“¿Cómo es posible que le ocurran todos estos disparates a una misma persona?”. Esta pregunta retórica se la plantea a sí mismo el personaje de David en ‘La fiera de mi niña‘ después de ser víctima de las astucias de Susan, (interpretados por Cary Grant y Katherine Hepburn respectivamente). Sin duda, esta interrogación coincide con el tipo de preguntas que surgen en la mente del espectador cuando se enfrenta a este género hollywoodiense de los años 30 y 40: la screwball comedy.

Y es que, si por algo se caracteriza este modelo de comedia dentro del cine de Hollywood es por la locura e imprevisibilidad que de él emana. Como espectadores, nos cuesta entender que tantos eventos inverosímiles y completamente locos le puedan ocurrir a unos personajes excéntricos y chiflados en un espacio de tiempo tan corto y de manera tan rápida y ágil.

Un término con historia

El nombre de screwball comedy para denominar este tipo de comedias viene de una expresión coloquial en inglés de finales del siglo XIX: screw loose, expresión utilizada para denominar a alguien excéntrico y que actúa de manera loca. Más tarde, este término se populariza en el argot del beisbol, haciendo referencia a una bola del juego golpeada de tal manera que durante su trayectoria en el aire evoluciona de forma imprevisible. Más o menos lo que sucede con los argumentos de estos filmes, tan imprevisibles que resulta difícil adivinar qué nuevo acontecimiento loco ocurrirá.  Es por esto que, en nuestro idioma, este género se ha llamado también “comedia loca” o “zigzagueante”.

Sucedió una noche y la consolidación del screwball comedy

El género nació con ‘Sucedió una noche’, película estrenada en febrero de 1934 y que llenó las salas de cine de un país, Estados Unidos, todavía sumido en la Gran Depresión. La crisis consecuencia del Crack del 29 en la que naufragaba todo el país también afectó a la industria cinematográfica, ya que a partir del año 32 las salas empezaban a vaciarse y los ingresos obtenidos de la venta de entradas disminuían considerablemente. Entonces llegó Columbia y, aunque su situación estaba cercana a la quiebra, logró producir ‘Sucedió una noche’, película gracias a la cual la pequeña productora resucitó. El público acudió a ver la película con ganas de evadirse, pero también de encontrarse en la pantalla las consecuencias de la Depresión y la realidad de la que ellos formaban parte, y eso fue lo que se encontraron. Eso sí, también esperaban expectantes un final feliz y lleno de optimismo, algo que las películas de screwball comedy también ofrecían.

‘Sucedió una noche’, además de la aprobación del público, consiguió también el reconocimiento de la Academia y, en la séptima ceremonia de los Oscar, la película se alzó con los cinco premios más importantes. Este reconocimiento fue probablemente lo que permitió que el género se consolidara y que, en los años posteriores hasta 1941 (aproximadamente), se siguieran produciendo películas de este género. La comedia triunfó, pero lo hizo porque en el fondo de cada película se reflejaba la realidad del momento en los Estados Unidos.

El contexto político, social y económico marca la screwball comedy y, al mismo tiempo, este subgénero cinematográfico marca la sociedad estadounidense del momento. Ambos se retroalimentan y dan como resultado casi un centenar de películas producidas principalmente en el periodo desde 1934 hasta 1941 en las que abundan la innovación y originalidad. Algunos de los cineastas y películas que más destacaron en el género fueron: Howars Hawks (‘La fiera de mi niña’ o ‘Luna nueva’), Gregory La Cava (‘My Man Godfrey’), Léo MacCarey (‘The Awful Truth’), Ernst Lubitsch (‘La octava mujer de Barba Azul’), Frank Capra (‘Sucedió una noche’), Mitchell Leise (‘Medianoche’), Preston Sturges (‘Las tres noches de Eva’, ‘Los viajes de Sullivan’, ‘Un marido rico’) o George Cukor (‘Vivir para gozar’, ‘Historias de Filadelfia’).

¿Qué debe tener una película para ser una screwball comedy?

No todas las películas denominadas screwball comedy compartían los mismos rasgos y características, pero en la mayoría de ellas predominaban los argumentos locos, inverosímiles, llenos de nonsense y situaciones humorísticas que se enlazaban unas con otras. Argumentos que estaban dirigidos por unos diálogos ingeniosos, irónicos, llenos de dobles sentidos y emitidos a gran velocidad lo que, junto a la rapidez en la que desarrollaban los acontecimientos, aportaba a la trama un ritmo trepidante. En muchas ocasiones, estos diálogos escondían un mensaje oculto, algo a lo que la narrativa del Hollywood clásico ya estaba acostumbrada debido a las restricciones que imponía el Código Hays. Estos diálogos eran pronunciados por personajes excéntricos en su mayoría, que se dejaban llevar por sus propios impulsos y que acababan contagiando su locura a aquellos personajes que al principio de la película parecían algo más cuerdos.

Algo que cabe destacar en este tipo de películas es la invitación a la reflexión sobre la diferencia de clases en la sociedad norteamericana. Los personajes que pertenecen a la clase más alta se comportan de manera muy contraria a lo que se les exige (‘Vivir para gozar’), mientras que los personajes de clase baja hacen todo lo posible por hacerse pasar por personas de la nobleza (‘Medianoche’). En un momento de alto desempleo en el país, estas películas mostraban los lugares más lujosos y las vidas de los más adinerados. Sin embargo, en muchas de estas ocasiones, los ricos eran, de alguna u otra manera, ridiculizados por la trama misma de la película, algo que satisfacía a los espectadores americanos de no tanto nivel adquisitivo que acudían a las salas.

La batalla de sexos y la fuerza de los personajes femeninos

La satirización de la “batalla de sexos” es otro de los elementos más presentes en el género y, en este sentido, es importante recalcar el rol que toman las mujeres en este tipo de filmes. Dejando de ser las musas etéreas, sumisas y pasivas a las que Hollywood tenía acostumbrados a sus espectadores, las mujeres de la screwball comedy llevan la voz cantante y son el motor de la acción. Se presentan como mujeres libres, activas, inconformistas y valientes. Dejando de ser el objeto de deseo de la mirada masculina, son ellas las que se sitúan por encima de sus compañeros masculinos y las que los guían y manejan a su antojo. Personajes femeninos empoderados y adelantados a su época, pero a las que, desgraciadamente, les solía esperar un final en el que el principio de libertad que ellas profesaban resultaba coartado por distintas circunstancias. Es cierto que todavía quedaban algunos años para ver en la pantalla personajes femeninos verdaderamente empoderados, pero eso no quita el importante papel que jugaron las mujeres de la screwball comedy y el inmenso legado que dejaron en la historia del cine.

La screwball comedy destacó porque se fijó en la realidad social e hizo que los espectadores, aunque también disfrutaban y se reían frente a la pantalla, no se olvidasen del momento social que atravesaba Estados Unidos en aquella época. Este género nació gracias a un contexto determinado, y ayudó a reflejar ese mismo contexto en la gran pantalla gracias a sus innovadoras y originales creaciones, sin olvidar en ningún momento su espíritu lúdico, lunático y completamente imprevisible que tanto gustó a los espectadores norteamericanos de aquellos años.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *