Roubaix, une lumière‘ supone la duodécima película del cineasta francés Arnaud Desplechin. Rodada en su ciudad natal, la película tuvo su estreno en la pasada edición del Festival de Cannes donde competía por la Palma de Oro. Un neonoir interpretado por Léa Seydoux (‘La vida de Adele’) y Roschdy Zem (mejor actor en los últimos premios Cesar), que nos sitúa en una Nochebuena en Roubaix, donde el jefe de policía Daoud realiza la enésima patrulla por la ciudad en la que creció.

Coches robados, altercados… En el cuartel, el novato Louis Coterelle trata de reunir información sobre su nuevo trabajo. Cuando se reúne con Daoud, el primer encargo de ambos consiste en investigar el brutal asesinato de una anciana. Dos jóvenes son interrogadas, Claude y Marie. Sin recursos, alcohólicas, enamoradas.

Desplechin habla de la influencia de Dostoyevski, Hitchcock y Melville

Al transcribir y organizar el material de la historia de ‘Roubaix, une lumière’, pensaba en Crimen y castigo todos los días. Los tormentos de Raskólnikov son los mismos que los de estas desheredadas. Creo que la ficción puede ser un posible espejo de la realidad. Todas mis películas, o casi todas, eran románticas. Ahora, deseaba una película que se apegara a la realidad, por todos lados. Como indica el prólogo del guion: no quería ofrecer nada a la imaginación, no quería inventar nada, sino reelaborar las imágenes vistas en un documental de televisión hace 10 años, y que me han perseguido desde entonces: el asesinato de una anciana por parte de dos jóvenes vecinas. ¿Por qué nunca he podido olvidar estas imágenes? La respuesta no puede ser otra. Solo puedo identificarme con las víctimas. No me gustan mucho los verdugos. En el corazón de la película está la cuestión de lo inhumano.

Solo una película fue mi guía cinematográfica: ‘Falso culpable‘ de Alfred Hitchcock. Una noticia volvió a su brutalidad, su desnudez, su enigma. El enigma de la verdad. Sabemos cómo Hitchcock llevó la obsesión realista hasta el punto de filmar en los mismos lugares de la noticia, usando testigos en sus propios papeles.

La parte que reservé para la ficción fue el retrato de los policías. Tuve que entrar un poco en detalle sobre ellos. Dos policías se enfrentan entre sí y se compadecen. Estos policías quería que fueran más icónicos que en las novelas de género. ¿Qué hace que Bourvil se mantenga en ‘Círculo Rojo‘ de Jean-Pierre Melville? Una sentencia de su superior: todos los hombres son culpables. ¿Qué hace que François Périer destaque en ‘El Samurái‘? La pura presencia del actor, y la atención a los gestos. Es a este laconismo y atención a lo que quería dedicarme. Daoud es un ojo y una oreja. Ve el mundo y lo acepta. Como el crítico Serge Daney me enseñó.

Fuente: Wild Bunch

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