Toma el dinero y corre, el debut tras las cámaras de Woody Allen

En 1968, a punto de cumplir los 33 años, Woody Allen se convierte por fin en director de cine con ‘Toma el dinero y corre‘ (1969), un viejo proyecto que había escrito en solo tres semanas con su amigo de la infancia, Mickey Rose, quien primero trabajó para televisión y luego colaboró en los primeros guiones de Allen. La trayectoria relámpago del joven cómico de Brooklyn acaba de despegar. No solo dirige en solitario por primera vez, sino que escribe el guion y protagoniza la película. Pero antes de acabar dirigiendo la que sería su ópera prima, Woody Allen, quizás por su falta de confianza y experiencia le pidió a Jerry Lewis que la dirigiera, pero Lewis declinó la oferta.
El productor Charlie Feldman (que muere el mismo año del rodaje) pasó mucho tiempo intentando que la United Artist apostara por aquel guion disparatado. Pero son Jack Rollins y Charles Joffe, los agentes de Woody Allen convertidos en productores, quienes reúnen la financiación necesaria para este falso documental en clave humorística sobre Virgil Starkwell, interpretado por el mismo Woody, que da vida a un incorregible, torpe y neurótico criminal, experto en atracos y evasiones espectaculares.
«Empecé mi carrera representando un motín en el patio de una cárcel». Woody Allen.
Para llevar a cabo su primera película fue fundamental la productora Palomar Pictures, que se arriesgaron con un director novel como Woody Allen. Le dieron carta blanca para hacer lo que quisiera, además de una importante suma de dinero que ascendía a un millón de dólares y un control artístico total, sentando el precedente de cómo trabaja hasta hoy el cineasta neoyorkino. Sin embargo, a pesar de su control creativo, no le permitieron rodar este mockumentary en blanco y negro, según Allen le hubiera dado «un aire más documental».
Toma el dinero y corre, un montaje fallido
El equipo de ‘Toma el dinero y corre‘ se trasladó a filmar a San Francisco durante el verano de 1968, ciudad a la que regresaría en 2012 para el rodaje de ‘Blue Jasmine’. Todo salió bien y terminó el filme antes de tiempo y con menos presupuesto del inicial. Como anécdota, a 100 prisioneros de San Quintín les pagaron una pequeña cantidad de dinero para trabajar en la película durante las secuencias de la prisión. Eso sí, los funcionarios de la cárcel tuvieron que marcar al equipo de rodaje con luz ultravioleta para saber distinguirles de los presos.
De regreso a Nueva York, fue el mismo Woody Allen quien se encargó de montar la película, pero a los ejecutivos de la productora no les gustó el resultado final cuando la vieron en una proyección previa. Descontentos con su primer montaje, le piden a Allen que solicite la ayuda del veterano Ralph Rosenblum, experto en salvar unas cuantas películas con una nueva edición. Recompone su estructura y en palabras de Allen, «convirtió mi película fallida en un éxito».

En sus memorias recien publicadas, Woody Allen explica como Ralph Rosenblum consiguió lo imposible: «Lo primero que hizo fue recopilar todas las partes divertidas que yo había eliminado y las volvió a incorporar en el metraje. Reemplazó la adorable pero triste música de Hamlisch por jazz de Eubie Blake, y el mero paso de una música más lenta a un jazz animado la transformó o, debería decir, la metamorfoseó, porque el cambio fue mágico. También insertó un poco de metraje antes de los títulos, lo que ayudó a acelerar la narrativa». Allen confiesa que sin Ralph, el proyecto se habría hundido.
Woody Allen, sus alter ego y la influencia de Chaplin
Desde su primer largometraje, Woody Allen asocia generalmente la infancia de sus alter ego a un ambiente impregnado de tristeza. Es conocida que la relación de Allen con sus padres no era de las mejores. En ‘Toma el dinero y corre’, los padres del héroe aparecen ataviados de forma ridícula, con máscaras de Groucho Marx, ya que según nos cuenta el narrador, se «avergüenzan de los antecedentes penales de su hijo».
Al comienzo del filme se proporcionan detalles del personaje (Virgil Starkwell), aclarando que nació el 1 de diciembre de 1935, la misma fecha en la que nació Woody Allen. Otros detalles como el nombre de la pareja de Virgil, la afición de éste por la música o la intervención del psicoanalista enlazan con el verdadero Allan Stewart Konigsberg.
La película utiliza sabiamente el sentido del gag de Woody e impone una irrefrenable torpeza al personaje, obsesionado por el dinero y las mujeres. Recurre a menudo a la parodia o la cita discreta: así, toda la relación de Virgil con Louise, interpretada por Janet Margolin, guarda una relación directa con las películas de Charles Chaplin: una variación de la pareja del vagabundo y la bella dama, pura y generosa.

En cuanto al resto, el filme es deudor, como manifiestan las máscaras de los padres de Virgil, de los hermanos Marx y de su humor absurdo atropellado. Lo más sorprendente es la audacia visual de Allen, que recurre a imágenes de archivo y las mezcla con las secuencias de ficción, intercaladas con entrevistas y testimonios de la vida de Starkwell. En el fondo, su primera película anuncia, por su forma de falso documental, una de las grandes películas de su filmografía: ‘Zelig‘ (1983).
«Tened en cuenta que yo jamás había hecho una película hasta ese momento; no sabía nada de cámaras, lentes, iluminación o dirección actoral». No había estudiado interpretación». Woody Allen.
Woody Allen quería que el papel interpretado por Janet Margolin fuera para su esposa, Louise Lasser, de la que se separaría en 1970. Finalmente aparece en una breve escena al final de la película. Cabe destacar también que Allen inicialmente filmó un final deprimente en el que moría de un tiro, pero el montador, Ralph Rosenblum, lo cambió por el final que podemos ver en la película. Se trataba de un final alternativo que era una parodia de las escenas finales de ‘Bonnie & Clyde‘ (1967). Desgraciadamente no se conservan imágenes grabadas, probablemente porque el propio Woody no estuviera muy orgulloso de ellas.

Toma el dinero y corre, gran éxito de público y crítica
La película se estrenó el 18 de agosto de 1969 en una pequeña sala de la Tercera Avenida de Nueva York que se llamaba 68th Street Playhouse. Allen en su libro de memorias A propósito de nada dice que «el cine tenía un árbol delante cuyas ramas tapaban la marquesina. Mi padre se ofreció a venir con unos amigos en mitad de la noche y tirar el árbol abajo. Rechacé la propuesta». Para su estreno en España hubo que esperar tres años más. A principios de la primavera de 1970, la ópera prima de Woody Allen había recaudado la buena cantidad de 2.453.351 dólares, triplicando casi su presupuesto.
‘Toma el dinero y corre’ fue un gran éxito de público y crítica que permitió a Woody Allen iniciar su carrera como director. «Con mucho trabajo, un poco de don natural, mucha suerte e importantes contribuciones de otras personas», así confiesa Allen que empezó a hacer cine. Vincent Canby, del New York Times, llegó a decir que «lo asombroso es lo bien que funciona todo el tiempo. Allen ha hecho una película que es, en verdad, un comedia de larga duración, algo muy especial, excéntrico y divertido». El guion fue nominado por el sindicato de guionistas en la ceremonia celebrada en 1970. En el año 2000, la película aparecía en el puesto 66 en 100 Years…100 Laughs, la lista del American Film Institute (AFI) de las películas americanas más divertidas de todos los tiempos.
Ocho años después de su ópera prima, Woody Allen nos deleitaría con su primera obra maestra: ‘Annie Hall’ (1977). Después vendrían muchas más. Hoy suma medio centenar de películas como director. Aunque nos encanta como actor, para fortuna del séptimo arte decidió ponerse en 1968 detrás de las cámaras para dirigir sus propios guiones. Una combinación adecuada de suerte, talento y tenacidad pueden ser las claves de su éxito. Una leyenda viva del cine que puede presumir de tener una ópera prima más que aceptable que vista hoy no ha perdido ni un ápice de comicidad.