Por estas fechas es muy habitual ver las populares listas con las mejores canciones, libros, personajes del año, las noticias más leídas, lo más buscado en Google, pero seguro que estabas deseando leer ya los famosos rankings con las mejores películas de los últimos doce meses. Como ya es tradición en muchas publicaciones online que nos dedicamos a la información y opinión cinematográfica, ya tenemos preparada la temida lista con las mejores películas de 2019.

Este año, una selección de 12 colaboradores de Macguffin007 han sido elegidos para publicar en sus listas individuales aquellos cinco títulos que han considerado las mejores películas del año, con la condición de que hayan sido estrenadas comercialmente en España en 2019 (incluidos los estrenos limitados). Y como ya hicimos en los dos últimos años seguimos dando la posibilidad de incluir también películas estrenadas únicamente en plataformas de video bajo demanda (VoD) y en formatos de discos ópticos como DVD/BluRay. 27 películas en total han sido reconocidas en las listas realizadas por nuestros colaboradores entre las mejores del año.

Entre las doce listas realizadas y bajo un sistema de puntuación que otorgaría cinco puntos a la primera, cuatro a la segunda, tres a la tercera, dos a la cuarta y un punto a la quinta hemos elegido a la mejor película de 2019 (en caso de empate decidiría el voto de dirección).

¡Redoble de tambores!… Encabeza el ranking con 21 puntos y se proclama como Mejor Película de 2019 según la web de cine Macguffin007: JOKER dirigida por Todd Phillips. Fecha de estreno en España: 04/10/2019. Distribuidora: Warner Bros Pictures España.

Joker dirigida por Todd Phillips, mejor película de 2019 para Macguffin007

Consulta aquí el TOP 5 con las puntuaciones finales
  1. Joker (USA) de Todd Phillips = 21 puntos.
  2. Parásitos (Corea del Sur) de Bong Joon-ho = 19 puntos.
  3. El irlandés (USA) de Martin Scorsese = 18 puntos.
  4. Dolor y gloria (España) de Pedro Almodóvar = 15 puntos.
  5. Retrato de una mujer en llamas (Francia) de Céline Sciamma = 14 puntos.

A continuación puedes leer el TOP 5 de cada miembro del equipo que ha participado este año en la elección de las mejores películas de 2019. Y por supuesto, al final de este artículo nos puedes decir si estás de acuerdo o si echas en falta algún título.

Aprovechamos la ocasión para desearos un 2020 de cine, no sin recomendaros esta lista con las 40 películas más esperadas del próximo año. A punto de cumplir la web nueve años, de parte de todo el equipo mil gracias nuevamente por vuestro apoyo y complicidad.

RAÚL FABELOSERGIO CASTELEIRONAUZET MELIÁNJORGE R. TADEOJESÚS AGUILARJOSÉ FERNÁNDEZ JESÚS RUBIO FRANCISCO J. FERNÁNDEZ ALBA MENOROMAR DE PABLOANA GABRIELA BENÍTEZDANIEL LUCENA

1. Joker (USA). Dir. Todd Phillips

Nunca hubiera imaginado que una película de Todd Phillips llegara a ocupar algún día un puesto tan destacado en un ranking. Quién lo diría, una película basada en un personaje de cómic liderando una lista con lo mejor del año. Pues sí, el camino hacia la maldad de Arthur Fleck es brillante, extraordinario, inteligente y atrevido. Joaquin Phoenix en el mejor papel de su carrera, vulnerable y valiente, víctima y villano a la vez. Una obra maestra sobre las inquietantes consecuencias de la falta de compasión y empatía de las personas y un perturbador retrato de la enfermedad mental, que se erige a su vez como una contundente crítica social sobre cómo una sociedad podrida crea a sus propios monstruos. Un retrato psicológico grandioso que merece ser considerado como la mejor película de 2019. Un antihéroe que debería ganar el Oscar.

2. Parásitos (Corea del Sur). Dir. Bong Joon-ho

Su mezcla de humor negro, crítica social, sátira y suspense es característico de Bong Joon-ho, y sin embargo es difícil encontrar otra película de su filmografía o de otro director que se asemeje bastante a ‘Parásitos’. Lo que la película tiene que decir sobre la sociedad contemporánea es particularmente conmovedor. Una alegoría compleja y honesta sobre los retos a los que todos nos enfrentamos en un mundo donde la coexistencia es un ideal cada vez más difícil de alcanzar. Todos los personajes están bien construidos y se nota la solidez de su guion. Asimismo desarrolla con éxito el potencial subversivo inherente al thriller. Una obra maestra con mayúsculas que no ha pasado desapercibida desde que ganó la Palma de Oro en Cannes. Uno de los fenómenos cinematográficos del año.

3. El irlandés (USA). Dir. Martin Scorsese

Una película sobre la lealtad, el amor, la confianza y, al final, la traición, que supone el esperado reencuentro entre Scorsese, Robert De Niro y Joe Pesci después de 24 años. La mafia les ha vuelto a unir en un filme que sentimos ya como una despedida cinematográfica y que ocupa desde su estreno un merecido sitio dentro de la historia del cine para gloria de Netflix. ‘El irlandés’ es un impresionante recorrido a través del crimen organizado y las conexiones con la política de la época que cuenta con un ritmo preciso para retratar con pasión y minuciosidad las obsesiones de los personajes. Un trabajo fascinante a nivel técnico y narrativo con uno de los finales que más me han entusiasmado del cine reciente.

4. Green Book (USA). Dir. Peter Farrelly

A pesar de haber ganado en Toronto, el Globo de Oro y el Oscar a la mejor película, algunos «inlfluencers» de cine se empeñaron en restarle mérito a esta magnífica road movie por esa ceguera que les impide interpretar el texto en su contexto. El principal acierto de la película radica en su guion, plagado de unos diálogos ingeniosos en los intérpretes adecuados: Viggo Mortensen y Mahershala Ali. Basada en una historia real, nos encontramos a dos hombres que tuvieron que afrontar el racismo y a su vez reconfortarse con generosidad, amabilidad y humor. Más difícil que ser complicado es ser sencillo, algo que sabe muy bien Peter Farrelly, el cual construye un relato que funciona a la perfección, sin fisura alguna.

5. ¿Podrás perdonarme algún día? (USA). Dir. Marielle Heller

Estrenada en vísperas de los Oscars, el drama biográfico sobre la novelista Lee Israel no debería ser ignorado en listas como las que nos ocupan. La película de Marielle Heller fluye gracias a una trama sencilla, a unos personajes reconocibles y a una puesta en escena excepcional, donde destaca una exquisita fotografía que pone luz a las sombras de ese Nueva York oculto, polvoriento y literario. La química que desprende la relación entre Melissa McCarthy y Richard Grant en la pantalla es sencillamente memorable. La honestidad que transpira y la excelente construcción del guion la sitúan en un terreno poblado de pequeños guiños inteligentes y decisiones narrativas muy logradas. Todo respira verdad.

1. High Life (Reino Unido). Dir. Claire Denis

Si la persistencia retiniana provoca que el cerebro almacene las imágenes que vemos en nuestra retina por unos instantes, ‘High Life’ hace que sus encuadres, sus formas, sus horizontes queden grabados a fuego en nuestro interior: el plano detalle como escrutador del cuerpo, la dialéctica plano/contraplano llevada hacia otro lugar, el –tan de moda– género de ciencia ficción llevado a territorio desconocido, llevado hacia el agujero negro al que se dirigen sus mismos personajes; y, siempre, algo que se nos escapa, que no somos capaces de aprehender y que envuelve a las imágenes de Denis en un halo de misterio del que no somos capaces de desprendernos. Partir de lo visual para trascender lo sensorial: en ese intersticio en constante mutación se encuentra el cine de Claire Denis.

2. Fourteen (USA). Dir. Dan Sallitt

Paradójico cómo con tan poco puede conseguirse tanto: ‘Fourteen’ realza que el mejor cine, en el fondo, presta gran atención al movimiento de unos personajes-cuerpos que interactúan en los límites (y, más que nunca, limitaciones) del cuadro, y de lo que la cámara es capaz de captar. Y, en medio de todo ello, la vida: los cambios de pareja, las mudanzas, las discusiones, las citas, los encuentros entre amigos con el paso de los años… Un filme donde cualquier detalle, por muy nimio que se pueda antojar, emerge con gran importancia, porque es su simplicidad –que no facilidad– la que hace que cada momento, cada plano, sea de una trascendencia radical.

3. Ad Astra (USA). Dir. James Gray

‘Ad Astra’ es la lágrima que corre, tímida, por el rostro de Brad Pitt; es el gesto desaprobatorio, preocupado, de Liv Tyler ante la decepción; es el plano medio corto de un rostro al que se le acaba de notificar la posible existencia de su progenitor; es el espectro amado que se disuelve dentro del encuadre; es el travelling que sigue a Ruth Negga por el pasillo una vez cerradas las puertas; es el plano cenital de Brad Pitt intentando restablecer una comunicación mortinata; es el amor no correspondido de un hijo hacia su padre; es, en suma, la otra cara de los solitarios cuerpos ingrávidos de ‘High Life’ de Claire Denis.

4. Érase una vez en Hollywood (USA). Dir. Quentin Tarantino

Delicadeza y devoción a la hora de filmar los tiempos muertos, a apreciar los paseos en coche del desgastado Cliff Booth, los bailes en la mansión Playboy de Sharon Tate, sus caminatas por la calle hasta terminar en un cine fascinándose con su propia imagen, los entresijos del rodaje de spaguetti westerns… El cine como medio para cambiar la realidad vivida, aquella que estaban destinados a vivir los personajes de 1969, y ‘Erase una vez en… Hollywood’ como núcleo de una transformación, de una depuración, de ir un paso más allá en la filmografía de Quentin Tarantino.

5. An Elephant Sitting Still (China). Dir. Hu Bo

Cuatro almas perdidas que vagan por las laberínticas calles de una ciudad desértica, cuyas vidas están destinadas a cruzarse en el decurso de su propia infelicidad. Cuerpos apesadumbrados, filmados de manera angustiosa por una cámara que no ceja en su empeño por aproximarse de manera harto asfixiante a la tristeza que irradia de sus rostros, embotados por una malsana atmósfera grisácea que infecta interiores y exteriores de una metrópolis sumida en la miseria. Y, en el horizonte, una última esperanza: dejar todo atrás y emigrar a Manzhouli, como si el trasvase de cuerpos fuese a cambiar algo.

1. Hasta siempre, hijo mío (China). Dir. Wang Xiaoshuai

Una de las experiencias más desgarradoras y emocionales de este año cinematográfico. Un relato ambicioso a nivel narrativo pero intimista en su acercamiento estilístico. Una historia sobre el amor, la pérdida, la amistad, y cómo el contexto sociopolítico puede alterar una vida para siempre. Los sentimientos son tangibles, realistas, y el silencio define personajes que no necesitan verbalizar emociones porque su rostro nos cuenta todo lo que necesitamos saber. Pocas veces he visto una película que me encoja el corazón de esta manera y cree una huella indeleble en mi memoria. Jamás olvidaré las miradas de Yong Mei y Wang Jingchun.

2. El irlandés (USA). Dir. Martin Scorsese

Durante 10 años, Martin Scorsese buscó (sin éxito) un estudio que financiara esta película. Netflix le ha dado 150 millones y libertad creativa para plasmar su visión en la gran pantalla (y la pequeña), y nos ha regalado una de las películas más fascinantes del año. Una clase maestra de un director que demuestra estar en plenas facultades. Scorsese no cae en la autocomplacencia, ya que ‘El Irlandés’ deconstruye y reinterpreta el género que le ha llevado a la cima del séptimo arte. Un filme que pondera ideas sobre la vejez, el olvido y la soledad desde la sobriedad formal. El tercer acto de la película es un recital de narrativa visual, con un uso del silencio y el ‘in crescendo’ realmente admirables. Si Scorsese se jubilara con este filme, se trataría de un epílogo glorioso en una filmografía envidiable.

3. Parásitos (Corea del Sur). Dir. Bong Joon-ho

En 2019 se cumplen 100 años del estreno de la primera película surcoreana. Parece cosa del destino que precisamente este año ‘Parásitos’ sea la primera película del citado país que gana la Palma de Oro en Cannes. A lo largo de los últimos 20 años, Bong Joon-ho ha refinado su estilo y ahondado en historias de temática social, y todos los caminos parecen haber conducido a ‘Parásitos’, obra cumbre de una de las filmografías más estimulantes del siglo XXI. Esta película se establece en Corea del Sur pero su mensaje es universal, y por eso se ha convertido en un fenómeno a nivel global. Una cinta divertida, inteligente, incisiva, desconcertante y un testamento al cine de un país que se ha convertido, por derecho propio, en una de las potencias cinematográficas más importantes del planeta.

4. Historia de un matrimonio (USA). Dir. Noah Baumbach

Noah Baumbach es un director que siempre ha apostado por historias pobladas de personajes irritantes, llenos de aristas y neuras. A veces abraza el exceso y, personalmente, me resulta difícil conectar con algunas de sus historias. Pero en esta película deja el cinismo en un segundo plano, se abre ante nosotros y nos habla sobre el amor que no puede con todo pero que te acompaña de por vida, el baile de una llama en sus últimas bocanadas de oxígeno, una llama que amenaza con apagarse pero permanece con vida porque el fin del amor no mitiga recuerdos ni diluye el cariño de tiempos pasados. Y mientras una puerta se cierra lentamente, separando física y emocionalmente a Scarlett Johansson y Adam Driver, la música de Randy Newman resuena, deformando mi rostro mientras enjugo mis lágrimas y me recompongo a duras penas. Porque el cine va sobre eso: sentir.

5. Joker (USA). Dir. Todd Phillips

Tras abandonar la sala de cine, y durante unos 10 minutos, ‘Joker’ hizo algo que pocos filmes han conseguido: dejarme desarmado. Recuerdo caminar torpemente por el centro comercial mientras intentaba asimilar lo planteado por Todd Phillips, y sentirme incapaz de articular palabra. Es una de las experiencias más viscerales que he vivido en un cine, y todo se debe a la labor del citado Todd Phillips y a un antológico Joaquin Phoenix. ‘Joker’ se introduce bajo tu piel y te infecta con su personalidad, con sus ideas. Y asistes a un festival tan hermoso audiovisualmente como terrorífico a nivel narrativo. Porque vivimos en un mundo de locos, y ese Gotham no está tan lejos de nuestra realidad. Porque la maldad nace de muchos lugares, y este descenso a los infiernos me ha hecho sentir frágil e indefenso. Y cuando el cine consigue golpearte de esa manera, ha triunfado.

1. Parásitos (Corea del Sur). Dir. Bong Joon-ho

Pocas veces se genera un consenso inmediato entre la crítica y el público, y menos habitual aún es que esto lo provoque una obra procedente de Corea del Sur. No es casual sin embargo que el artífice de tal logro sea Bong Joon Ho, cineasta que conjuga un nervio narrativo propio del mejor cine comercial con una superdotada inventiva y una probada habilidad para inyectar envenenadas dosis de crítica social en sus sofisticados juguetes genéricos. Perfecto reparto, vibrante crescendo dramático y nada obvio discurso sobre la lucha de clases. Una Palma de Oro incontestable y probablemente la mejor película de 2019.

2. Joker (USA). Dir. Todd Phillips

Mucho se ha dicho de la inmensa interpretación de Joaquin Phoenix y de la habilidad de Todd Phillips para trascender las fronteras del género de superhéroes construyendo sobre sus cimientos una pertinente parábola sociopolítica. No obstante el verdadero éxito de ‘Joker’ es que funciona a muchos niveles y, aunque sus notas políticas pequen a veces de superficiales, se erige sobre todo en fascinante estudio de personaje, atmosférico viaje al infierno del trastorno mental y notabilísimo filme de orígenes de DC (el encuentro con el joven Bruce Wayne es pura dinamita). Su brillante banda sonora potencia además esa constante sensación de desasosiego que convierte al filme en una de las experiencias del año.

3.  Midsommar (USA). Dir. Ari Aster

Tras la impactante ‘Hereditary’ se esperaba con grandes expectativas lo nuevo de Ari Aster. La controversia acompañó al estreno de un filme incómodo pero con una hipnótica capacidad de sugestión procedente de un guion que explora los rincones más oscuros de la mente humana y de una cuidadísima puesta en escena que convierte la luz, el color y los espacios abiertos en un sorprendente portal al terror. Magnífica interpretación de Florence Pugh.

4. Sorry We Missed You (Reino Unido). Dir. Ken Loach

El tándem Loach-Laverty volvió a remover conciencias con la historia de un repartidor que trabaja como falso autónomo para una compañía que apenas le ofrece seguridad laboral. Loach esquiva esta vez el buenismo y la obviedad, y se apoya en un excelente reparto para componer un sentido homenaje a la lucha por la dignidad de miles familias que sobreviven a los abusos del sistema. Probablemente lo mejor del director desde ‘Sweet Sixteen’.

5. Dolor y gloria (España). Dir. Pedro Almodóvar

El autorretrato de un maestro que se repliega ante sus creaciones, sus actores y su propia carrera. El ser humano bajo el mito y el dolor detrás de la gloria, como reza su explícito título. Un Almodóvar al desnudo, que concentra en pequeñas dosis sus esencias y abre caminos narrativos nuevos mientras le ofrece a Antonio Banderas la oportunidad de brillar como nunca en su extensa filmografía. Una maravilla.

1. El irlandés (USA). Dir. Martin Scorsese

Obra inconmensurable, película perfecta. ‘El irlandés’ es un portento por la majestuosidad con la que su larga historia es desarrollada. Que nadie tiemble si en 20 años se la considera la obra maestra de Martin Scorsese.

2. Retrato de una mujer en llamas (Francia). Dir. Céline Sciamma

El cine francés, siempre tan extrasensorial, vuelve a pintar (nunca mejor dicho) un cuadro exageradamente precioso. El amor entre mujeres trazado desde el sutil pincel del arte. Bárbaras Noémie Merlant y Adèle Haenel.

3. Vengadores: Endgame (USA). Dir. Anthony Russo, Joe Russo

La demostración más irrebatible de que el cine triunfa siempre si este logra avivar la experiencia de ir al propio cine. La cima de un proyecto monumental, el fin de una era que volvió a definir la épica. Su clímax, inolvidable.

4. Toy Story 4 (USA). Dir. Josh Cooley

La fallida fórmula de la gallina de los huevos de oro funcionó con los juguetes más queridos del mundo. La película definitiva sobre la amistad y el saber quién eres. Tiene el abrazo más bonito de la historia del cine.

5. Joker (USA). Dir. Todd Phillips

La película más salvaje de la temporada. La enésima visión de uno de los villanos más atractivos de la cultura popular desde un punto de vista más carnal que poético. Lo de Joaquin Phoenix es una animalada criminal.

1. Parásitos (Corea del Sur). Dir. Bong Jonn-ho

Bong Joon-ho teje una obra excepcional, un trabajo redondo en muchos sentidos. Es una salvaje tragicomedia llena de suspense y mala leche. Un Dragon Khan de géneros perfectamente hilvanados por el director coreano y un reparto protagonista de diez. ‘Parásitos’ se articula a través de una meticulosa trama donde el espacio en el que viven ambas familias protagonistas es el personaje principal: una metáfora social, el campo de pulsiones frente a las desigualdades de clase y el estigma. Aquellas ‘rara avis’ que te rompen los esquemas.

2. Joker (USA). Dir. Todd Phillips

Avasalladora e incómoda. A través de una magnífica potencia visual y sonora, Todd Phillips deconstruye al némesis de Batman y nos lo presenta en solitario como un ciudadano más de cualquier suburbio neoyorkino. Phoenix imperial, entrega al espectador una clase magistral de interpretación. Un ‘Taxi Driver’ por las calles de Gotham, un ‘Rey de la comedia’ con la risa como síntoma de una enfermedad. No hay resquicio alguno de esperanza para Arthur en el mundo, solo le queda Sinatra. That’s life.

3. El irlandés (USA). Dir. Martin Scorsese

Scorsese pone un broche de oro a todas las historias de esos señores que se llaman Tony y pintan casas. Un viaje sombrío al purgatorio de la mafia. Un epílogo magistral a las carreras del director y del trío protagonista. Con esta obra, ya no hay dudas de que Pesci, Pacino y De Niro serán, por siempre, ‘honoris causa’ de las pelis de mafiosos.

4. Érase una vez en Hollywood (USA). Dir. Quentin Tarantino

Una declaración de amor cinéfago a una década. En la novena de Tarantino, el Hollywood de los 60 y los hippies chiflados se dan la mano para disfrute de los abonados al director. Sensacional buddy movie donde Di Caprio y, en especial, Pitt llevan el volante de la trama. Dobles de acción, pies y otro ejercicio de reescritura de la cruel realidad a cargo de un Tarantino que otorga a Margot Robbie el alma de la historia.

5. Súper empollonas (USA). Dir. Olivia Wilde

Mordaz y tierna comedia que transciende a la comedia coming-of-age al uso. Olivia Wilde dirige esta genial historia que habla de temas como la libertad sexual o el empoderamiento femenino sin tapujos. Sensacional química entre el dúo protagonista de Kaitlyn Dever y Beanie Feldstein.

1. La trinchera infinita (España). Dir. Jon Garaño, Aitor Arregi, José Mari Goenaga

Un drama de dos horas y veintisiete minutos sobre la historia de un “topo” español que se esconde en su casa durante la Guerra Civil y los años posteriores bien podría haber sido una película tediosa. ‘La trinchera infinita’ es todo lo contrario. Una historia que empieza como un thriller y que se pasea por el drama mientras nos mantiene enganchados en todo momento al miedo y al amor de los dos protagonistas. Inmenso el guion de Luiso Berdejo y Jose Mari Goenaga, e igual de grandiosas las interpretaciones de Antonio de la Torre y Belén Cuesta. Para mí es una de las joyas cinematográficas, si no la mayor, de este 2019. Una película dura y preciosa.

2. Sorry We Missed You (Reino Unido). Dir. Ken Loach

Ken Loach lo volvió a hacer este año, consiguió una película redonda y otra vez contando la vida, como él solo quizás sepa, de una familia de clase obrera. Una de las películas más actuales del año por lo que cuenta. Con un maravilloso guion de su habitual colaborador Paul Laverty que abruma por su realismo y que redondean la dirección de actores y el propio elenco de la película con sus maravillosas interpretaciones. Nada le sobra a ‘Sorry we missed you’ y es una de esas pequeñas joyas que no hacen tanto ruido, pero que cuentan mucho y muy bien. Una historia que emociona y que nos hace reflexionar sobre el tiempo actual, directa al top del 2019.

3. Dolor y gloria (España). Dir. Pedro Almodóvar

El largometraje de Pedro Almodóvar está repleto de grandísimas escenas para que se haga un hueco en ésta y en otras muchas listas de las mejores películas de 2019. Aunque solo fuese por ver a Asier Etxeandía, Alberto Crespo en la película, interpretando el texto de “La adicción”; o por las conversaciones entre Julieta Serrano, madre de Salvador Mallo en el largometraje, con su hijo; o por la honestidad que rezuma la obra, en la que Almodóvar tiende su alma al sol; aunque fuese únicamente por esto, ‘Dolor y gloria’ merecería un lugar de honor en lo estrenado durante este año. Además, Antonio Banderas está magnífico interpretando e imitando, en el buen sentido, al gran Pedro, y todo ello sin perder ni una pizca del universo almodovariano. Ojalá gane la peleada carrera en los Oscar y se puedan traer la estatuilla a España.

4. Parásitos (Corea del Sur). Dir. Bong Joon-ho

Una de las películas más alabadas del año. Con un tono particular, el director coreano Bong Joon-ho construye un thriller con grandes trazos de comedia negra. Una premisa maravillosa a partir de la cual hilvana otro de los grandes largometrajes estrenados durante este 2019. Original, profundamente divertida y graciosa, sus más de dos horas se pasan rápido y se disfrutan mucho. Por si esto fuera poco, la realidad de Corea del Sur no parece tan lejana de la española en cuanto a la diferencia de clases y la desigualdad se refiere, y ‘Parásitos’ es una película coreana, pero bien podría haber sido una española, ojalá.

5. Historia de un matrimonio (USA). Dir. Noah Baumbach

Las mejores historias de amor seguramente sean las de desamor, por eso, ésta que firma Noah Baumbach me parece tan interesante. El relato de la separación de Charlie y Nicole, interpretados magistralmente por Adam Driver y Scarlett Johansson, cae en el saco de las mejores películas de 2019 gracias a su capacidad para relatarnos el dolor que supone alejarse de alguien a quien quieres de manera inevitable. Mención especial a Laura Dern que se roba varias escenas interpretando maravillosamente a la abogada piraña de Nicole. Si, además, ya casi al final de la película y sin que sirva de spoiler, Adam Driver coge el micro y empieza a cantar Being Alive y te agarra del estómago para retorcértelo un poco o un mucho, poco más se puede añadir, ahí ya me rindo a los encantos de este drama romántico y lo coloco en el top cinco. Lamentablemente dejo fuera a otras muchas películas que seguramente lo merecían tanto o más, pero la memoria es frágil e ‘Historia de un matrimonio’ al fin y al cabo poco tiene que envidiar al resto.

1. High Life (Reino Unido). Dir. Claire Denis

Claire Denis arroja la ciencia ficción al agujero negro del tabú y el sufrimiento. El silencio del espacio exterior enmudece los gritos de socorro, ahoga y distorsiona sus imágenes. Todo nos resulta opaco a simple vista. El misterio de su propuesta desemboca en una atracción absoluta. ‘High Life’ asesta un golpe certero, desde lo sensorial, al subgénero de las space-opera. La odisea espacial de sus personajes desemboca en un tormentoso viaje al corazón de las tinieblas internas.

2. Érase una vez en Hollywood (USA). Dir. Quentin Tarantino

Hollywood y sus fantasmas de la gran pantalla, espectros de luz que habitan una ciudad y un tiempo que únicamente pueden tener cabida en la mente de un cineasta como Quentin Tarantino. Resignificar la Historia, reactivar el movimiento. Devolver a los perdedores de los ‘tiempos modernos’ su dignidad. Perderse en los desplazamientos. Construir el horror y la devoción a través de la mirada de sus personajes. ‘Érase una vez en… Hollywood’ es, en definitiva, un magnífico mosaico-bisagra filmado a ras de suelo, una brillante oda a la amistad en la que sobresalen las interpretaciones de Leonardo DiCaprio y Brad Pitt.

3. Dolor y gloria (España). Dir. Pedro Almodóvar

En ‘Dolor y gloria’, Pedro Almodóvar deambula por la vida del aquejado director de cine Salvador Mallo (Antonio Banderas) a través de sus heridas. La cicatriz es el umbral que precede a una memoria que nos llega adulterada por el dispositivo cinematográfico. El realizador manchego continúa su camino hacia la sobriedad, se centra en los cuerpos maltratados que pueblan su película, entregándonos una de las mejores actuaciones que se recuerdan en la carrera de Antonio Banderas.

4. An Elephant Sitting Still (China). Dir. Hu Bo

En ‘An Elephant Sitting Still’, ópera prima del cineasta y novelista chino Hu Bo, las imágenes se ‘cargan de tiempo’ a través del vagabundeo que llevan a cabo sus desamparados personajes. La ciudad se convierte en laberinto, los fondos se difuminan, el primer plano asfixia a las criaturas que lo habitan. Las huellas del sendero desaparecen. No hay futuro ni pasado, únicamente el presente de estas figuras en constante movimiento: caminar, seguir avanzado.

5. The Sisters Brothers (Francia). Dir. Jacques Audiard

Jacques Audiard asienta su historia de amor fraternal en el contexto del western crepuscular. El realizador francés recupera y discute distintos motivos relacionados con un tipo de masculinidad ‘dominante’ en el cine clásico del Oeste. Joaquin Phoenix y John C. Reilly forman el tándem perfecto, a caballo entre la brutalidad y la emotividad, la pasión y la razón, las ansias de poder y el deseo de regresar al hogar.

1. Madre (España). Dir. Rodrigo Sorogoyen

La última película dirigida por Sorogoyen y coescrita por él mismo e Isabel Peña se llama ‘Madre’. Tras dos thrillers exitosos ─’Que Dios nos perdone’ y ‘El reino’los cineastas vuelven a las pantallas con una película tremendamente intimista, sutil y provocadora, y lo hacen a partir del cortometraje de mismo nombre estrenado el año pasado y que sirve de preludio en la película. Ya en el cortometraje Marta Nieto realizaba una interpretación magnífica que absorbía al espectador, acentuando la tensión que Sorogoyen y Peña pretendían contagiar. En el largometraje la actriz interpreta a una madre que vive en la playa donde su hijo desapareció diez años atrás; Nieto llega a todas las aristas de un personaje que transita múltiples estados, construido a través de acción y reacción. La película muestra una curación, se ha realizado desde las entrañas y es por eso que el espectador que la disfruta lo hace de una forma radical, sin cuestionarse demasiado los aspectos técnicos o de trama, simplemente experimentando la sensación que la historia transmite.

2. Retrato de una mujer en llamas (Francia). Dir. Céline Sciamma

Una casa, una playa, dos mujeres y la pintura. La guionista y directora Céline Sciamma no necesita más para crear una de las historias de amor más conmovedoras de la década. Alabada por la crítica y los festivales ─como el de Cannes en el que ganó dos premios─, ‘Retrato de una mujer en llamas’ está ambientada en el siglo XVIII francés pero no es solo una “peli de época”; sus personajes intentan escapar del tiempo, de su siglo y del paso de las horas. La cinta reproduce el amor entre dos mujeres sin caer en una sexualización heteronormativa; el deseo de igualdad está presente en todas sus formas. Sciamma crea un micro-universo a partir de sus personajes principales; las actrices protagonistas ─Noémie Merlant como Marianne y Adèle Haenel como Héloïse─ sostienen una química que no hace más que crecer a lo largo de la historia. La fotografía es detallista y narrativa y los diálogos concretan y sintetizan los pensamientos de los personajes de forma magistral. Además, cuenta con uno de los finales más conmovedores del año.

3. Dolor y gloria (España). Dir. Pedro Almodóvar

Almodóvar ha estrenado este año una de sus mejores obras fílmicas. Su alto contenido autobiográfico es lo que hace que sea uno de sus proyectos más personales, pero es la forma que tiene de tratar este contenido lo que la convierte en única. La película lleva al espectador a lugares en los que se siente a gusto, bien por las referencias a otras películas del autor manchego, bien por la sensibilidad con la que traduce sus vivencias y emociones más esenciales. La variedad temática de la cinta ha conseguido conmover a todo tipo de público y los actores escogidos para interpretar a sus personajes ─Antonio Banderas, Asier Etxeandia y Leonardo Sbaraglia entre otros─ destacan en cada escena y con cada línea de diálogo. El director y escritor se expone a sí mismo radicalmente, se atreve a jugar con las formas propias del cine y teatro, en definitiva, Almodóvar nos cuenta cosas que nunca antes había dicho y por ello resulta una de sus obras más arriesgadas.

4. Lo que arde (España). Dir. Oliver Laxe

Oliver Laxe gana por tercera vez en Cannes con su última película, el retrato incierto de un pirómano que vuelve a casa tras haber cumplido condena. El director ha contado con actores no profesionales para construir y reflejar una naturaleza quebrada, la interior y la exterior a los personajes. El director ha escrito, junto con Santiago Fillol, una historia que no quiere ni necesita largos parlamentos o grandes giros dramáticos; su sencillez remite al núcleo de los personajes y los espacios sin dejarse invadir por excusas o adornos de ningún tipo. La fotografía que viene de la mano de Mauro Herce es de una belleza imponente desde los primeros minutos de metraje, el uso del fotoquímico para retratar el fuego tan de cerca solo ha sido uno de los grandes riesgos que ha corrido Laxe y todo su equipo en el rodaje de la película. Como resultado, una obra que deja sin palabras, una de esas películas capaz de contarlo todo con muy poco.

5. Midsommar (USA). Dir. Ari Aster

El segundo largometraje de Ari Aster llegó provocando la misma curiosidad que causó ‘Hereditary’ en su día. El director y guionista sigue explorando todas las posibilidades que le brinda el género del terror, deconstruyéndolo y buscando nuevas formas. Aster se interesa una vez más por el horror de la inevitable cotidianeidad, las heridas y curaciones de personajes completamente normales que se ven inmersos en sucesos y universos extravagantes de alto contenido metafórico. El mundo de las sectas que vemos en la película no es al que el espectador medio de cine de terror está acostumbrado; la mayoría de las escenas se suceden a la luz del día, en medio de colores luminosos y personajes amables. Aster reinventa el motivo de “la secta” y sus connotaciones, añadiéndole matices y complejidades que no solemos ver en la pantalla grande. La fotografía de Pawel Pogorzelski es hipnótica e inmersiva, resultando así una estética que configura uno de los puntos fuertes de esta historia que no deja de ser la de una joven rota ─interpretada por la increíble Florence Pugh─ que busca amor, consuelo y comprensión.

1. Vengadores: Endgame (USA). Dir. Anthony Russo, Joe Russo

Sin duda ha sido el evento cinematográfico del año, y eso nadie se lo puede discutir. De todas las sagas o series que se han cerrado este año, creo que esta es la que mejor ha sabido hacerlo, entregándonos una película de tres horas, que parece que dure la mitad. Además, creo que tiene dos cosas muy importantes. Una, que es la película de Marvel con mayor contenido emocional y mayor madurez dramática. Y otra, es la batalla de superhéroes más numerosa y épica de la historia del cine.

2. John Wick: Capítulo 3 – Parabellum (USA). Dir. Chad Stahelski

Cuando parecía que el cine de acción estaba prácticamente muerto, la tercera entrega de la saga protagonizada por Keanu Reeves nos vuelve a recordar que todavía hay hueco para este tipo de cine. Es, sin ningún tipo de duda, la mejor de las tres entregas. Con más acción, mejores coreografías, mejor dirección, etc. Se supera en todos los sentidos, y lo único que saco en negativo es la duda de si la cuarta entrega conseguirá superar también a sus tres predecesoras.

3. Joker (USA). Dir. Todd Phillips

Muy pocos confiábamos en este proyecto cuando se anunció, y al final ha acabado siendo la revelación absoluta del año. Lo más destacable del películón que nos entrega Todd Phillips es la brillantísima interpretación de Joaquin Phoenix, siendo una de las mejores de la historia del cine. Estoy seguro de que va a arrasar en la temporada de premios que se avecina, tanto en apartados visuales, como en banda sonora e interpretaciones, y se lo tendrá más que merecido.

4. Creed II: La leyenda de Rocky (USA). Dir. Steven Caple Jr.

¿Qué fan de la saga de Rocky no estaba deseando la vuelta de Ivan Drago a la saga? Y además, ¡qué vuelta! Tanto el personaje de Dolph Lundgren como el de Florian Munteanu, hijo de Drago, son dos personajes con motivaciones igual o incluso más interesantes que los protagonistas. En especial en el caso de Ivan Drago, que enmienda los errores que tuvo la cuarta parte de Rocky representando al pueblo ruso mediante aquel personaje. En varios aspectos es superior a la primera. La marcha de Ryan Coogler era algo que podía haber hecho que esta secuela se empequeñeciera, pero no ha sido así en absoluto.

5. Nosotros (USA). Dir. Jordan Peele

Es una de las películas que más ha dividido a público y crítica este año. En mi caso, creo que es la mejor película de terror que hemos tenido este año, con un Jordan Peele, tanto como guionista como director, magnífico. Y por supuesto, una Lupita Nyong’o que se come la pantalla en cada plano. Lo que más me llama la atención es que la película está llena de significados e interpretaciones ocultas, la mayoría con gran carga de crítica social, que es algo que ya caracteriza al director, y que en esta entrega lleva mucho más allá.

1. Dolor y gloria (España). Dir. Pedro Almodóvar

Aclaraba Martin Scorsese la polémica suscitada tras sus declaraciones acerca del cine de superhéroes diciendo que “para mis amigos que comenzaron a hacer películas casi al mismo tiempo que yo, el cine trataba de revelación: revelación estética, emocional y espiritual.” Y es esa revelación la que encuentra uno tras ver ‘Dolor y Gloria’. Poco se puede añadir a estas alturas de la última película del director manchego tras una trayectoria imparable de premios desde su estreno el pasado marzo de este año y que esperemos culmine victoriosamente en la próxima ceremonia de los Oscar. Almodóvar se saca las tripas en una película sin filtros ni artificios. Una película en la que el cineasta “simplemente” se ciñe a contarnos un pasaje en la vida de una persona que no deja de ser su propio álter ego: un cineasta aquejado por el peso de la vida tanto física como mentalmente. Un pasaje de vida narrado sin dramas, sin tramas enrevesadas, sin pasados oscuros u ocultos. Un pasaje que deja paso a la luz y a la pureza que únicamente pueden traer el amor al cine, la redención con uno mismo, el cierre de las heridas abiertas y el descubrir y aceptar que, pese a lo que uno crea, este aún no es el final.

2. Lo que arde (España). Dir. Oliver Laxe

Hay algo en la ficción seudo-documental de Oliver Laxe que la erige y la señala sin lugar a duda como una de las mejores películas del año en un 2019 no exento de buen cine español. Con un guion sobrio y sencillo, la llegada del exconvicto Amador a su pueblo natal donde únicamente lo espera su madre; la película nos narra la hazaña de encontrar orden entre el peso del pasado y la nada que se vislumbra en el futuro por parte tanto del protagonista como de los demás habitantes de la villa gallega. Es en este intento de sobrevivir donde estalla el fuego, donde irrumpen las llamas que arrasan con todo de la misma forma que auguran la necesidad de empezar de nuevo. Laxe realiza un retrato acerca de la tierra de dónde venimos, nos recuerda el amor por nuestras raíces en un ejercicio crudo, realista, pero a la vez inmensamente lírico. Un cine que encuentra las palabras en el silencio que aportan una prodigiosa imagen y un sonido que gritan desesperados. Una historia humilde abierta a la interpretación más humana de quien la observa que va desde la mirada rural a la impotencia de no ser aceptado.

3. El irlandés (USA). Dir. Martin Scorsese

Abría este top mencionando al maestro Scorsese y con él llegamos a la tercera posición. Más allá de Marvel, duración o rejuvenecimiento digital, ‘El irlandés’ sale a flote de todas las polémicas con sus 209 minutos de obra maestra. Recurriendo de nuevo a la sempiterna voz en off como ya haría en ‘Casino’ o ‘El lobo de Wall Street’, Scorsese se homenajea a si mismo, al cine del hampa y a quienes fueron los rostros claves del mismo. Dos horas primeras de metraje que recuerdan indiscutiblemente a ‘Uno de los nuestros’ dan paso a una última hora y media brillante y desgarradora donde se nos presenta la cruda decadencia física y mental de un personaje envuelto en el miedo a ser olvidado, la pena, la nostalgia y, pese a las apariencias, el más duro de los remordimientos. La frase final del filme nos invita a pensar ‘El irlandés’ como una semidespedida del veterano realizador: esa alusión a la puerta entreabierta en todo un ejercicio crepuscular cuyo objetivo no es otro que comprender y capturar el inevitable paso del tiempo.

4. Los días que vendrán (España). Dir. Carlos Marques-Marcet

Mucho se dice y se especula acerca de la denominación propia del cine, así como de su estado actual. Para la que aquí escribe este siempre fue y sirvió como instrumento catalizador, y es por esto por lo que no puedo evitar sentir que ‘Los días que vendrán’ debe ocupar un lugar en esta lista. Más allá de todo lo escrito acerca de la relación real y ficcional de ambos protagonistas, la tercera película del realizador catalán funciona como una radiografía perfecta de la incertidumbre que suscita el adentrarse a una decisión tan importante y definitiva como la de ser padre y madre para una generación tan incierta e inestable como la nuestra. Marqués-Marcet profundiza en el cambio que provoca la paternidad aprovechándose del embarazo real de sus protagonistas. Los miedos y dudas de la pareja salen a flote transformados en un emotivo guion que se apoya en una bellísima narración íntima y a naturalista. Un guion que pone el foco en el cariño y los desencuentros de un hombre y una mujer que desconocen cómo dar el salto a la madurez que supone el ser padres. La película nos habla del paso del tiempo y del sucederse de las generaciones, pero también de la opción de un futuro y, por supuesto, del amor.

5. Retrato de una mujer en llamas (Francia). Dir. Céline Sciamma

El propio título del filme nos avisa previamente de cuales van a ser los elementos claves de la película: la pintura y el fuego. La historia de Marianne y Héloïse se nos presenta como un lienzo en blanco que poco a poco va adquiriendo matices de color gracias a la sensualidad implícita en los gestos, miradas y silencios. Una emoción contenida que estalla finalmente como un volcán en llamas. El peso de la película reside, además, en la narración visual y en una delicada y bella puesta en escena. Más que un filme, el espectador se siente observador en un museo en el cual los cuadros se van sucediendo unos detrás de otros dibujando todo un proceso emocional. Un proceso de descubrimiento gestual y físico que irá acompañado de la progresiva unión, primero empática y luego sentimental, entre las dos jóvenes. Una historia que eleva a las cotas más altas del drama romántico gracias a una Sciamma que carga la apasionada tensión amorosa de sus protagonistas en el intercambio de roles de observadora y observada, de artista y modelo.

1. Retrato de una mujer en llamas (Francia). Dir. Céline Sciamma

Nadie ha alcanzado durante el 2019 el nivel de artesanía visual del que puede presumir Céline Sciamma y su retrato de romance femenino y artístico anclado en el pasado. Cine hecho a base de miradas, de texturas, de tacto, de olas y de fuego. Quien pueda, que empate a Noémie Merlant y Adèle Haenel. La gran obra maestra del año.

2. Érase una vez en Hollywood (USA). Dir. Quentin Tarantino

El cineasta de toda una generación deshaciéndose de sus artificios habituales para contar una épica en la cotidianeidad más mitológica de un Hollywood que cerraba la puerta de su Golden Age para abrirsela a una nueva ola de voces americanas. El mayor cuento jamás dedicado a la memoria de una época que nunca volverá, y la mejor escena jamás filmada por Tarantino: Margot Robbie (y su Sharon Tate) contemplando el cine desde dentro. Su Magnum Opus.

3.  Joker (USA). Dir. Todd Phillips

Quién iba a pensar que el mismo tío capaz de rodar el Resacón cómico más recordado de este siglo sería quien consiguiera firmar una película de orígenes sobre el villano más icónico de la historia del comic norteamericano. Tanta (o quizás mucha más) culpa de ello tiene Joaquin Phoenix, recogiendo el listón que Heath Ledger dejase por las nubes en 2008 para humanizar al payaso del crimen. Con este Joker, quién necesita a Batman

4. Ad Astra (USA). Dir. James Gray

La epopeya espacial y el viaje de autodescubrimiento reunidos en una épica emocional narrada en primera persona por un Brad Pitt en la cima de su carrera. Un lamento de hijo a padre para volver a tocar tierra. Pocos cineastas son capaces de contar una historia tan grandiosa de una forma tan íntima y minimalistamente comercial.

5. Súper empollonas (USA). Dir. Olivia Wilde

La gran revelación del año es una cara conocida de la pequeña pantalla. Olivia Wilde (mi eterna y adorada 13 de ‘House MD’) liderando desde detrás de las cámaras un coming of age tantas veces contado, pero con una frescura digna de un maestro del medio. Pocos planos se quedan grabados este año como ese plano secuencia desde la piscina. Que Kaitlyn Dever es una joya del futuro (y ya presente) Hollywood queda claro aquí. Que sea la primera de muchas para Wilde, y nosotros las disfrutemos.

Consulta para fechas de estreno en España: IMDb

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