
Sam Mendes aporta su singular visión a una nueva epopeya visceral inspirada por las experiencias de su abuelo y otros soldados que lucharon en la Primera Guerra Mundial. En plano secuencia, ‘1917‘ cuenta la historia de dos jóvenes soldados británicos en plena guerra, el cabo Schofield (George MacKay) y el cabo Blake (Dean-Charles Chapman) a los que se les encomienda una tarea aparentemente imposible. En una carrera contra el reloj, deberán atravesar el territorio enemigo para entregar un mensaje que podría salvar la vida de 1.600 de sus compañeros soldados, entre ellos el propio hermano de Blake.
«Diseñamos ‘1917’ para acercar a los espectadores lo máximo posible la experiencia de los protagonistas. Nuestra cámara nunca les abandona. Ha sido el trabajo más emocionante de mi carrera”. Sam Mendes
En esta envolvente experiencia cinematográfica, Mendes nos sumerge en el peligro inmediato y la gran escala de la Primera Guerra Mundial, lo que nos permite presenciar el conflicto de una manera apremiante y vertiginosa.
Cómo se rodó 1917 en plano secuencia
La visión de Sam Mendes de captar la historia en tiempo real de manera que se viera como un único plano secuencia precisa que los espectadores se unan a los personajes y se sumerjan en su turbulento viaje. Para que no quede duda: ‘1917’ no se rodó en una sola toma, sino que se filmó en una serie de tomas largas sin cortes, que se pudieran conectar sin fisuras para que parezca tratarse de un único plano secuencia. Al no haber cortes dentro de cada escena, los espectadores, al igual que Schofield y Blake, no pueden distanciarse de la misión que tienen por delante. Aunque Mendes ya había rodado la escena inicial de ‘Spectre‘ en plano secuencia, filmar así una película entera fue una experiencia nueva para todos.
Al rodar de este modo, los espectadores consiguen tener una impresión más auténtica y tangible de lo que habrían pasado estos chicos. “La razón por la que elegí hacer esto con este material es que, desde el primer momento, me pareció que debía contarse en tiempo real”, explica Mendes. “La sensación de la distancia recorrida es muy importante. Pero, lo que es más importante, también es una decisión emocional, que espero que permita conectar más de cerca con el viaje de los dos personajes centrales. Quería que los espectadores dieran cada paso del viaje con ellos, tomaran cada aliento con ellos. No fue una decisión que se impusiera al material a posteriori. Tuve la idea a la vez que se me ocurrió la historia; el estilo, la forma, el contenido, todo se me ocurrió a la vez. Empiezas a construir la narración de modo que cada segundo forma parte de un hilo continuo e ininterrumpido”.

Mendes y el ganador del Oscar (y nominado en 14 ocasiones) Roger Deakins trabajaron juntos en ‘Jarhead: El infierno espera’ y han colaborado en películas desde ‘Revolutionary Road’ a ‘Skyfall’, y se entienden a la perfección.
«Desde la primera vez que hablé con Sam sobre la idea de una película en plano secuencia, supe que iba a ser envolvente y que resultaría esencial para la historia». Roger Deakins
Con la premisa del plano secuencia en 1917, se hacía imprescindible planificar minuciosamente cada escena durante los cuatro meses de ensayos de la película y estudiar la distribución de los sets hasta el más mínimo detalle. Una vez decidido cómo se moverían los actores dentro del espacio de cada escena, fue posible calcular exactamente dónde se situaría la cámara.
El director de fotografía ofrece más detalles sobre este proceso. “A veces, necesitas estar cerca, pero otras quieres alejarte y ver a los personajes dentro del espacio, dentro del paisaje”, aporta Deakins. “Así que se trataba de conseguir un equilibrio entre ambas cosas. Buena parte de la planificación la hicimos mentalmente, luego Sam ensayaba las escenas, después trazábamos los esquemas y hacíamos que un dibujante de storyboards nos diera varias opciones dentro de esas ideas básicas. Fue evolucionando gradualmente, pero cuando nos pusimos a trabajar con los actores en las localizaciones, evolucionó aún más”.
El director señala que, con el proceso normal de hacer cine, siempre hay una manera de “escaquearse” y arreglar cualquier problema en posproducción. “El razonamiento habitual es: ‘Tal vez podamos montar ese momento de otra forma, o acortar esa escena, o puede que eliminemos esa otra escena por completo’”, explica Mendes. “Eso no era posible en esta película. No hay otra salida. Tenía que estar entera. El baile de la cámara y la mecánica tenía que estar todo sincronizado con lo que hacía el actor. Cuando lo conseguimos, resultó estimulante. Pero hizo falta una planificación enorme, y una enorme habilidad de todos los técnicos”.
Rodar en plano secuencia ‘1917’ fue un reto para Deakins, el cual necesitaba estar a menudo con el foquista y el DIT (técnico de imagen digital) en una pequeña furgoneta blanca, controlando a distancia la cámara, aunque la estuviera llevando alguien. Como a menudo estaban controlando la cámara remotamente desde largas distancias, era bastante peliagudo. “A veces, teníamos a un operador llevando una cámara, conectada a un cable”, comenta Mendes. “El cable podía llevarla un trecho más largo. Entonces se desconectaba, el operador corría con ella y se subía a un pequeño jeep que lo llevaba otros 400 metros, se bajaba otra vez y corría hasta dar la vuelta a la esquina”.

Dado que no se repite ninguna localización en 1917, la cámara no deja de avanzar de un lugar a otro. “Al tratarse de una película tan exterior, dependíamos mucho de la luz y del tiempo”, explica Deakins. “Y nos dimos cuenta, para empezar, de que no podíamos realmente utilizar luces. Si estás corriendo por una trinchera, girando 360 grados, no hay ningún sitio donde poner una luz. Como estábamos rodando en orden cronológico, teníamos que filmar bajo las nubes para mantener la continuidad de una escena a otra. Algunas mañanas había sol y no podíamos rodar, así que aprovechábamos para ensayar”.
Cómo cortar una película sin cortes
El reto de unir los cortes de ‘1917’ es que cada escena tenía que filmarse con una precisión increíble… de modo que dos cuadros pudieran unirse sin fisuras en la pantalla. Esa meticulosa atención al detalle añadía otra capa de continuidad, porque el ritmo tenía que encajar, así como otros elementos de la escena, como el tiempo, el reparto y los decorados.
Como era crucial seguir la pista a todas las tomas, eso requería atención absoluta —y vigilancia constante— por parte de la script (responsable de racord), los efectos visuales y el montador. Era imperativo para Mendes, Deakins y el montador ganador del Oscar, Lee Smith (‘Dunkerque‘), saber el momento en que había que empalmar el plano de una escena a la siguiente, dado que nunca se podría arreglar en posproducción cortando a otra perspectiva diferente.
Para llevar a los personajes de un corte al siguiente sin fisuras, Mendes se aseguró de contar con transiciones que se pudieran hacer de manera sutil. Eso podría significar atravesar el umbral de una puerta, unas cortinas, o cuando los personajes entran en un búnker, o con una silueta, o un movimiento del cuerpo, o un elemento de primer plano o de atrezo… o incluso con un plano en 360 grados.
«La forma de empalmar de un plano a otro se diseñó en torno a la acción, a veces por un cambio en la luz ambiental, a veces por la necesidad de cambiar el sistema de cámara y a veces simplemente era una decisión emocional referida a cuánto podía durar una escena». Jayne-Ann Tenggren, productora de 1917
Si eso podría llevar a alguien a pensar que el montador Lee Smith lo tuvo fácil en este proyecto, está muy equivocado. “Esta ha sido una película muy complicada de montar, porque todo el proceso de unir dos tomas para que parezcan un solo plano —y empalmar esos planos— es crucial, y tiene que hacerse muy rápido, para poder dar a Sam una respuesta al momento”, asegura el productor Callum McDougall. “En la secuencia inicial de ‘Spectre’, creamos un largo plano secuencia que se rodó en Ciudad de México. Pero eso no es nada comparado con lo que Lee, que es el mismo montador, ha tenido que hacer aquí”.