
En 1939, Josep, después de haber huido de la nueva dictadura de Franco, es atrapado por los franceses y encerrado en un campo de concentración. Lo que vive allí es terrible: vejaciones, humillaciones y muerte. Pero es allí donde conoce a su única esperanza: Serge, un policía francés que destaca entre la inhumanidad de los gendarmes. La humanidad que aún intenta retener Josep la vuelca en sus dibujos y en su prometida, a la que perdió de vista cuando la dejó en un tren camino a Francia. Pero la vida de Josep no se termina en Francia; allí solo empieza. Su talento y su ingenio lo llevan a conocer a Frida Kahlo y a vivir en Nueva York, mientras lo vivido en el campo de concentración lo acompaña allá donde va.
‘Josep‘ es la biografía de Josep Bartolí y, a la vez, la exposición de unos hechos que el cine ha retratado en varias ocasiones: el exilio de miles de personas que corrían lejos de las fauces de Franco. Pero este hecho nunca se había narrado de esta manera, jamás con animación, con un toque de surrealismo y con mucho arte. Para narrar la vida de Bartolí, un dibujante exiliado víctima del franquismo, el ilustrador Aurel hace del dibujo su medio para exponer una historia de amor al arte, de sufrimiento, de muerte y de esperanza. Y, como no podía ser de otra manera, la ilustración se usa de manera espectacular. Solo hace falta echar un vistazo a los primeros minutos, donde se conjugan diferentes técnicas, trazos y colores para exponer distintos tiempos internos.
Por un lado, en el pasado, aquél lleno de desolación, de hambre y de enfermedad en el campo de concentración, tanto el movimiento como el color y el trazo del dibujo son más sencillos y oscuros. Cabe destacar que las ilustraciones mostradas en la película que son dibujadas por el personaje de Josep son, verdaderamente, los dibujos que el mismo Josep Bartolí realizó durante su encierro en Francia. Cuando el personaje de Josep se encuentra en México, la ilustración y la animación de la película cambian, adecuándose al momento y el lugar que está viviendo, al estilo del verdadero Bartolí en ese momento. Lo mismo sucede en Nueva York.

Por otro lado, en el presente, en la Francia libre del ahora, los colores son más vivos y la animación fluye. El papel del arte no está solo en el contenido ni en la forma, también en el mensaje: el arte no muere, pasa de generación en generación, de época en época, salva vidas y guarda recuerdos. También es la manera en la que, tanto Bartoli como Aurel, eligieron para hablar de lo que querían hablar, para criticar, ironizar y satirizar, para tratar la política y para tratar la vida. Porque, como Bartoli expresa en ‘Josep’, él dibujaba porque era su manera de sobrevivir en el mundo.
Para ese público que no suele ver animación, por lo que respecta al estilo puede que le cueste más, no es una animación espectacular, llena de imágenes con colores vivos ni escenas espectaculares; todo lo contrario, se ajusta exactamente al tema del que está hablando, al mensaje que quiere exponer. Por eso la animación es de trazos más sencillos, a veces como ilustraciones de bocetos, con colores apagados y poco movimiento. Sin embargo, por otra parte, es una manera de ver otro tipo de animación, una que superpone el contenido a la forma, una película única que, más allá de ser una biografía, podría, en parte, ser la de muchos.
Es cruenta, dura y explícita, a veces desenfadada, a veces llena de color y de música, y repleta de ironía, crítica y denuncia. Por eso fue reconocida por Cannes 2020 y, después de su estreno en Francia, llega con un destacable reconocimiento por los premios del cine europeo a la cartelera española.