La producción española ‘Destello bravío‘ es riesgo y reflexión, y gracias a la historia que nos presenta ha conseguido que la vida de un pueblo extremeño (Tierra de Barros, donde fue rodada la película) atraviese fronteras y consiga llegar hasta la nueva edición del Festival de Rotterdam. Detrás del filme se encuentra la directora de cine Ainhoa Rodríguez, que estrena su primer largometraje en este festival internacional de clase A, uno de los cinco más importantes del continente europeo junto al de Cannes, Venecia, Berlín y Locarno.

‘Destello bravío’ es un reflejo de cómo pasa el tiempo en la España vaciada y de toda la realidad que se esconde tras la vida de los habitantes de estos pueblos. La historia de la película se sitúa entre la ficción y el documental, y presenta un entorno rural en el que ya no nacen niños y apenas queda gente joven. Calles en las que reina el silencio y en las que las conversaciones, lideradas por mujeres cansadas que quieren alzar la voz, suceden intramuros. Y es que, en el largometraje de Ainhoa Rodríguez, queda patente en todo momento que el protagonismo es principalmente femenino. Aparecen hombres, sí, pero son ellas las que tienen algo que decir y son sus acciones y monólogos los que invitan al espectador a la reflexión.

Destello bravío, ópera prima de Ainhoa Rodríguez que compite en el Festival de Rotterdam
En la comarca extreñema Tierra de Barros se rodó «Destello bravío», ópera prima de Ainhoa Rodríguez.

‘Destello bravío’ es un conjunto de voces de mujeres que cuentan sus diferentes historias aparentemente nada extraordinarias y basadas en la costumbre y la tradición, y con las que el espectador puede sentirse fácilmente identificado. Estas historias, sin embargo, guardan en sí nociones de realismo mágico y se combinan unas con otras construyendo un relato arriesgado por los temas que trata, entre los que encontramos la soledad, la liberación y descubrimiento sexual, o el hastío vital. Gracias a estas historias vamos conociendo poco a poco, de manera gradual y a través de saltos temporales, la verdad que esconde este pueblo, que podría ser cualquier zona rural, ciudad o barrio del territorio español.

La directora debutante, Ainhoa Rodríguez, ha cuidado con mimo cada detalle a la hora de realizar la película. Los planos son reposados y nos presentan entornos ya conocidos, miradas perdidas y conversaciones comunes. Escenas repletas de detalles y acompañadas de una música idónea, que encaja a la perfección con lo que se muestra en pantalla y que transporta al espectador al lugar en el que se cuenta la historia. Aunque pueda parecer hipnótica y mágica en ocasiones, lo cierto es que en ‘Destello bravío’ reina el sentido, pues cada escena, cada diálogo y monólogo está pensando para decir y transmitir una idea y reflexión al espectador: para hacerle pensar. El espectador de este filme debe ser receptivo y tener ganas de dejarse sorprender y de experimentar lo que hay detrás de la aparente normalidad de la vida en los pueblos.

Destello bravío‘ se ha podido disfrutar en el Festival de Rotterdam, donde compite en la sección Tiger, que reconoce a los cineastas más jóvenes, y estamos expectantes de conocer qué trayectoria le espera a la cinta por otros festivales y salas de cine. Recordar que en este certamen cinematográfico empezaron su buena trayectoria ‘El año del descubrimiento‘ y ‘Los días que vendrán‘. Sin duda, se trata de una propuesta ideal para aquellos a los que les gustan las películas que innovan y apuestan, que aportan una mirada distinta y que no dejan indiferente al espectador.

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