La ambientación sonora (o sonorización) de una película es el proceso de posproducción de la banda sonora, que la complementa conjugando en el tiempo la ambientación musical (mediante la función conocida como montaje musical) y lo efectos requeridos para facilitar e intentar conseguir un estado anímico y la intencionalidad global, así como mejorar su estética y la fusión entre las bandas de la imagen y del sonido, mediante la utilización de los tres medios expresivos del sonido: Música, Ambientes (o ruido entendiendo el término como sonidos no musicales) y Silencio.

Por tanto, la edición de sonido es la creación, grabación o regrabación de sonidos, mientras que la mezcla de sonido es el proceso de igualar todos los niveles de audio de una película, desde los diálogos hasta los efectos de sala y la banda sonora.

Para educarnos en la ambientación sonora es recomendable la audición de música de todas las épocas y estilos para así facilitar una mejor selección de las mismas y la apreciación de su sentido anímico e imitativo.

Ambientación musical

Es la elección de la música apropiada a cada escena que lo precise, intentando una unidad en su conjunto. Haciendo un poco de historia de la utilización de la música para remarcar el sentido anímico de la obra, podemos destacar que ya en el siglo XV se utilizaban los «preludios» previos a la representación de las tragedias, aunque fue el siglo XIX con la ópera cuando llegó a ser el máximo exponente.

Con la aparición del cine mudo se convirtió casi en una necesidad para ayudar a crear el clima de unas imágenes tan simples de por sí en un principio. Además la música colaboraba a encubrir la deficiencia técnica del ruido del proyector. Era una música continua durante toda la proyección e incluso, con el tiempo, la orquesta comenzó a simular los primeros efectos básicos (disparos, sirenas…). En 1906, Bocchini compuso la primera partitura específica para una película: ‘Pierrot innamorato’.

El cine sonoro se inició arrastrando la costumbre de acompañar la película en su totalidad con música. Comenzaron también los problemas, ya que la música «tapaba» muchas veces a los diálogos, lo que obligó a la aparición de la figura del mezclador, que controlase los niveles, como primer ambientador técnico.

Con el tiempo se fue limitando su uso a una selección de determinadas escenas, bien con el leitmotiv o con músicas específicas en ritmo y melodía que han ido evolucionando y cuidándose, eso sí, pasando por distintas modas, has las actuales bandas sonoras comercializables por sí solas y que sirven como promoción de la película.

Componentes de la ambientación sonora

Estas son las clasificaciones más comunes de la ambientación sonora desde el punto de vista expresivo: Música, Ambiente y Silencio. Vamos a conocerlas con detalle.

 MÚSICA 

Una frase muy conocida y repetida dentro del mundo del audiovisual y a tener en cuenta: «La mejor música es la que no se oye». La imagen filmada implica objetividad, mientras que la música es por naturaleza subjetiva y simbólica. La imagen se refiere a lo concreto, la música a lo abstracto. Su unión en contrapunto produce un enriquecimiento del resultado final. Obtiene sus aportes de distintas formas, bien por el tipo de instrumentos que le pueden dar a la misma partitura un «color» distinto (brillante con los de metal, cálido con las cuerdas o frío con las maderas) o bien por la cantidad de ellos que se utilicen (un solista o un grupo de cámara suelen remarcar situaciones íntimas o de soledad, mientras que una gran orquesta nos ayudará para situaciones grandilocuentes y multitudinarias).

Según su utilización podemos clasificar la música

  • Música objetiva, diegética o realista: Cuando su participación es de forma real, proveniente de una fuente que está dentro de la misma película por la aparición de algún instrumento o aparato reproductor en la imagen.
  • Música no compuesta originalmente para la obra, aprovechando canciones de éxito, y música compuesta originalmente, que permite una mejor planificación de los «tempos» y de los movimientos de cámara.
  • Música subjetiva o incidental: Como apoyo de la situación anímica, su utilización solo se debería dar cuando se justifique por sí misma sin que ya lo estuviese por la imagen, el diálogo o la locución y puede ser también preventiva o de recuerdo de la situación o del personaje. Este tipo de música está asumida como una especie de convención, como un pacto previo. Puede ser música no original, como El Danubio Azul de Strauss en ‘2001: Una odisea del espacio‘, que suele exigir una adaptación, supresión de pasajes o variaciones de orquestación, o música original en la que se pueden aprovechar   relaciones con el tema, como las letras de Simon y Garfunkel en ‘El Graduado’.
  • Música descriptiva: Busca su sentido imitativo para ayudar a la situación física o temporal de la escena.

Muchas veces estas clasificaciones se entremezclan y son comunes para un solo tema en determinadas situaciones. En ‘Bananas’, por ejemplo, Woody Allen logra un efecto humorístico cuando al estar pensando comienza a oír una música de arpa (subjetivo), pero al abrir un armario se ve dentro a un músico tocando el arpa (objetivo). Un grupo aparte de adscripción para la música es el género de la comedia musical, aquí suele ser una mezcolanza continua de las clasificaciones anteriores.

Funciones que puede realizar la música

  • Recrear una época o un ambiente: Por tradición, se ha creado un propio lenguaje connotativo de que ciertos instrumentos asocian lugares, épocas e incluso estados anímicos (la guitarra al mundo latino, la gaita a Escocia, el laúd a la Edad Media…). Hollywood creó su propio estilo para las superproducciones de la antigüedad, Roma o Egipto, y que el público enseguida asoció ya para todo lo referente a esa época. Igualmente pasó con los westerns a partir de determinado folclore americano.
  • Anticipar el tono o significado de una escena: Cuando vemos un plano de una casa, dentro pueden estar pasando cosas muy diferentes, la música nos lo puede aclarar o anticipar.
  • Intensificar: El sentido de una escena, los momentos de peso dramático o de evolución de los personajes. Exige dosificación y no repetir musicalmente lo que es obvio visualmente.
  • Dar cohesión a diferentes escenas: El típico salto, por ejemplo Nueva York-París, la música nos puede limar asperezas en los saltos espaciales o temporales evitando la discontinuidad.
  • Recuerdo de elementos anteriores, mnemotécnico: El leitmotiv que es un mismo tema en distintos versionados y duraciones que se utilizará como asociación de un personaje, un lugar, un objeto o una idea temática.
  • Clasificar y/o mostrar la psicología o carácter de un personaje.
  • Dar credibilidad: Un drama realista puede incluso prescindir de ella para dar credibilidad, pero una fantasía como ‘La Guerra de las Galaxias‘ precisa de algún elemento que de una sensación, en este caso de «más grande que la propia vida».
  • Subvertir la imagen o dar un carácter irónico: Función de oposición a la propia imagen, que el sentido real sea el contrato del literal.

Errores comunes

  • Elección de títulos que directamente sugieren el tema, como La Primavera de Vivaldi para ilustrar imágenes de dicha estación.
  • Tópicos de la ambientación sonora: melodías de violines en escenas amorosas, ruido de pasos con rever acercándose para crear tensión.
  • Música folclórica o regional, salvo para acompañar fiestas populares, apoyar la autenticidad del lugar, retrato de la época…
  • Música clásica anacrónica de época diferente, sobre todo si es anterior (ilustrar la Edad Media con música barroca) o si la imagen es de un estatus diferente a lo que vemos en pantalla.
  • Falta de unidad musical de la obra (cambio de épocas musicales sin justificación real).
  • Utilización de las melodías con inicio o final no coincidente con los de las imagen, salvo que la secuencia posterior admita un tiempo de transición o enlace con la secuencia que estamos tratando.
  • Música cantada. Produce una pérdida de valor de la imagen respecto a la canción que absorbe para sí la atención, salvo que la imagen ya esté prevista y preparada para ello o lo que se busque sea un contraste o satirización, y también lógicamente, porque se trate de un ambiente objetivo.
  • El mismo efecto se produce cuando se utilizan músicas pegadizas y temas muy conocidos que distraen la atención de la acción. E igualmente la reutilización de la música de superproducciones conocidas que pueden provocar equívocos o desvío temático.
  • Ojo con el leitmotiv, es un arma de doble filo, pues mal usada puede producir cansancio y reiteración. No debe ser utilizada como una forma fácil y «barata» de cubrir la banda sonora, su función está prevista solo para pasajes recordatorios muy definidos.

 LOS AMBIENTES 

Como componentede la ambientación sonora también podemos clasificarlos de la misma forma:

  • Ambientes Objetivos: Cuando son participativos de la imagen o de la acción, tanto puntualmente (un disparo…) como de una forma continua (tráfico, mar, lluvia…). Los primeros deben ser síncronos normalmente, mientras que en los otros las únicas limitaciones son los cambios de plano, pasos de interior a exterior, etc. Como norma general se deben de cuidar al máximo para que el campo sonoro sea un fiel reflejo del campo de la imagen para dar credibilidad de su pertenencia a la escena.
  • Ambientes Subjetivos: Crean situaciones anímicas apoyándoselo en la asociación de determinados sonidos con determinados estados emocionales (chirriar de una puerta con tensión, tic-tac obsesivo con tensa espera…). Su transformación (ecualización, distorsión…) pueden hacer cambiar el sentido de su valoración.
  • Ambientes Descriptivos: Del lugar o del tiempo y con frecuencia se pueden confundir con los objetivos, aunque estos sean totalmente «inventados» para ayudar a la recreación del «cuándo» y del «dónde». Pueden ser reales o irreales (fantásticos, futuristas…).

Al hablar de los ambientes podemos hablar de los efectos de sala o truca, que no son otra cosa que la creación artificiosa de ambientes, buscando la similitud de sonidos producidos por elementos dispares y aprovechando la no visión del elemento que lo produce. Normalmente son producidos por una persona especialista. Por ejemplo, el sonido del fuego se puede lograr estrujando suavemente el celofán de una cajetilla de tabaco.

 EL SILENCIO 

Cuando simplemente es la falta de sonido en la acción lo consideraremos como silencio objetivo. En cambio cuando su presencia la provocamos, incluso artificialmente, para crear un estado emocional (muerte, vacío…) o para buscar un contraste o expectación lo podremos clasificar como silencio subjetivo y puede llegar a la sustitución de la música y de los efectos subjetivos.

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