
‘First Love’ es la nueva película de Takashi Miike, cineasta incansable que acumula más de 100 créditos como director. En los últimos cinco años ha estrenado seis películas, un ritmo que pocos cineastas son capaces de mantener, sobre todo si hablamos de la calidad de dichos proyectos. Creo que su capacidad de trabajo es absolutamente increíble y admiro su dedicación al séptimo arte. Sin embargo, quizás ese ritmo tan alto ha jugado en su contra, ya que ‘First Love’ parece una idea a medio cocer que nunca termina de encontrar su camino, optando por el exceso.
La película transita el camino de las historias cruzadas, con un reparto coral que antes o después interactúa entre sí para dar lugar a conflictos que compliquen la trama. El problema es su incapacidad para crear un equilibrio entre todas las historias que cuenta, ya que no hay una estructura clara y a ratos los saltos no solo se sienten poco fluidos sino también forzados y abruptos. Tras un primer acto desigual que pone las cartas sobre la mesa, asistimos a un festival bastante rocambolesco y que por momentos roza el esperpento, ya que el tono del filme nunca se establece como debería, y tras la cierta sobriedad del principio saltamos a unas interpretaciones caricaturescas que me sacaron por completo de la película.
Sólo la historia de amor está tratada con cierto buen gusto, pero se ve lastrada por todo lo que la envuelve. Especialmente doloroso observar la interpretación de Shôta Sometani, ya que su personaje no solo es insoportable sino que parece salir de unos dibujos animados. Imaginad a Joel Edgerton en ‘Black Mass‘ pero multiplicado por 10. Pues eso. Es un miscast total y no me creo absolutamente nada de lo que dice y hace. Quiero pensar que no es culpa del intérprete, ya que es trabajo de Miike orientar a su reparto por el buen camino. Si verdaderamente su objetivo era que el personaje de Sometani tuviera esa energía y actitud, a mí personalmente me ha parecido un error.

Por otra parte, ‘First Love’ tira de los ‘deus ex machina’ y las casualidades a niveles tan ridículos que asistes a ello desde la perplejidad y el rechazo. Hay personajes que reciben llamadas justo en el momento adecuado para crear un conflicto o instante de tensión/revelación. Además, los personajes no se comportan de forma coherente, y eso no solo destruye la lógica interna de la trama sino nuestra capacidad para creer lo que viven. Me ha frustrado especialmente cómo Miike se olvida o ignora los detalles que realmente proporcionan empaque a una historia. Hay planos en los que un personaje ataca a otro personaje y el tempo de los cortes no tiene sentido. Vemos cómo la cámara se queda demasiado tiempo con un personaje y cuando nos muestran al otro la escena no fluye con naturalidad porque el ritmo no es realista. Es realmente difícil explicarlo porque en cuanto lo ves en varias ocasiones te das cuenta inmediatamente, pero es algo que tiene más relación con la percepción personal del ritmo que otra cosa.
Hay películas que saben lo que son, abrazan su naturaleza y saben mezclar tonos sin generar rechazo o desconcierto (el cine surcoreano es especialmente bueno en este sentido). ‘First Love’ quiere ser un filme de gangsters, un drama romántico y una comedia autoconsciente del tipo de filme que es, pero nunca hila con precisión esas ambiciones narrativas y acaba quedándose en un torpe intento de entrelazar historias a través del cine de yakuzas. Personalmente, me quedo con una película como ‘The Gangster, The Cop, The Devil’, filme surcoreano que pude ver en la pasada edición de Cineuropa y que triunfa precisamente en todo lo que ‘First Love’ naufraga. Una lástima.