
La génesis de ‘Tiempo‘ comenzó, literalmente, con un regalo. Por el Día del Padre, las hijas de M. Night Shyamalan le regalaron un año una novela gráfica de 2011 deprimente, contemplativa y que invitaba a pensar; se traba de Castillo de arena, del escritor francés Pierre Oscar Lévy y el artista Frederik Peeters. La novela gráfica, que trataba de un grupo de personas veraneando en una playa aislada que descubrían que estaban envejeciendo rápidamente, despertó inmediatamente la imaginación de Shyamalan.
Una vez completada su taquillera trilogía ‘Eastrail 177’, que comenzó en el año 2000 con ‘El protegido’, seguida de ‘Múltiple‘ (2016) y su exitosa ‘Glass‘ de 2019, Shyamalan comenzó a trabajar de lleno en el guion de lo que acabaría siendo ‘Tiempo’, transformando la historia y elevándola hasta convertirla en un thriller existencialista que lidia con algunos de los enigmas más eternos de la humanidad: la mortalidad, el remordimiento, el amor, el compromiso y la naturaleza del propio tiempo, planteando con ello cuestiones profundamente provocadoras: si tuvieras que vivir el resto de tu vida en un día, ¿cómo lo pasarías? ¿Con quién te gustaría estar? ¿Qué es lo que más te importaría?
Shyamalan quería intensificar la tensión y la sensación de peligro mortal para los personajes preservando en todo momento el confuso misterio y el temor aterrador que subyace a la narrativa. «Quería que los espectadores se sintiesen como si estuviesen viendo un capítulo de dos horas de Twilight Zone, que a mí me encanta. Evocar esa sensación de extrañeza, tratando de entender lo que está pasando», dice Shyamalan. «Con ‘Tiempo’, quería que el público no se sintiese a salvo en ningún momento. Mi intención era tener a la gente tratando de dilucidar una cosa, luego otra, luego otra y luego otra, como los personajes de la película».
En efecto, a un grupo de incautos veraneantes le aguardan diversos fenómenos inexplicables tras reservar una estancia en un lujoso resort tropical. Cuando ‘Tiempo’ arranca, el matrimonio protagonista Guy y Prisca Capa (Gael García Bernal y Vicky Krieps) están comenzando lo que parece que serán sus últimas vacaciones juntos como familia, con su hija de 11 años Maddox (Alexa Swinton) y el hijo de 6, Trent (Nolan River). Guy y Prisca tienen decidido divorciarse, pero aún no se lo han contado a los niños.

Al llegar al resort, los Capa se quedan sorprendidos del sofisticado servicio. Los recibe el director del resort (Gustaf Hammarsten) y su ayudante Madrid (Francesca Eastwood) con cócteles preparados al gusto de cada uno. Y los niños están también encantados. Maddox se fija tímidamente en los atléticos adolescentes que se ven por ahí, y su sociable hermano Trent conoce a alguien de su edad. Los dos nuevos amigos desarrollan su propio lenguaje visual especial, un código que solo ellos son capaces de descifrar y que usan para transmitirse mensajes secretos entre sí.
A pesar de la tensión existente entre Guy y Prisca, los Capa se emocionan al recibir una invitación especial a la exclusiva playa operada por el resort y, pronto, tanto la pareja como los niños se ponen en camino rumbo a una excursión de un día para disfrutar de surf, sol y arena. Los acompaña otra familia: un intenso cirujano cardiotorácico, Charles, (Rufus Sewell); su anciana madre, Agnes (Kathleen Chalfant); su jovencísima esposa, Chrystal (Abbey Lee); y su hija de seis años, Kara (Kylie Begley). El chófer los lleva a su destino, aparcando a un lado de la carretera e invitando a sus pasajeros a seguir un camino que les conducirá a la orilla del mar.
Finalmente, el grupo de la playa crece para incluir no solo a los Capa junto a Charles y su familia, sino también a un rapero (Aaron Pierre) y a un matrimonio de toda la vida, Jarin (Ken Leung) y Patricia (Nikki Amuka-Bird). Pero no pasa mucho tiempo hasta que el cadáver de una mujer muerta llega flotando a la orilla y los adultos se dan cuenta, uno tras otro, de que no tienen cobertura en el móvil, que no pueden irse de la playa y que los niños están creciendo rápidamente, haciéndose adultos ante sus propios ojos.
‘Tiempo’ es una película que propulsa el proverbial recurso narrativo de «el tiempo pasa rápido» a extremos sin precedentes. Los personajes acaban calculando que están envejeciendo dos años por hora, reduciendo unos 50 años de vida a un único día. Cuando ven frustrados todos sus intentos de escapar de la playa, los personajes deberán decidir si quieren pasar el resto de su vida luchando, quizá en vano, por liberarse o aceptar lo que parece inevitable y aprovechar al máximo el tiempo que les queda.

Sin embargo, pese a los oscuros y aterradores eventos que les suceden a los Capa y a aquellos atrapados con ellos en la playa, Shyamalan afirma que no considera que ‘Tiempo’ sea una película de terror. «No identifico mis películas con ese género. En el terror, casi se percibe la muerte como meta. Lo que yo intento hacer cuando escribo es imaginar las peores cosas, y luego me pregunto si sería capaz de sobrevivir a ellas emocionalmente, como ser humano. Y si volviese de algo así, ¿podría ser más fuerte gracias a esa experiencia?».
«En esta ocasión, la premisa era tan peregrina y estrafalaria, que la verdad, le dije que igual era su idea más loca hasta la fecha», nos cuenta Ashwin Rajan, uno de sus habituales socios de producción. «Sin duda, se trata de una de las películas más difíciles que haya hecho. Ha vuelto a lo que le inspiraba como narrador, que es contar historias muy contenidas, centradas en los personajes, vertebradas por una gran amenaza y que exploran cómo lidia cada uno de estos personajes con esa situación».
Cabe destacar que, por primera vez en su vida, Shyamalan ha trabajado para esta película fuera de Estados Unidos y de Filadelfia, la ciudad en la que vive, que había sido el telón de fondo de sus anteriores películas, así como de su actual serie de Apple TV+, ‘Servant’. ‘Tiempo’ se rodó en la República Dominicana.
La novela gráfica es más bien una pieza temperamental, realmente; una parábola existencial con un vago argumento. Night ha conseguido adentrarse en la historia y hacerla mucho más suya. Cada personaje tiene su propio arco diferenciado. Es capaz de contar una historia profunda y diferente con temas que nos son comunes a todos. Especialmente en la actualidad. Se esmera en capturar lo fantástico, aterrador, extraño e irreal en pantalla.