
Las mejores películas de terror como ‘Scream‘ suelen dejar una huella indeleble en los espectadores. Puede que sea porque el miedo, en palabras del autor HP Lovecraft, es la “emoción más antigua y más intensa” de la humanidad. Veinticinco años después de que una sucesión de brutales asesinatos conmocionaran el tranquilo pueblo de Woodsboro, un nuevo asesino se ha puesto la máscara de Ghostface y empieza a diezmar a un grupo de adolescentes, con el fin de resucitar los secretos del mortífero pasado del pueblo.
Ambientada en la soporífera ciudad dormitorio de Woodsboro, ‘Scream’ narra la escalofriante historia de la estudiante de instituto Sidney Prescott (interpretada por Neve Campbell) y un grupo formado por sus mejores amigos, que se ven acosados por un asesino en serie obsesionado por las películas de terror llamado Ghostface. Cargada de un inquietante suspense, y estructurada como la típica historia de misterio, aunque con un giro sangriento, la película era, simultáneamente, un espeluznante largometraje de psicópata con cuchillo descomunal, y un entrañable homenaje al género.
Cuando ‘Scream’ llegó a las salas cinematográficas el 20 de diciembre de 1996, rompió todas las reglas y reinventó un género que necesitaba imperiosamente sangre nueva. La popularidad de las películas de terror se estaba desvaneciendo a mediados de la década de 1990, y a mitad de la década, los taquillazos del género cada vez eran más infrecuentes. Los aficionados habían empezado a aburrirse con la inacabable sucesión de nuevas versiones recicladas, secuelas sin imaginación y cansinas imitaciones que se estrenaban periódicamente.
‘Scream’ cambió todo eso. El ingenioso guion, obra del brillante debutante Kevin Williamson, deslumbró a los espectadores, que tuvieron claro desde el principio que estaban ante la obra de un genio con un conocimiento enciclopédico del género. Los admiradores de la película la vieron en repetidas ocasiones, y su fama no dejó de crecer a medida que la popularidad de la película se extendía.
La repercusión cultural de ‘Scream’, con su sucesión de increíbles escenarios, personajes perfectamente desarrollados y algunas de las más estremecedoras escenas de asesinato jamás captadas en la pantalla, fue profundísima. El largometraje generó por si solo toda una nueva categoría de películas de terror autorreferentes, y su arrollador éxito dio alas al moribundo género de los psicópatas con arma blanca, dando pie a taquillazos como ‘Sé lo que hicisteis el último verano‘, escrita también por Williamson. Pero nada de esto hubiera sido ni siquiera remotamente posible de no ser por la genialidad del director Wes Craven, cuyo legado en el género no ha sido superado.
Referencias ocultas a la saga Scream
‘Scream’ incluye gran cantidad de menciones a situaciones pasadas, cameos e ingeniosos homenajes visuales a las películas anteriores de la franquicia, que harán las delicias de sus fans. Con tantas referencias repartidas a lo largo de toda la película, hasta el más perspicaz de los espectadores tendrá que ver varias veces la película para captarlas todas. “Los guionistas han hecho un trabajo excelente repartiendo huevos de Pascua por toda la película”, dice el productor William Sherak. “Y créeme cuando te digo que hay algunos verdaderamente divertidos escondidos por ahí.”
Neinstein coincide. “Esas referencias ocultas harán que el público quiera volver a ver las películas originales, simplemente para descubrir todas las conexiones. Hay unas cuantas cosas que pasé por alto las seis o siete primeras veces que vi la película, ¡y eso que soy uno de los productores!”.
Sin descubrir las mejores, Bettinelli-Olpin ofrece una pista sobre las cosas a las que deberían prestar atención los aficionados. “Wes Craven era un aficionado a los pájaros en la vida real, así que es posible que se aprecie que hay un número poco frecuente de pájaros en el diseño de escenarios. Pero eso es todo lo que voy a decir por el momento.”
Uno de los secretos que los cineastas nunca divulgarán es la identidad de Ghostface. Como Ghostface resulta ser un personaje diferente en cada película, la identidad del personaje siempre es una gran sorpresa. Mantener ese aire de misterio fue todo un desafío en el plató de rodaje, y fue necesario actuar con gran creatividad para mantener la verdadera identidad de Ghostface oculta al elenco y al equipo técnico.
“Como cineastas que trabajamos en la era de las redes sociales, nuestro mayor temor era que la identidad de Ghostface se filtrase antes del estreno de la película”, dice Sherak. “Así que en lo que respecta al guion, una de las cosas que hicimos fue no mostrar el verdadero tercer acto a nadie, al margen de un grupo muy selecto de personas. Pusimos en circulación diferentes finales, para que nadie que trabajase en la película supiese realmente cuál era el guion auténtico. Las últimas 30 páginas eran diferentes para cada uno.”
Busick nunca había escrito un final falso para una película con anterioridad, pero estuvo a la altura de las circunstancias. “Eliminamos algunos fallecimientos y los sustituimos con otros elementos” afirma. “Y modificamos unos cuantos personajes para desorientar a la gente. Incluso teníamos nombres en código para las diferentes redacciones; de esta manera, a nadie se le entregaba el guion auténtico por accidente. Fue todo un poco conspiranoico, pero al final casi era divertido.”
Un psicópata icónico
Además de lanzar todo un subgénero de películas de terror auto referentes deslumbrantemente inteligentes, ‘Scream’ introdujo a un flamante nuevo destripador a las pantallas de cine. Embozado en una túnica negra con capucha, oculto tras una nauseabunda máscara blanca, con una espeluznante voz procesada por una caja de voz sintética, y blandiendo un descomunal cuchillo de caza, el asesino conocido como Ghostface captó la imaginación de los aficionados al terror de todo el mundo.
A diferencia de carniceros sobrenaturales como Michael Myers, Jason Voorhees y Freddy Krueger, cada nueva encarnación de Ghostface es enteramente humana, pero tan mortífera y aterradora como la de los otros villanos. Aunque sea de carne y hueso, Ghostface tiene una escalofriante habilidad para aparecer y desaparecer, lo que hace que sea prácticamente imposible acabar con el personaje.
Otro detalle estremecedor es la vil manera de burlarse de cada víctima antes de asesinarla. Habitualmente, tras una llamada telefónica en la que al principio se muestra encantador, Ghostface pasa a las amenazas en un abrir y cerrar de ojos, a medida que la voz procesada empieza a describir gráficamente el inminente asesinato de cada víctima, sin escatimar detalle.
Ghostface se convirtió instantáneamente en un icono de las películas de terror, y en uno de los villanos cinematográficos más populares de la historia. Para saciar la inagotable demanda de recuerdos y material publicitario de los seguidores de ‘Scream’, no han dejado de fabricarse los juguetes, videojuegos y prendas de ropa de Ghostface, y el disfraz oficial de Ghostface está entre los más famosos disfraces de Halloween de todos los tiempos.
Antes de Scream, siete personajes diferentes habían asumido la legendaria personalidad de Ghostface. En la película original Scream, los desquiciados adolescentes de instituto Billy Loomis (Skeet Ulrich) y Stu Macher (Matthew Lillard) llenaron de sangre las calles de Woodsboro vestidos de Ghostface. En Scream 2, la señora Loomis, (Laurie Metcalf) en busca de venganza y el desequilibrado estudiante universitario Mickey Altieri (Timothy Olyphant) se encargaron de blandir el mortífero cuchillo de Ghostface. En Scream 3, el homicida director de cine Roman Bridger (Scott Foley) fue quien se ocultó tras la máscara de Ghostface. Y en Scream 4, la joven prima de Sidney, Jill (Emma Roberts) y su compañero de conspiración Charlie (Rory Culkin), fueron los encargados de filetear al reparto mientras vestían el distintivo disfraz de Ghostface.
Este plantel de desconcertantes psicópatas convierte a las películas Scream en perfectos ejemplos de largometrajes de la mejor escuela de películas de misterio y asesinos. Literalmente, cualquier personaje del universo Scream podría ser Ghostface en cualquier momento, lo que no hace sino acrecentar el factor de terror.
“Lo que hace que Ghostface sea tan terrorífico es que no sabes quién es hasta que es demasiado tarde”, dice Cox. “Lo que quiero decir es que Ghostface lleva un disfraz que se podría comprar en cualquier tienda de Halloween, pero es ominoso y terrorífico porque no sabes quién se esconde bajo la túnica. Lo único que hay que hacer para matarme del susto es combinar la perversa máscara con la clásica musiquilla de Scream.”
A pesar de haber aparecido en todas las películas de Scream rodadas hasta la fecha, Arquette sigue impresionándose cada vez que tropieza con el personaje homicida durante la producción. Para mantener la tensión, el actor, no obstante, suele mantenerse deliberadamente alejado de Ghostface entre tomas. “Me esfuerzo deliberadamente en no relacionarme mucho con Ghostface mientras estamos en el plató de rodaje, al margen de las escenas que compartimos ante la cámara, porque quiero que sea un ente real en mi mente. Ghostface es un asesino, así que me he esforzado por tratar de esa forma al personaje cuando la cámara no está rodando. Da mucho más miedo así.”