
‘Para Chiara’ es la mafia descubierta desde los ojos de una adolescente. Como ver a la Anna Paquin de ‘El irlandés‘ dándose cuenta por primera vez de que su padre vive en una película de Scorsese. Una pesadilla vívida de decepciones y madurez anticipada para una chica preocupada por las miradas ajenas y las palabras que no alcanza a escuchar tras las puertas acristaladas de su propia casa. El padre repentinamente ausente y la inquietud de obtener las respuestas que todos le niegan.
Cine de narrativa visual construida en espejo y dualidades, del primer plano al último, marcando la jerarquía de valores de quien debe elegir entre unirse al legado familiar, o hacer temblar el suelo de su vida, oponiéndose a todo lo que conoce y abriéndose a lo incierto de la renuncia. De correr en parado sobre una cinta de ejercicio, a tener campo abierto frente a ti para esprintar ante una niebla que no te deja ver nada con claridad. Un relato de madurez individual, pero con la familia siempre presente, colándose en primeros planos desde el mismo inicio, enfocándose en la ternura de una química entre hermanas que resultará fundamental como pilar emocional a lo largo del viaje para Chiara.
‘Para Chiara’ también es Carpignano pegándonos a la espalda, al oído y a la vista de su protagonista, hasta hacernos cómplices del viaje, con un guion sencillo pero sólido y valiente en su desenlace, y con una imagen de textura delicadísima para con la mirada de esa adolescente sobrepasada por la verdad oculta que se abre ante ella, dejándole toda la frescura y juventud necesaria al sonido para hacerte vibrar en cada reunión familiar. Una vez más, Carpignano encadenando temazos en una banda sonora donde suenan desde el ‘Baby’ de J Balvin hasta el ‘Here’ de Alessia Cara, pasando el ‘Voce’ de la italiana Madame o el ‘Altalene’ de Mara Sattei, Slait, Tha Supreme y Coez.

Junto a la labor de dirección, el terremoto que sacude la obra es el trabajo profundísimo, pausado y natural de una Swamy Rotolo que se convierte en revelación absoluta de la cinta, como ya lo fuera el aún más joven Pio Amato en la anterior obra de Carpignano, ‘A Ciambra’, al que incluso vemos aparecer aquí con un pequeño cameo para los fieles del cineasta, solidificando aún más la conexión interna en su corta filmografía. Especial fascinación por ese tramo de la cinta en que Chiara se encuentra bajo las arenas movedizas del desconcierto, sacando Rotolo toda su contención para aguantar unas lágrimas de angustia y shock que solo acaban por salir en la libertad de la soledad y en el sofoco de la confirmación maternal.
‘Para Chiara’ es el cierre perfecto a esa trilogía calabresa que comenzara el italoamericano hace ya seis años con ‘Mediterranea’, dejando su huella bien marcada ahora en el terreno de las deconstrucciones del género mafioso. Un relato clásico pero sobresaliente de esos que proyectan sus virtudes siempre en ritmo ascendente, con una voluntad casi neorealista en la franqueza con que plantea todos sus postulados narrativos. Un deleite no solo para los amantes del cine italiano, sino también para los que gustan de esos coming-of-age atípicos.