
Después de nueve días el Festival de Sevilla 2021 ha dado a conocer el palmarés de esta edición, en la que se ha otorgado el Giraldillo de Oro a la Mejor Película a la producción austriaca ‘Great Freedom’, dirigida por Sebastian Meise, un drama romántico entre dos hombres ambientado en una cárcel de la Alemania democrática de posguerra, que ya tuvo su reconocimiento en la pasada edición de Cannes, donde ganó el Premio del Jurado de la sección ‘Una cierta mirada’. Austria suma así su segundo Giraldillo de Oro, tras haberlo ganado en 2009, y forma parte ya junto con Francia, Reino Unido y Suecia como los países que más veces han ganado el certamen de cine europeo de la capital andaluza.
Hasta el domingo, las salas de los cines Nervión se siguen recuperando obras para todos aquellos que desean exprimir esta decimoctava edición hasta el último segundo. A continuación puedes leer las reseñas sobre las últimas películas vistas y los ganadores de este año.
Murina (Croacia). Dir. Antoneta Alamat Kusijanovic
Con la Cámara de Oro del pasado Festival de Cannes bajo el brazo, el debut en el largometraje de la croata Antonela Alamat Kusijanovic llegó al Festival de Sevilla 2021 para colarse entre las mejores obras de la edición.
Con la mirada reposando sobre una joven aún menor de edad, y el mar Adriático como telón de fondo, ‘Murina’ es una obra sólida, regular y agresiva en el planteamiento de sus personajes, todos comprometidos al ciento por ciento con una actitud radicalmente opuesta que amenaza con convertirlos en estereotipos, pero que gracias al trabajo del estupendo cast, consigue salir ilesa del ejercicio.
Con unas dinámicas violentas y patriarcales por parte de un padre que domina y quiere seguir dominando la vida tanto de su mujer como de su hija, el viaje de la joven es uno tanto de madurez como de liberación, sacando todo el carácter y la valentía necesarias para escapar por cualquier método de esa cárcel paradisíaca que es un mar convertido en elemento fundacional de la cinta. Con la interpretación también debutante de Gracija Filipović, maravillosamente enrabietada por momentos, y contenida entre miradas y silencios de carácter animal en la espera para devorar a su presa en otros, su Julija se acaba convirtiendo en un refugio para el espectador, asfixiado y contagiado de la misma impotencia claustrofóbica frente a las actitudes paternales, repletas de masculinidad tóxica.
Es en esa tensión contenida y en ese odio acumulado durante años por la protagonista donde ‘Murina’ gestiona mejor sus recursos, creando una atmósfera violenta y explosiva en la que no sabes hasta dónde van a llegar los daños una vez la bomba acabe estallando. Excepcional decisión la de contrastar toda esa opresión con un escenario acuático de liberación absoluta para una joven que acaba respirando con mayor tranquilidad bajo la calma submarina que con los pies sobre tierra firme.
‘Murina’ es un notable coming of age, de esos que tan bien parecen gestarse últimamente en Europa, donde el mar acaba cambiando el azul de los sueños inalcanzables y las promesas incumplidas por el blanco de una pureza irrevocable en el alma de una joven a la que no importa cuantas piedras le aten a los tobillos, siempre conseguirá subir a la superficie para terminar flotando, bañada de paz y orgullo.
Belfast (Reino Unido). Dir. Kenneth Branagh
Buceando entre sus recuerdos es donde Kenneth Branagh parece haber encontrado oro de una vez por todas en su carrera, plantando bandera con una película donde todo está construido sobre el amor por la familia, por las raíces, por la vida y por el cine que nos forma como personas.
‘Belfast’ es otro viaje al pasado en el que su director mira y recuerda desde la distancia y la madurez que le da el tiempo, rascando cada instante de ternura y aprecio por los muros de esas calles que le rodeaban, no solo llenas de ladrillos sino también de personas, de cariño local y de valores. Una de esas obras que todo director debería tener en su filmografía para terminar de afianzar la visión reflexiva del por qué soy quien soy, dialogando sobre el de dónde vengo y apreciando el cómo he llegado hasta aquí.
Liderada por la actuación radiante, dulce y delicada del debutante Jude Hill en ese papel de Buddy, alma de la familia y centro de todos los cuidados de sus mayores, lo de ‘Belfast’ es un recital de cómo dirigir a un elenco y sobre todo de cómo darle a cada uno de ellos un momento para brillar, hasta tal punto que cuando la cinta encara su segunda mitad, los momentos de lucimiento individuales y colectivos se convierten en una constante donde las lágrimas no paran de brotar durante media hora, encadenando sentimientos en una tela de araña familiar donde todos los hilos convergen con atención y suavidad en el mismo punto: la educación emocional y personal de Buddy.
Con un Jamie Dornan en el mejor papel de su carrera, el de ese padre honrado obligado a ausentarse más de lo que desearía para poder traer el pan a casa pero totalmente consciente de su ausencia y del esfuerzo de su mujer en el cuidado de los niños, y unos magníficos Ciarán Hinds y Judi Dench en el papel de abuelos del pequeño, con sus respectivas secuencias en las que traspasar todo lo aprendido a su nieto, si alguien sobresale por encima de todos esa es Caitriona Balfe. Y es que es su personaje quien se parte la cara a diario para educar a Buddy y su hermano en unos valores donde el odio hacia el vecino no tenga cabida, siempre en alerta por la complicada situación en un vecindario donde católicos y protestantes enfrentan ideologías, pero también consciente y temerosa por la necesidad de abandonar ese lugar que la vio nacer, que la ha visto crecer y en el que ha criado a sus hijos.
Con un blanco y negro limpio, pulido de clasicismos, Branagh se reserva el color para algún que otro momento significativo en la madurez de Buddy, de esos que por el tacto con que están retratados, intuimos que son parte de esas perlas fundacionales que nunca ha borrado de su memoria, entre cines y teatros, justo esos lugares en los que para muchos se encontrará su Shangri-La personal, un paraíso donde durante unas horas solo existe la ficción, tan real como la vida misma pero desprovista de cualquier preocupación.
Las comparaciones con la reciente ‘Roma’ de Cuarón, otro viaje por la infancia de su director, son inevitables, pero si algo diferencia a ‘Belfast’ de ella son las formas, quedando aquí una obra mucho más accesible dentro de esos márgenes a los que Hollywood tiene acostumbrada a la audiencia, aunque también mucho más conmovedora en lo personal y desatada en la sencillez de su emoción, acercándose más a obras como el ‘Cinema Paradiso’ de Giuseppe Tornatore o el ‘The Long Day Closes’ de Terence Davies, a las que tampoco duda en homenajear visualmente, en una cinta donde las referencias a su educación cultural son constantes, desde ese cómic de ‘Thor’ (superhéroe cuya película terminaría dirigiendo para Marvel), al ‘One Million Years B.C.’ de Raquel Welch, pasando por el western ‘High Noon’ de Grace Kelly y Gary Cooper, o la ‘Star Trek’ original.
‘Belfast’ es una de esas películas que resulta casi impensable que puedan no gustar a alguien, tan honesta y simple en sus planteamientos como sentimental y cariñosa en el trato hacia sus personajes. Otra de esas veces en las que ir con el corazón en la mano a la sala de cine acaba recompensando a cada persona dispuesta a enamorarse de nuevo de la gran pantalla. Una obra de artesano, con la enorme habilidad para arrasar con cualquier espectador que se cruce en el viaje de sus imágenes desde el proyector al lienzo en blanco. ‘Belfast’ es el cine volviendo a ser magia y encanto.
Abrázame fuerte (Francia). Dir. Mathieu Amalric
Arriesgadísima y exigente en su concepción, con un juego constante entre el qué es real y qué es imaginado que puede llevar al espectador a confusión durante una larga parte del metraje, ‘Abrázame fuerte’ de Mathieu Amalric es una propuesta envalentonadísima y consciente de sus apuestas. Tanto, que apoyar todo el peso de la obra en Vicky Krieps acaba no siendo una voluntad sino una necesidad absoluta.
Con un montaje extraordinario, dinámico y jugoso que mantiene al espectador siempre interesado por lo que aparece en pantalla, el juego con los espacios y las distintas “realidades” a través de los cortes es sensacional, moviéndonos con agilidad entre esos dos espacios que dominan la cinta: el real, donde vemos a Krieps frente a escenarios huecos de vida, sin acabar de entender del todo lo que está sucediendo, y el imaginario, creado por la protagonista para dedicarse a rellenar todo ese vacío dejado por su familia a través de ensoñaciones que equilibran el peso de su realidad.
‘Abrázame fuerte’ es una película donde la entidad que adquiere lo soñado es incluso superior a la realidad, por momentos olvidada y casi inconsecuente, arrastrada por una Vicky Krieps que se mueve siempre elevada por el recuerdo, por los sonidos memorizados del día a día familiar y por una vida donde la realidad solo se presenta aliviada ante ella al cerrar sus ojos o rescatar objetos con un pasado al que volver. Una cinta construida con paciencia y confianza en el espectador, que se verá recompensado al llegar el momento cumbre en que con una crudeza desoladora se nos revelará lo sucedido con claridad.
Pese a que esa promesa final de explicación se cumpla, el verdadero afecto por la cinta de Amalric se encuentra en esa suerte de fantasía que nos vamos encontrando por el camino, con escenas hermosamente llevadas a medias entre una Vicky Krieps asentada en la realidad y aquellos miembros de su familia que vagan siempre obedientes y reconfortantes por sus sueños, como fantasmas llenos de luz que devuelven la normalidad a su vida durante esta etapa en que la verdad es demasiado violenta para ser siquiera planteada.
‘Abrázame fuerte’ no duda en desenvolverse como una orquesta en la que pese a que los instrumentos no acaben de estar del todo definidos, el resultado final acaba siendo una melodía que te cautiva por su singularidad y delicadeza. Porque hay veces que los sueños también pueden ayudar a curar.
Y los ganadores del Festival de Sevilla 2021 son…
El actor islandés Ingvar Sigurdsson, ganador en la Semana de la Crítica de Cannes por su interpretación en ‘Un día blanco’; Christian Petzold, director de cine alemán con títulos como ‘Transit’, premiada en multitud de festivales; el director griego Cristos Nikou, que debutó el año pasado con ‘Apples’; y las productoras españolas Cristina Hergueta y María del Puy Alvarado, conforman el jurado oficial y han sido los encargados de otorgar los premios de la sección oficial, donde 21 títulos han competido este año por el Giraldillo de Oro.
Una 18ª edición del Festival de Sevilla que ha premiado como mejor película a ‘Great Freedom‘, del austríaco Sebastian Meise, un relato carcelario que es también una insólita historia de amor, y que denuncia la persecución a los homosexuales que la ley alemana mantuvo vigente hasta hace poco tiempo. El Jurado de la Sección Oficial del certamen decidió otorgarle el Giraldillo de Oro “porque nos hace plantearnos qué es la libertad. Por su valentía, por su sensible retrato desde lo sutil de la lucha por las libertades en un entorno carcelario, que no solo nos muestra una realidad histórica que funciona como metáfora del mundo interior de los protagonistas”. Asimismo ha ganado el galardón a Mejor Actor para su protagonista, Franz Rogowski (visto en ‘Ondina‘ o ‘Victoria’) y el Premio ASECAN a la Mejor película de la Sección Oficial.
Aquí los premiados de esta edición.
- Giraldillo de Oro: Great Freedom (Austria) de Sebastian Meise
- Gran Premio del Jurado (Ex aequo): Onoda (Francia) de Arthur Haradi y Costa Brava, Líbano (Líbano) de Mounia Akl
- Mención Especial: Nina Fumo, Swami Rotolo, Carmela Fumo y Claudio Rotolo – Reparto de A Chiara (Italia)
- Mejor dirección: Jonas Carpignano por A Chiara (Italia)
- Mejor guion: Onoda (Francia) de Arthur Harari
- Mejor actriz: Lucie Zhang por París, distrito 13 (Francia)
- Mejor actor: Franz Rogowski por Great Freedom (Austria)
- Mejor dirección de fotografía: ¿Qué vemos cuando miramos al cielo? (Georgia) de Alexandre Koberidze
- Mejor montaje: Vaca (Reino Unido) de Andrea Arnold
- Premio ASECAN Mejor Película de la Sección Oficial: Great Freedom (Austria) de Sebastian Meise
- Mejor Película Sección Las Nuevas Olas: Moon, 66 Questions (Grecia) de Jacqueline Lentzou
- Mejor Película Sección Las Nuevas Olas (no ficción) (Ex aequo): The Story of Looking (Reino Unido) de Mark Cousins y Babi Yar. Context (Ucrania) de Sergei Loznitsa
- Mejor Dirección de Película Española: Rendir los machos de David Pantaleón
- Gran Premio del Público EFA: La peor persona del mundo (Noruega) de Joachim Trier
Podéis consultar la lista completa de galardonados en la página oficial del 18 Festival de Sevilla. Hasta la decimonovena edición.