
A raíz del coronavirus algunos medios y tuiteros están publicando listas con las mejores películas sobre pandemias y no deja de ser inevitable echar en falta un clásico de Elia Kazan como es ‘Pánico en las calles’, que además cumple 70 años desde su estreno. Un thriller trepidante con un guion muy bien estructurado, con magníficos diálogos, técnicamente impecable y con unos intérpretes extraordinarios. Cine del del que ya no se hace que ha sobrevivido muy bien al tiempo y que rescata un tema como las pandemias, que por otro lado siempre ha gustado mucho a la ficción.
‘Pánico en las calles’ plasma el miedo del doctor Clint Reed, tras confirmar en la autopsia practicada a un inmigrante asesinado en los bajos fondos de Nueva Orleáns que está infectado de peste neumónica. Una enfermedad de graves consecuencias con muy alta posibilidad de contagio entre la población. Para evitar una epidemia de efectos catastróficos, Clint y el capitán de policía Tom Warren tratan de encontrar y aislar a los asesinos. Una operación que se debe llevar en secreto y durante 48 horas, por miedo a que la población entre en pánico.
La película, adaptación de los guionistas Richard Murphy y Daniel Fuchs de las historias Quarantine y Some Like ‘em Cold de Edward Anhalt y Edna Anhalt, mezcla hábilmente el cine negro con el de pandemias. La película nos muestra desde el primer momento la urgencia dramática del protagonista, que no es otra que encontrar a toda costa a las personas que estuvieron en contacto con el fallecido para poner en marcha un plan de aislamiento social que ataje la aparición de una epidemia global. Medidas que están ahora mismo de plena actualidad por el Covid-19. Y en ese intento se entremezclará hábilmente una subtrama criminal, a modo de obstáculo que permita desarrollar el conflicto de la manera más adecuada.

La acción de ‘Pánico en las calles’ transcurre en Nueva Orleáns a finales de los años 40. Durante una partida de póker un marinero se siente muy enfermo y se retira cuando va ganando. Esto provocará una reyerta en la que acabará asesinado. La autopsia desvelará que padecía una grave enfermedad, la peste neumónica, una enfermedad muy contagiosa que se transmite por vía respiratoria y que tiene una alta mortalidad.
La peste neumónica servirá de leitmotiv a la trama de ‘Pánico en las calles’, un titulo único dentro de su género, ya que mezcla la investigación médica con la policíaca, ya que el médico comunica a la policía esta circunstancia para hacerles comprender la gravedad de la situación y la necesidad de averiguar quién era el muerto, así como su procedencia y quiénes estuvieron en contacto con él antes de ser asesinado. Todo ello para proceder a su aislamiento y control, evitando así la propagación de la enfermedad. Es aquí donde los ingredientes propios del noir aparecen en escena, ya que el capitán de policía Tom Warren (interpretado por Paul Douglas) pone en jaque a los delincuentes de Nueva Orleáns. Una vez que identifican al fallecido, un marinero de origen armenio que entró ilegalmente en Estados Unidos, la investigación se intensifica para dar con el asesino y sus cómplices. No solo se trata de dar con el responsable del crimen, sino de evitar un brote epidémico.
‘Pánico en las calles’ nos recuerda ahora más que nunca que las bacterias y los virus siguen siendo una amenaza, no solo en nuestro entorno sino a nivel global, ya que en poco tiempo puede recorrer grandes distancias. Una película que plantea también cómo se debe informar ante una crisis sanitaria sin generar alarma social, y también cuál debería ser el papel de la prensa.
Cine con elementos propios del noir, como el ambiente de los bajos fondos, la investigación policial o persecuciones a criminales, y todo iluminado con una maravillosa fotografía en blanco y negro, heredera de un expresionismo que combinaba luces y sombras con un efecto muy dramático, sin olvidarnos del adecuado uso de los primeros planos justo cuando la escena lo pedía a gritos. La acción es trepidante y llegamos a sentir esa sensación de peligro y la necesidad de localizar a los delincuentes para evitar la tragedia. Extraordinario Richard Widmark, complementado si cabe aún más por la interpretación de un elenco de secundarios en estado de gracia como Barbara Bel Geddes o Jack Palance.
‘Pánico en las calles’, imprescindible para amantes del género y también un ejemplo único del mejor cine de pandemias. No dejen de verla.