El Americana Film Festival alcanza en Barcelona su séptima edición consolidando su firme apuesta por el nuevo cine independiente norteamericano y ampliando horizontes geográficos para incluir en su programación cintas procedentes de Canadá y México. Pese a haber perdido el apoyo de un potente patrocinador, la programación de Americana 2020 es una de las más ambiciosas e interesantes de su joven historia, y la respuesta del público barcelonés en los Cines Girona y Zumzeig, está siendo acorde al atractivo de la parrilla.

El certamen, que se prolonga hasta el próximo domingo, sigue apostando por abrir hueco a nuevas voces del panorama alternativo estadounidense, mientras rescata las últimas obras de cineastas consolidados de insobornable sello autoral como Abel Ferrara, Kevin Smith, Harmony Korine o Xavier Dolan. Repasamos a continuación los títulos que hemos visto en los primeros días del festival.

Saint Frances (USA). Dir. Alex Thompson

Premiada en el prestigioso festival SXSW, la estupenda ‘Saint Frances’ le debe tanto a su director Alex Thompson, como a su guionista y actriz principal Kelly O’Sullivan. El film, que equilibra con éxito comedia y drama, sigue los pasos de Bridget, una treintañera aún en busca de su lugar en el mundo que afronta sus dudas sobre la maternidad, la familia y las relaciones, mientras se ocupa de cuidar a la hija de una de sus amigas, que a su vez atraviesa una crisis personal y de pareja.

Aunque aborde el tema con lucidez y honestidad, decir que ‘Saint Frances’ es una película sobre el aborto sería una forma terriblemente simplista de etiquetar una obra que reivindica con entusiasmo la valentía de aquellas mujeres que evitan el camino marcado a la hora de tomar decisiones de espaldas a los postulados patriarcales o a lo socialmente aceptado como apropiado. El candoroso carisma de la joven Ramona Edith Williams redondea una película de apariencia amable pero con envenenados dardos hacia los prejuicios de género.

Thunder Road (USA). Dir. Jim Cummings

De título inspirado por una conocida canción de Bruce Springsteen, este notable filme de Jim Cummings (que surge de un aplaudido corto del propio director) habla, como la canción, del miedo al abandono y de la imposibilidad de la huida. Y, por muy solemne que ello suene, lo hace con generosas dosis de humor que no restan ni un ápice de profundidad a la exploración del alma rota que protagoniza la historia.

Estamos ante un antihéroe entre lo entrañable y lo patético, magníficamente interpretado por el propio Cummings: un esforzado (y torpe) padre que afronta un divorcio y la muerte de su madre, con una alarmante incapacidad para gestionar sus emociones. Auténtico juguete roto, este policía modélico visto como un bicho raro por sus propios compañeros de trabajo, intentará encontrar un punto de inflexión vital luchando por la custodia de su hija. Tan divertida como emotiva, ‘Thunder Road’ consigue con creces que la excentricidad de su protagonista pase de ser objeto de burla a generador de empatía entre la audiencia.

Chicuarotes (México). Dir. Gael García Bernal

El popular actor Gael García Bernal vuelve a colocarse tras la cámara para plasmar la historia de dos adolescentes de un pueblo mexicano que ocupan su tiempo rateando a pasajeros de autobús y esquivando como pueden sus miserias familiares. Su deseo de abandonar el ambiente hostil en el que crecen, les llevará a una escalada criminal de insospechadas y violentas consecuencias.

La película revisita muchos de los lugares comunes de cierto cine social que adopta la perspectiva adolescente, sin excesiva querencia por el riesgo ni mayor interés en la búsqueda de una mirada particular. La modestia formal de la propuesta (muy lejos, por ejemplo, de la excepcional ‘Güeros’) no sería un obstáculo de no venir acompañada además por notorios defectos de ritmo y una indecisión tonal (entre el humor costumbrista en el retrato familiar, y la sequedad naturalista de otros pasajes más violentos) que desorienta a un espectador al que le costará un mundo implicarse en lo narrado.

Honey Boy (USA). Dir. Alma Har’el

La tortuosa relación entre un preadolescente aspirante a actor y su problemático padre centra la historia de ‘Honey Boy’, un impactante drama familiar protagonizado por Noah Jupe y Lucas Hedges, que intepretan al protagonista en los dos tiempos narrativos que explora el filme (infancia y madurez) y que acaban por dar forma a la complejidad psicológica de un personaje marcado por el maltrato de su padre en edad temprana.

Escrito por el controvertido Shia LaBeouf y de obvio carácter autobiográfico (el actor encarna en la ficción a su propio padre), este impactante‘coming of age’ es una tremenda sorpresa en muchos sentidos. La película esquiva el abismo del exceso con gran habilidad, acierta al centrar el punto de vista en su candoroso protagonista y construye con más que suficiente complejidad el ambivalente personaje del padre. Dirigida con buen pulso y con hallazgos de planificación notables, ‘Honey Boy’ justifica con creces su excelente acogida en Sundance y nos deja además el mejor trabajo de LaBeouf frente a la cámara.

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