Un actor consagrado en el panorama del teatro dará vida a Walter en una obra que cuenta con el idol adolescente del momento como coprotagonista, en el papel de Singer. Como si de la vida real se tratase y Walter y Singer cobraran vida, los actores experimentan una extraña historia de amor en la que la tragedia es su elemento más destacado. ¿Hasta dónde se puede llegar para dar lo mejor y cumplir con las expectativas de los de alrededor? Encarnar a la perfección a su personaje es a lo que aspira Young-woo al ver que, frente a él, Jae-ha es un actor de método y firmemente consagrado en el mundo de la actuación. Pero esto mismo es lo que a los dos se les va a ir de las manos en ‘Method‘ (2017), de la directora surcoreana Pang Eun-Jin.

El juego entre lo real y la ficción tiene aquí un lugar destacado. ¿Es parte del ensayo del actor lo que dice con tanto sentimiento o es realmente su pensamiento? ¿Los sentimientos son reales o, en realidad, éstos son los de los personajes, que acaban por engullirse al actor?

Sin duda, hay algo que se come totalmente la película, y no es esta confusión entre vida y teatro, ni el trabajo intimista que se realiza con cada personaje, ni tampoco esa gran idea que anida en la mente del espectador después de ver el filme: ¿cuáles son los límites a los que se puede llegar para cumplir un objetivo?

No, nada de eso llama tanto la atención como su temática homosexual. ¿Una película del colectivo LGTBIQ+ en Corea del Sur? Sí, existe a pesar de que parezca impensable. ‘Method’ es muy poco conocida, así que Filmin le ha dado un empujón incluyéndola en su catálogo para que los espectadores tengan la esperanza de un cine surcoreano de este tema. Cuando se repasa la filmografía surcoreana respecto a la temática LGTBIQ+,  que engloba a lesbianas, gays, transexuales, bisexuales, transgénero, intersexuales y queers, hay algún que otro título, como ‘La doncella’, de Park Chan-wook, o la rara avis (rara avis porque los surcoreanos hicieron una película sobre el transgénero y la transexualidad) ‘Man on high heels’, de Jang Jin. Pero, salvo el primer título, ninguna ha tenido un éxito destacado.

Method, dirigida por Pang Eun-Jin. Cine LGTBI surcoreano
Seung-Hoon Oh y Park Sung-Woong en «Method», dirigida por Pang Eun-Jin.

Cierto es que ‘Method’ juega al despiste entre un amor homosexual y uno heterosexual, insistiendo en la verdad de uno y la mentira del otro. Pero esa confusión, entre cuál de ellos es real y cuál no, es la clave. A la película se le denota un sutil miedo a lo explícito, a dar un paso más allá, pero el atrevimiento de tratar este tema como central ya es un gran paso para los surcoreanos.

El resto del mundo lleva un tiempo dejando atrás el miedo de hablar de otro tipo de amor, tan válido como el que la sociedad impuso como correcto, y títulos como ‘Call me by your name’ o ‘Moonlight’ (que ganó el Óscar a mejor película en 2017) han recibido gran reconocimiento. De hecho, ¿no es mejor utilizar el cine y la cultura como medio para mostrar a la sociedad otra visión del mundo? Entonces, ¿por qué les cuesta tanto a los surcoreanos hacer un cine que rompa con uno de los tabús más controvertidos de la sociedad?

Mientras las leyes continúen cerrando puertas al colectivo LGTBIQ+, la sociedad seguirá pensando que lo que no es respaldado por la ley, no es correcto. Si el matrimonio homosexual está prohibido y las relaciones sexuales entre el mismo sexo se consideran “acoso sexual”, los surcoreanos insistirán en verlo como incorrecto. La normalización de todo este tema es la clave para que la sociedad avance en este aspecto. Y el cine es una herramienta muy importante para ello.

Es por eso que es tan importante hacer productos culturales para normalizar los tabúes que a la sociedad le cuesta romper. Esperemos que Corea de Sur no tenga vergüenza de acabar con esas barreras y películas como ‘Method’ continúen haciéndose, estrenándose y consumiéndose.

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