
Bong Joon-ho se hizo famoso en Hollywood por su última película, ‘Parásitos’, ganadora absoluta en los Oscar de 2020. Consecuentemente, el mundo se dejó guiar por las voces de la Academia para seguirle la pista a este surcoreano. Pero el director lleva una larga carrera repleta de obras de arte que ya habían conseguido gran popularidad entre aquellos interesados por el cine más allá del cine occidental.
Tarantino, que ya había mostrado su gran admiración por el también director surcoreano Park Chan-wook, situó ‘Memories of Murder’ y ‘The Host’ entre sus recomendaciones para los amantes del séptimo arte. La primera no solo puso a Tarantino a sus pies sino que también levantó una gran cantidad de buenas críticas que encumbraban su película más ambiciosa hasta la fecha a un thriller policíaco digno de ser analizado y estudiado. Con la segunda, se afianzó en el panorama surcoreano y empezó a sonar internacionalmente.
Podríamos seguir hablando de más adoradores del director, pero cabe destacar la aparente preferencia de la más famosa plataforma audiovisual del mundo por Bong Joon-ho. Netflix ha dedicado parte de su presupuesto a producir dos de las películas que más han sonado en Occidente: ‘Okja’ y ‘Rompenieves’, que hace poco convirtieron en una exitosa serie.
Veamos, entonces, qué nos ha dejado hasta la fecha el director nacido en Daegu (de más antiguo a más reciente) y tastemos una pizca de un cine que cuenta la realidad con una visión total y espectacularmente personal, diferente y sorprendente. No por nada es un cine que no puede dejar indiferente a quien lo vea.
Perro ladrador, poco mordedor (2000)
Yun-Ju está obsesionado con deshacerse de un molesto perro de un vecino que lo pone nervioso con sus ladridos. Pero, a pesar de finalmente encontrarlo y tener la oportunidad de terminar con él, duda lo suficiente como para encerrarlo en un armario de la zona de calderas de su edificio vecinal hasta saber qué hacer. Sin embargo, este suceso solo es el principio de las idas y venidas relacionadas con el mundo de los perros que le van a suceder a lo largo de la película. Desde tener que lidiar con el perro nuevo que ha llevado a casa su mujer hasta conocer a Hyeon-Nam, con quien estará estrechamente relacionado de una manera u otra cuando, por casualidades de la vida, los perros empiezan a formar parte de su día a día.
Esta película tiene como hilo conductor a los perros pero pretende hablar de muchos hechos más allá del animal. Lo podríamos considerar una excusa para poner sobre la mesa partes de la realidad surcoreana que muy pocos se atreverían a sacar a relucir. Como, por ejemplo, el papel de la mujer y de la maternidad en su sociedad o la occidentalización de Corea del Sur poniendo como caso particular la figura del perro. ‘Perro ladrador, poco mordedor’ es el primer largometraje de Bong Joon-ho y ya con ella le presenta al público una marca personal que brillará hasta la más presente de sus películas: la comedia negra. La acidez y la absurdidad en su humor, y ese tono tan crítico, patrón que se repite en su filmografía de maneras diferentes, es una pequeña parte de lo que demuestra el gran talento del director.
Memories of Murder (2003)
Park Doo-Man es el encargado de investigar una serie de asesinatos acontecidos en su pueblo, todos ellos siguiendo el mismo patrón y teniendo como víctimas a mujeres. Sus métodos sucios se ven cuestionados por Seo Tae-Yoon, que llega de la ciudad para acompañar al detective Park en su investigación. Sus maneras de trabajar, de entender su oficio y de vivir son totalmente opuestas y eso crea incluso más dificultades a la hora de encontrar al culpable. Aún así, lo consiguen. Varias veces. O eso es lo que parece, pues a cada acusado que encuentran lo torturan para conseguir su confesión y termina culpándose por los crímenes. Sin embargo, acaban encontrando una pista que los descarta como culpables y la investigación debe volver a empezar.
La mecánica de esta película es extraordinaria y transforma el funcionamiento común del thriller, convirtiéndolo en un cine policíaco totalmente distinto. Al unir el retrato social y el costumbrismo con la acción y la comedia negra, rompe la estructura del género y crea una fórmula aparte. Así pues, no seguimos a unos policías que tardan toda una película en encontrar a un culpable, contra el que se enfrentan y terminan ganando, encerrando así al asesino. Para nada. Bong Joon-ho hace que sus policías encuentren enseguida al culpable. Y así, el espectador piensa que la investigación se cierra. Pero no. El que a toda costa parecía el asesino no lo es, y la investigación se reabre. Y así una y otra vez. Hasta que, al final, todos parecen culpables. Literalmente todos. Pero, ¿quién es el asesino?
The Host (2006)
Un monstruo fruto de la contaminación vertida en el río Han de Seúl está causando terror en la ciudad y el ejército sale a luchar contra este ser mutante para destruirlo, pero se ha adueñado del lugar y nadie puede sacarlo de allí. Sin embargo, Gang-Doo, con la ayuda de su loca familia, se mete en la boca del lobo para encontrar a su hija capturada por el monstruo.
De nuevo, algo común en la filmografía del director: redimensionar el género. Una película de monstruos al uso que es de todo menos al uso. Y cómo no va a serlo si su héroe principal es un hombre patoso e irresponsable y sus escuderos, unos personajes de lo más locos y estrambóticos. Una cinta con un mensaje muy claro y que veremos a lo largo de las películas de Bong Joon-ho: la crítica al funcionamiento del mundo y, en concreto, de Corea del Sur. En ‘The Host’, el turno es para las industrias y la contaminación que producen. Más adelante, en sus próximas películas, caen las clases sociales, los abusos a los discapacitados mentales o la comida rápida. Y, en todas ellas, como bien claro deja esta película, la crítica se hace con un tono único, lleno de metáforas y de comedia negra. Aquí hallamos las bases de su cine: el humor entremezclado con la seriedad, la contundencia de su mensaje y lo caricaturesco de sus personajes, que son de fábula en consonancia con su tono más irreal que realista.
Mother (2009)
Do-Joon es un joven inocente e ingenuo de 27 años que tiene dificultades para vivir solo, no tiene las capacidades para tener una vida “común” y depende en exceso de su madre. Ella, en afán de protegerlo, lo tiene en una cajita de cristal y lo cuida con adoración excesiva. Es por eso que, cuando Do-Joon es acusado del asesinato de una joven del pueblo, ella mueve cielo y tierra para demostrar la inocencia de su hijo. Este, que no recuerda lo que sucedió aquella noche por ir demasiado borracho, es encerrado mientras su madre descubre que no todo es lo que parece a simple vista.
Esta es una película muy poco conocida de Bong Joon-ho, pero muy interesante, sobre todo por cómo se trata el género cinematográfico. La ejecución de la trama no se basa simplemente en la investigación de un caso. Es más, mientras esto se sucede, algo más destacable está pasando: la creación, desarrollo y clímax de la construcción de unos personajes complejos y con una psicología perfectamente trabajada. Todo en esta película va en consonancia, llena de elementos que forman una historia que, aunque ha sido contada decenas de veces en el cine, nadie lo ha hecho de esta manera. Con una investigación que se va hilando poco a poco y con una gran cantidad de detalles y matices que la hacen inteligente, se construye ‘Mother’.
Rompenieves (2013)
En esta distopía, la única humanidad que queda sobrevive como pasajeros en un tren que hace eternamente el mismo recorrido, no pudiendo escapar del lugar ya que el planeta es inhabitable a causa de un glacial provocado por el ser humano. Como en una sociedad presente, el tren está dividido en clases sociales y los habitantes de cada vagón y zona social tienen una vida regida estrictamente por ese estatus. Las diferencias entre las vidas de unos y otros son extremas e, inevitablemente, llega un punto en el que la “convivencia” entre clases salta por los aires. Curtis lidera esa revuelta que pretende reivindicar la dignidad de los que están a la cola de ese tren y sufren las consecuencias de la buena vida de los vagones capitales. Con esa revolución definitiva, Curtis pretende llegar a la cabeza del tren y atacar directamente el cerebro, lo que significará tener que cruzar todo el tren.
Es increíble lo fácil que es darse cuenta del presente con una loca distopía no tan lejana a la realidad que nos presenta Bong Joon-ho en coproducción con Estados Unidos. “El tren es el mundo; nosotros, la humanidad”. Y lo que hace esta humanidad es lo que representa a este mundo. En este tren, todos los que están fuera de los últimos vagones quieren conservar ese estatus. Aunque sea más miserable que el del vagón anterior, ninguno quiere retroceder. Y de eso se trata esta humanidad, de evitar ser tú el que vive en la base de la pirámide. Esto está perfectamente explicado en una cinta repleta de acción, de reflexión y de personajes que representan toda variedad de posición ante la injusticia que reina este mundo tan particular.
Okja (2017)
Okja es una de los miles de súper-cerdos creados genéticamente por una empresa llamada Mirando. Un concurso que durará 10 años, en el que varias personas de todo el mundo criarán a estos animales pretendiendo conseguir el cerdo que “va a saber a gloria”. Mija es quien ha criado a Okja en unas montañas surcoreanas durante estos 10 años, las dos han crecido juntas y son como hermanas, cuidándose la una de la otra. Es por eso que, cuando Mirando nombra a Okja la mejor súper-cerda del concurso y se la llevan a Estados Unidos para ejecutarla, Mija no duda en cruzar el mundo e ir tras ella.
No por nada, ‘Okja’ es considerada inocente y dura a la vez. Basándonos en el simple hecho de que la historia narra la vida de una súper-cerda criada por una niña en las montañas de Corea del Sur, que caga bolitas cada vez que se le azota el culo, que ama comer melocotones y que está destinada a ser el alimento más ansiado de los humanos, se ve por dónde van los tiros. Esa mezcla entre la ternura en la historia del animal y la niña, y el drama cuando ella hace lo imposible por rescatar a su mejor amiga de un destino fatal, es lo que la hace tan especial. Más cruda que una película de Studio Ghibli, juega con la fantasía y la realidad de forma magistral. También es denuncia, reclamo, una película social, de protesta. Y, también, una comedia negra en algunos momentos, sobre todo cuando nos paramos a observar a los personajes.
Parásitos (2019)
Gi-Woo, un joven que vive junto a su familia en una miseria de piso, todos desempleados y sobreviviendo como pueden, consigue la oportunidad de dar clases de inglés en una casa de ricos. A base de engaños, pues ni él mismo sabe el idioma, mete a cuentagotas a cada uno de los miembros de su familia en esa mansión como trabajadores desconocidos entre ellos. Así viven cómodamente al conseguir que el padre se haga chófer, la madre criada y la hermana profesora de arte. Pero cuando la antigua criada hace su aparición, la treta empieza a tambalearse.
Ganadora de cuatro Oscars, y no por cualquier motivo. Seguramente, una de las mejores películas de la década. Podría ser por su hibridación de géneros, desde thriller hasta terror, comedia y crítica social. Consigue salirse de cualquier marco que intente atraparla y definirla. Podría ser por su crítica venenosa, con un retrato extremista y extravagante que llama la atención en todos los aspectos. El desdibujo de los géneros se hace patente también en sus personajes: no hay ni buenos ni malos. O, podría ser, definitivamente, por su marca surcoreana: es tan random y extraordinaria que es incapaz de olvidarla.
Bong Joon-ho tiene un largo recorrido que se completa con cortometrajes, producciones propias, series de televisión e incluso documentales. Por ello ha llegado tan lejos, pues no ha dejado de crear y de grabar, de moldearse a sí mismo como artista y de formar un sello personal que lo hace único en la cinematografía mundial. Sin duda alguna, debemos seguir muy de cerca sus próximos trabajos. Prometen no defraudar nunca.