Amor‘ de Zvyagintsev; la cinta es un estudio de personaje magistral cimentado sobre la figura de una actriz en estado de gracia como Trine Dyrholm, candidata por este papel a la Mejor Actriz en los Premios del Cine Europeo del próximo diciembre. Con tan solo dos días de festival es aún arriesgado colocarla en cabeza, pero sin duda aspira a ser una de las grandes candidatas al Premio del Público en el Festival de Sevilla 2019.