El Festival de Cine de Gijón 2020 encara su recta final tras seis días en los que los aficionados al cine de autor han podido ver ya gran parte de las películas seleccionadas por los programadores a través de las plataformas online que se han convertido en garantes de un certamen que por primera vez ha tenido que renunciar a su versión presencial. De aquí a la medianoche del sábado, Filmin y FestHome añadirán en su catálogo nuevas películas incluidas en la parrilla del FICX. Entre ellas está la esperada ‘First Cow’ de Kelly Reichardt de la que os hablaremos en la última crónica.

A estas alturas del festival podemos resaltar la importancia de la memoria y las cicatrices del pasado como arterias centrales de las secciones competitivas del certamen. Desde distintas ópticas y puntos geográficos muy diversos, predominan en el 58FICX obras que apelan al recuerdo de las raíces, a menudo a través de la exploración del dolor provocado por acontecimientos del pasado reciente cuyas huellas aún se vislumbran en el tiempo presente. Ese diálogo intergeneracional como propuesta redentora es un estimulante ‘leit motiv’ de esta edición de un Festival de Gijón que vuelve a mostrar una envidiable coherencia a la hora de armar su programación.

Voices in the Wind (Japón). Dir. Nobuhiro Suwa

La tragedia del tsunami que asoló las costas de Japón en 2011 origina el drama de ‘Voices in the Wind‘, relato iniciático de una adolescente que lidia desde su infancia con el duelo por la muerte de sus padres víctimas de aquella catástrofe. Al enfermar su tía, con la que convive desde el fatídico acontecimiento, la joven cae en un profundo estado de desolación que la lleva a emprender un viaje rumbo a sus orígenes. La quietud de la cámara en el inicio, solo se rompe para seguir con discreción los pasos de su protagonista en su deambular por los escombros físicos y emocionales de un trayecto de final incierto.

Tras la celebrada ‘El león duerme esta noche‘, Nobuhiro Suwa entrega una de las películas más destacadas del Festival de Cine de Gijón 2020. Esta exploración de los traumas colectivos como herramienta para la cicatrización de las heridas individuales es un portento de emotividad, narrado con la pausa que requieren los poemas de redención para que el efecto balsámico alcance a sus personajes y, de paso, a su público. A partir de tragedias muy concretas, la película construye un mapa universal del dolor y sitúa a su protagonista en el centro de un revelador viaje emocional del que el espectador es cómplice, y en el que sus encuentros con otras almas rotas terminará por trazar el camino a seguir.

Together Apart (China). Dir. Youjia Qu

También sobre la pérdida versa la película china ‘Together Apart‘, que en apenas una hora de metraje condensa de manera sublime el tránsito emocional que provoca la muerte de un familiar en aquellos que le sobreviven. Planteada como un relato de fantasmas que regresan para cerrar heridas abiertas o cuentas pendientes, la película se inicia con una anciana recogiendo los platos del desayuno de su marido, que ha fallecido unos días atrás. Aún confundida, escucha la voz de su esposo al teléfono y finalmente este se aparece frente a ella para su asombro y el de su hija, que intenta averiguar las razones de su momentáneo regreso.

El duelo, la culpa y el miedo se dan cita en una narración que recurre al sosiego y utiliza como elementos expresivos los sonidos cotidianos, las fotografías antiguas y el entorno natural para conformar una metáfora sobre el viaje espiritual y la memoria en cuya superficie vagan unos personajes a los que se ofrece la oportunidad de la despedida como camino de paso entre el dolor y el consuelo. Su excelente secuencia final, que sugiere el recuerdo y el traspaso intergeneracional como supervivencia del legado, queda sin duda entre los instantes cinematográficos más memorables del Festival de Cine de Gijón 2020.

Implosión (Argentina). Dir. Javier Van De Couter

De nuevo la memoria como eje central, en este caso como perversa compañera de viaje que atormenta la psicología de los protagonistas de ‘Implosión‘, película que muestra a dos jóvenes argentinos que resultaron heridos una década atrás en un asalto armado a un instituto del sur de Argentina que terminó por causar una auténtica matanza. Además de las heridas físicas, los personajes muestran evidentes daños emocionales que gestionan en este caso a través de las ansias de venganza que surgen al conocer por circunstancias azarosas el paradero del ejecutor del ataque.

La película parte de una premisa potente y presenta a sus protagonistas en un interesante conflicto psicológico y moral. La cámara opta por reducir al mínimo la profundidad de campo para centrarse en los rostros de sus protagonistas, mostrados como víctimas despojadas de un horizonte e incapaces de vivir con normalidad desde la tragedia. Sin embargo, el relato se distrae en un viaje que lejos de resultar revelador, dispersa el centro de la historia, y solo recupera el pulso en un final no por predecible menos inquietante.

Transoceánicas (España). Dir. Meritxell Colell y Lucía Vassallo

Fruto de una amistad forjada en la ciudad de Barcelona, y con su dedicación al cine como nexo de unión, surge entre dos cineastas un intercambio de imágenes con el objetivo de mantenerse conectadas emocionalmente tras la partida de una de ellas a Buenos Aires. De ahí surge un proyecto tan personal como ‘Transoceánicas‘, en el que sus creadoras hablan del poder reparador del arte, pero también de la maternidad, las relaciones interpersonales o el paso del tiempo.

Colell y Vassallo construyen una sentida correspondencia fílmica en la que desnudan sus emociones mientras relatan acontecimientos cruciales en sus vidas personales y profesionales. La película invita al espectador a sumergirse en un doble diario personal, y se convierte en un cálido homenaje al arte de narrar en imágenes y también funciona como carta de amor al cine como herramienta para plasmar aquellas emociones para las cuales las palabras se quedan cortas.

One of These Days (Alemania). Dir. Bastian Günther

Un concesionario de coches de un pueblo de Texas organiza una competición para ganar una furgoneta. Los participantes deben mantener sus manos sobre el vehículo durante día y noche hasta que a sus contrincantes les venza el sueño o el desánimo. Un joven de escasos recursos se enfrentará a variopintos personajes que ejemplifican distintos estereotipos de la América rural. Esta es la potente premisa argumental de ‘One of These Days‘, película que funciona gracias a una narración fluida, unas interpretaciones notables y una voluntad de crítica social que remite al célebre ‘Danzad, danzad malditos‘ de Sydney Pollack.

Aunque el filme de Günther se ambiente en nuestros días, mientras su referente clásico se enmarca en la Gran Depresión, ambos comparten un feroz retrato del sistema capitalista, que deshumaniza a los individuos al inocularles un salvaje espíritu de competitividad extrema. ‘One of These Days’ explora los límites de dicho sistema sublimado en la sociedad estadounidense, y muestra a sus personajes como juguetes rotos que son víctimas de esos pocos que mueven los hilos y manejan a sus marionetas con la única voluntad de que la rueda siga girando.

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