
Se suele venerar y rendir culto a esos directores de cine que a edades muy tempranas tuvieron la suerte de brillar con sus óperas primas. Sin embargo, si buceamos un poco en la historia del cine vemos que está repleta de realizadores que no pudieron debutar tan jóvenes, lo cual no significa que sus trayectorias cinematográficas no hayan tenido el mismo valor que la de un enfant terrible. Nunca es tarde para dirigir la primera película. Algo que deberían grabarse a fuego muchos estudiantes que terminan sus estudios de cine, preocupados más por convertirse en el nuevo Orson Welles o en imitar a Xavier Dolan. Pero con tenacidad, constancia y dedicación hay muchos cineastas, que sin ser unos jovencitos, debutaron en el cine a partir de los 30 o 40 años y nos han sorprendido con una fructífera carrera cinematográfica.
Muchos de estos cineastas incursionaron en otras disciplinas artísticas antes de hacer cine o trabajaron durante un tiempo en otras áreas de la industria del entretenimiento. Algunos de los mejores directores del cine reciente como el austriaco, Michael Haneke, y la francesa Claire Denis, debutaron a los 47 y 42 años, respectivamente. Otros talentosos cineastas debutaron pasando los treinta años: Alejandro González Iñárritu lo hizo a los 37, mientras que Nuri Bilge Ceylan, Ang Lee, Jean-Pierre Jeunet y Michel Gondry tenían 38 cuando estrenaron sus óperas primas.
La web Mentorless ha elaborado una infografía que nos recuerda que nunca es demasiado tarde para dirigir la primera película. Porque «al igual que el buen vino, el cine es un arte que gana en sabor y sutileza con la experiencia y el tiempo». A continuación una muestra con 26 directores de cine que debutaron a partir de la treintena y que nos convencerá que el talento no distingue por edades.
¿A quién añadirías? Por ejemplo, en España tenemos a Bayona, que tenía 32 años cuando estrenó ‘El orfanato’.