Tras irrumpir en la cinematografía española de manera fulgurante con la excelente ‘Alas de Mariposa‘, ópera prima que le otorgó una temprana Concha de Oro en el Festival de San Sebastián, el cineasta Juanma Bajo Ulloa (Vitoria, 1967) ha seguido una trayectoria desigual. En los noventa firmaba la también magnífica ‘La madre muerta’ (1994), que insistía en la maternidad y los fanstasmas familiares como leitmotiv, unos años antes de estrenar la exitosa comedia ‘Airbag’, una de las más celebradas  y taquilleras del cine español en aquella década.

Desde entonces, apenas dos largometrajes de ficción y un par de documentales forman el escaso bagaje de Ulloa en el nuevo siglo. El drama rural ‘Frágil’ (2003) y la comedia ‘Rey Gitano’ (2016) pasaron fugazmente por las pantallas sin despertar excesivo entusiasmo, pues distaban del magnetismo de su obra primigenia. Con ‘Baby‘, un opresivo drama que juguetea con el fantástico, recupera en parte las obsesiones presentes en sus primeras cintas con una narración preciosista y sin diálogos que ha sorprendido gratamente en su presentación en el Festival de Sitges.

Hablamos con el director vasco en los jardines del Hotel Meliá tras asistir al estreno de ‘Baby’ y también con una de las actrices protagonistas de la película, Natalia Tena (la recordada Osha de ‘Juego de Tronos’) a la que cada vez vemos más integrada en el cine español.

Entrevista con Juanma Bajo Ulloa (director y guionista)

• Sabíamos muy poco sobre ‘Baby’ y el resultado es impactante. Sorprende el riesgo asumido en una narración sin diálogos y la conexión temática con tus primeras películas. ¿Cómo surge ese regreso tonal a los inicios de tu filmografía?

Juanma Bajo Ulloa: Es cierto que muchos me mencionan ese regreso, pero yo comento medio en broma que en realidad nunca me he ido. Por un lado, es complicado encontrar el momento y la energía para volver a hablar de tus demonios interiores. Son temas dolorosos que a mí como autor me cuesta sacar, pues de algún modo expones tu alma y eso duele. Por otra parte, el contexto actual de la industria, conservadora y con tendencia a censurar y coartar la libertad creativa, no facilita poder levantar proyectos personales. Todo está en manos de las plataformas y los grandes medios de comunicación a los que no les interesa la autoría. Lo que intenta el sistema es adoctrinar y aborregar a la audiencia. La creación es peligrosa porque invita al pensamiento libre, algo que choca con el neopuritanismo imperante convertido en pura censura inquisitiva. Se apuesta por crear obras racionales y asépticas, fabricadas para gustar a un público supuestamente mayoritario, y que invitan a un consumo inmediato que no deja ningún poso. En este panorama y con un público muy polarizado, es muy difícil encontrar el hueco para levantar una película como ‘Baby’. Hallar la manera de dar vida al proyecto ha sido un trabajo de varios años, dadas las enormes dificultades para poder financiarla. Más allá de esa dificultad, yo siempre he mantenido esa pulsión por hablar de ciertos temas dolorosos pero terapéuticos, y que intento abordar desde la visceralidad y desde la emoción.

• A esas dificultades que comentas, relacionadas con la alergia de la industria a la creación libre, entiendo que se añade un reto adicional para poder apostar por una película sin diálogos. ¿Es algo que siempre tuviste claro desde la génesis del guion, o la idea de despojar a los personajes de la palabra fue cobrando sentido a lo largo del proceso creativo?

Juanma Bajo Ulloa: Desde la historia original que tenía en mente el guion iba variando en sus sucesivas versiones. Es habitual que a lo largo del proceso creativo, el propio texto te pida cosas, vaya mutando. Yo buscaba la esencia, como quien crea un perfume. Veía que en cada nueva versión había menos texto, menos decorado, menos elementos… De pronto la idea de retirar cualquier diálogo cobraba sentido. Lo que sucedía es que en cualquier reunión en la que yo mencionaba este asunto, la otra parte se levantaba de la mesa. El conservadurismo y la falta de osadía son veneno para la creación. Todas las obras que nos han marcado en el ámbito del arte suponen un salto al vacío, rompe con las modas y a menudo son incomprendidas. La creación se sustenta de algún modo en la ruptura, pero parece que nadie tiene en cuenta eso. En la mayoría de las cinematografías, incluida la española, se apuesta por contra por una creación bulímica, orientada al consumo inmediato y el vómito posterior. Hay otras, como la francesa o la norteamericana que sí tienen en cuenta la importancia de la creación para construir una cultura propia y una identidad. En Estados Unidos se tiene obviamente un sentido de industria, pero también se ha apostado históricamente por la libertad creativa y el mérito, no por las relaciones públicas o la ideología como sucede en España. Francia por su parte ama la cultura, mientras España usa su cultura y la manipula. Esa es la gran diferencia y por ello la creación francesa es un referente para muchos creadores.

«La creación es peligrosa porque invita al pensamiento libre, algo que choca con el neopuritanismo imperante convertido en pura censura inquisitiva». Juanma Bajo Ulloa

• Centrándonos ahora en el aspecto formal de la película, la historia está envuelta en un universo visual que remite a un cuento de hadas oscuro. ¿Hay una intención de rebajar la crudeza del drama que se narra introduciendo esa sensación de irrealidad, o la estética de la película es algo que está desde el inicio en tu cabeza como elemento eminentemente estilístico para acompañar a la historia?

Juanma Bajo Ulloa: Para mí es muy importante la atmósfera. Siento la necesidad de introducir al espectador en un universo, y que ese universo no se parezca a ningún otro. Intento transmitir esa idea a todo el equipo durante el rodaje, que el resultado final no se parezca a nada anterior. Había por tanto una intención estética y climática constante para que la película fuese única y los personajes resultasen icónicos. En la industria actual se apuesta hoy en día tanto por lo racional, que se ha convertido en feísta. En esta película por contra se apela a la visceralidad, a la emoción. La mente es una herramienta pero no es el fin. Todo el equipo (vestuario, iluminación, decorados…) sabía que yo como director buscaba encontrar la belleza, la hermosura. Aunque estuviéramos rodando en una casa degradada, o reflejemos cosas como la putrefacción, la enfermedad y la muerte, la mirada siempre estaba orientada a la belleza, con la intención de crear algo atractivo que el espectador no pueda dejar de mirar.

• También llama la atención en la película la importancia del entorno natural en una narración que incluye breves pasajes que se centran en los animales o la vegetación que rodea a los personajes.

Juanma Bajo Ulloa: En la película se habla de que todos somos parte de un todo. Somos un organismo que está enfermo en este momento, pero incluso esto se puede contar desde la óptica de la belleza que comentábamos anteriormente, ya que la naturaleza en sí misma es perfecta. Un objeto que dejas en el campo es engullido automáticamente por el propio entorno natural. La casa en la que se desarrolla la película ha sido del mismo modo fagocitada por la naturaleza, se la va comiendo poco a poco con los años. Mi mirada hacia el elemento natural parte de esa perfección inherente al medio, y también sobre la base de que la vida y la muerte son parte de un mismo proceso. Yo no hago distinción de los personajes humanos y no humanos (incluso la casa) los trato con el mismo cariño, todos tienen su papel.

• Por último, esa búsqueda de la belleza que subrayas ¿está de algún modo conectada al hecho de que ‘Baby’ se enmarque en un microcosmos exclusivamente femenino?

Juanma Bajo Ulloa: Es probable como dices que el universo de la película, más allá de los personajes que lo habitan, tenga un punto femenino. Cuando entras en una casa a veces intuyes esa «mano femenina», pues a menudo el hombre es más pragmático y descuidado mientras la mujer suele tener una necesidad mayor de rodearse de belleza. Dicho esto, la principal razón para que la película esté centrada en el universo femenino es porque la historia gira alrededor de la idea de la creación, y por tanto de la vida. La mujer tiene el potencial de crear vida y en la pelicula hablamos de esto a través de la maternidad, de ahí que los personajes del filme sean mujeres. La única pregunta que ha de hacerse el espectador es si el bebé es niño o niña… (risas).

Natalia Tena, actriz de Baby

Entrevista con Natalia Tena (actriz)

• Del mismo modo que sorprende el riesgo de la propuesta de Bajo Ulloa, es probable que muchos espectadores se sorprendan por verte a ti en un proyecto de estas características, tan autoral dentro del cine español. ¿Cómo gestionas la alternancia en tu carrera entre superproducciones televisivas como ‘The Mandalorian’ o ‘Juego de Tronos’ con tu inmersión en propuestas de cine de autor como ‘Baby’?

Natalia Tena: No es un cambio tan grande en realidad. Cuando la gente es profesional y buena en su trabajo, la sensación en el set es la misma. Cada proyecto tiene su dimensión y su esencia, pero la rutina para mí como actriz es la misma: te levantas temprano, vas a trabajar, haces tus horas y te vas a la cama esperando haberlo hecho bien. Lo único que sucede es que con los proyectos más grandes tienes más tiempo para hacer una escena, mientras que en las películas más pequeñas sientes más la presión por finalizar el rodaje. A cambio, el trabajo con el equipo es más cercano, llegas a conocerte más y se forma una pequeña familia muy unida.

«En el set de rodaje me aislé de una manera casi inconsciente buscando conectar con la esencia de mi personaje». Natalia Tena

• ¿Cómo entras en este proyecto? ¿Conocías la carrera de Juanma Bajo Ulloa antes de empezar a rodar?

Natalia Tena: Mi representante me envió el guion sin diálogo, lo cual me sorprendió mucho y me pareció una idea tan rara como atractiva. Al no existir diálogo el guion se lee como un cuento gótico y extraño, con elementos oscuros como la muerte y las drogas junto a esa presencia poderosa de la naturaleza, que juega con la idea regeneradora de la naturaleza. Todo me atrajo mucho desde el momento en que leí la sinopsis y fue cuando revisé con gran  interés las primeras películas de Juanma, cuando me decidí a aceptar el proyecto. ‘La madre muerta’, que conecta en parte con ‘Baby’ por el tema de la maternidad, es una película maravillosa. Y eso fue lo que finalmente me empujó a dejarme llevar a su mundo.

• Pasando a hablar de tu personaje en concreto, formas parte de una extraña familia formada por tres mujeres cuyo origen y relación no se menciona de forma explícita. ¿Cómo afrontaste un personaje con tantos enigmas y cómo te influyó el hecho de ser privada de una herramienta tan importante para el actor como su voz?

Natalia Tena: Intenté explorar de manera individual cuál podía ser el pasado de mi personaje o sus motivaciones, pero también por medio de Juanma terminamos de construir su psicología. Yo vi a una hija rechazada por su madre y en permanente búsqueda de aceptación y amor. En cuanto a la ausencia de diálogo, me apoyé en mi experiencia teatral con la compañía británica ‘Shared Experience’, donde hacíamos un tipo de obras muy físicas, trabajábamos mucho la expresión corporal, y me sirvió para adoptar los gestos de este ser desvalido, una mujer que como un perro maltratado insiste en esforzarse por ser amada. La estética del personaje, es también muy importante para meterte en el papel, pero me ayudó sobre todo un trabajo de introspección en el set, pues a pesar de mantener una relación estupenda con mis compañeras de rodaje, me aislé de una manera casi inconsciente buscando conectar con la esencia de mi personaje. Fue en general una experiencia fantástica.

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