Los dinosaurios nunca vistos de Jurassic World: Dominion

‘Jurassic World: Dominion‘ está dirigida por Colin Trevorrow, el guionista de la saga de Jurassic World. Esta nueva entrega transcurre cuatro años después de la destrucción de Isla Nublar. Ahora, los dinosaurios conviven – y cazan – con los seres humanos en todo el mundo. Este frágil equilibrio cambiará el futuro y decidirá, de una vez por todas, si los seres humanos seguirán en la cúspide de los depredadores en un planeta que comparten con los animales más temibles de la creación.
‘Jurassic World: Dominion’, impulsa a la franquicia que ha recaudado más de cinco mil millones de dólares y que forma parte del ADN cultural de cualquier ciudadano del mundo, hasta unos límites desconocidos, con dinosaurios nunca vistos, asombrosas escenas de acción e increíbles efectos visuales.
El final de la era Jurásica
Por todos los moldes que han roto las películas de Jurassic World, por todos los récords que han pulverizado, por su impacto casi imposible de calcular en la cultura global y en el cine en particular, ninguna franquicia ha tenido un efecto más directo, profundo y duradero en el mundo de la ciencia como sus entregas.
Después del estreno en 1993 de ‘Parque jurásico’, de Steven Spielberg, la paleontología nunca volvió a ser la misma, ya que la película fue lo más importante que ocurrió dentro del campo de la paleontología durante varias décadas porque llevó dinosaurios vivos a toda una generación, además de enseñarlos como nunca se habían visto antes”, dice Stephen Brusatte, profesor de Paleontología y Evolución en la Universidad de Edimburgo, que fue el asesor paleontológico de la película. “Hizo que los dinosaurios volvieran a cobrar importancia y que muchos jóvenes decidieran estudiar paleontología. También consiguió que se invirtieran más fondos en este campo, que las universidades ofrecieran más cursos en torno a los dinosaurios, que los museos organizaran más exposiciones en torno a los dinosaurios y, al cabo de los años, seguimos cosechando los beneficios de este amor por los dinosaurios. Vivimos en la era dorada de la paleontología: desde hace diez años nunca se habían descubierto tantos dinosaurios nuevos, y todo debido a la generación de paleontólogos surgida gracias a Parque Jurásico”.
‘Jurassic World: Dominion’ es el capítulo final de una historia que ha abarcado tres décadas; sin embargo, por su diseño, no tiene nada que ver con ninguna de las películas anteriores. “En la trilogía ocurre un acontecimiento que lo cambia absolutamente todo”, recuerda Colin Trevorrow. “Se saca a los dinosaurios de la isla y se liberan en el mundo. Era una oportunidad asombrosa para explorar las consecuencias de semejante decisión. ‘Jurassic World: Dominion’ nos muestra que debemos respetar el poder de la naturaleza, y si no lo hacemos, nos extinguiremos como ocurrió con los dinosaurios. No solo acabamos la historia que empezó en 2015 con Jurassic World, también toca a su fin la historia que nació en 1993 con ‘Parque Jurásico’. Y para contarla, necesitábamos reunir a todos los personajes de la saga”.
Los dinosaurios de Jurassic World: Dominion
El supervisor de animatrónica John Nolan y su equipo de efectos crearon 27 dinosaurios para la película, diez de los cuales nunca se han visto en ninguna otra entrega de la saga Jurassic. Todos los dinosaurios que se ven existieron realmente.
Blue
Blue siempre ha sido la líder de la manada, pero ahora guía, enseña y cuida a un cachorro para que se adapte y sobreviva en un entorno mucho más peligroso que las selvas de Isla Nublar. Cuando Beta, un clon genético de Blue, se ve amenazada por perversos furtivos, Blue no se detendrá ante nada para proteger a su pequeña. Nadie está a salvo mientras Beta corra peligro. Ni siquiera Owen Grady puede fiarse de la conexión que tiene con Blue si ella considera que es una amenaza.
Beta
Beta es una pequeña raptor de poco más de un metro, y es el vivo retrato de Blue, su madre, al ser su clon. Aún es torpe y sus piernas aún no la sostienen muy bien, pero aprende a cazar en los nevados montes de Sierra Nevada, donde encuentra a una amiga: Maisie, de 13 años, a la que cuidan Owen Grady y Claire Dearing. A pesar de un entorno en apariencia tan sereno como tranquilo, Beta no tarda en aprender que nada es lo que parece cuando se convierte en el objetivo de unos cazadores furtivos que quieren algo más que la simple vida de la pequeña dinosaurio.
T. rex
Vuelve la mayor depredadora de la historia, y una vez más demuestra que no se echa atrás cuando se trata de una pelea. Incluso al enfrentarse a dos enormes especímenes nuevos, probablemente los depredadores más fieros con los que se ha encontrado, T. rex no retrocede y prefiere defender su título de mayor carnívoro de todos los tiempos.
Dilophosaurus
La Dilophosaurus no había demostrado tener tan mal genio desde que atacó a Dennis Nedry en ‘Parque Jurásico‘ cuando este intentó robar embriones de dinosaurio en Isla Nublar. Es un terópodo de principios del periodo jurásico cuyo nombre significa “lagarto de doble cresta”, por la colorida cresta que le rodea el cuello. La versión del Dilophosaurus creada para la saga Jurassic no mide más de 1,50 metros de alto, pero su pequeña estatura no la hace menos letal que cualquier otro carnívoro del valle donde está Biosyn. Con sus movimientos sinuosos y su aparente espíritu juguetón, incluso puede dar la idea de que está sonriendo mientras acecha a su presa. Pero le basta un instante para desplegar su brillante chorrera, bufar y escupir un veneno negro y mortal a su víctima.
Giganotosaurus
El Giganotosaurus, un terópodo que vivió durante el Cretácico tardío, es el carnívoro de mayor tamaño conocido en la Tierra. Este enorme depredador hace honor a su nombre, que significa “reptil gigante del sur”. Aún más grande que el Tyrannosaurus rex, puede llegar a pesar once toneladas, medir nueve metros y alcanzar una velocidad de casi 50 km por hora. Es un monstruoso asesino que representa la peor amenaza en el valle de Biosyn. Su durísima piel, su tremendo tamaño y su terrible fuerza convierten al Giganotosaurus en una imparable criatura que lo destruye todo a su paso.
Therizinosaurus
El Therizinosaurus, cuyo nombre significa “lagarto guadaña”, es un terópodo del Cretácico. Con un cuello de unos seis metros de largo, sus gigantescas garras, de unos 70 cm, tres en cada miembro anterior, son las más largas conocidas en ningún animal. Se estima que podía llegar a medir doce metros de largo y pesar hasta seis toneladas, tenía el cuerpo cubierto de plumas negras y grises. Por suerte, es muy probable que se la oiga antes de verla gracias a los bufidos y alaridos que resuenan en el valle Biosyn. A pesar de ser herbívora, el hecho de que puede desgarrar cualquier cosa que tenga delante, la convierte en una auténtica amenaza para cualquier depredador potencial.
Quetzalcoatlus
Llamado así por la deidad azteca Quetzalcóatl, la serpiente emplumada, el Quetzalcoatlus es un ptesaurio del Cretácico tardío y uno de los animales voladores más grandes de todos los tiempos. Aproximadamente del tamaño de un avión Cessna, pertenece a la familia Azhdarchidae de pterosaurios avanzados desdentados. Tiene el cuello rígido anormalmente largo, una envergadura de alas que puede alcanzar los once metros y un peso algo menor a los 200 kilos. Gobierna los cielos por encima del valle Biosyn.
Atrociraptors
Ten mucho cuidado, Blue. Hay un nuevo raptor en el barrio, el Atrociraptors, cuyo nombre significa “ladrón cruel”. Forman una cruel manada de cuatro carnívoros de finales del Cretácico. Algo más grande que el Velociraptor, y tan letal o más que este, el Atrociraptors mide un poco más de dos metros y no llega a los 15 kilos de peso. Es elegante, tiene un olfato sumamente desarrollado y ha sido modificado para alcanzar grandes velocidades. Son el peligroso resultado de los desarrollos genéticos de Owen Grady y Barry Sembenè en Jurassic World. Las cuatro letales criaturas – Ghost, Stripe, Tiger y Red – reciben su nombre por las rayas. Han sido desarrollados y entrenados para atacar y matar si se lo ordena su humano alfa, poco importa si se trata de Owen Grady o de Claire Dearing.
Pyroraptor
El Pyroraptor, cuyo nombre significa “ladrón de fuego”, es un precioso – aunque aterrador – dinosaurio con plumas llameantes de finales del Cretácico. Se estima que este terópodo pequeño, con aspecto de ave con grandes garras curvadas en el segundo dedo de cada pie, medía casi dos metros y pesaba unos 35 kilos. Completamente cubierta con plumas rojas brillantes, la Pyroraptor acecha a su presa por los accidentados parajes y diversos climas del valle Biosyn. Desde la densa jungla a las nevadas montañas, sus sigilosos movimientos y capacidad de adaptación le permiten cazar hasta dentro de un lago helado, esperando a que su víctima caiga por las grietas del hielo.
Dimetrodon
El Dimetrodon, cuyo nombre significa “dientes de doble medida”, es un reptil algo parecido al cocodrilo con una aleta dorsal tres veces la altura de su cuerpo. La mayoría de los especímenes de Dimetrodon medían entre dos y cinco metros de largo, y pesaban entre 30 y 250 kilos. Sus estridentes chillidos y aullidos casi dejan sordos a nuestros protagonistas mientras se adentran en las minas subterráneas de ámbar en el valle Biosyn.
Lystrosaurus
El Lystrosaurus, cuyo nombre significa “lagarto de pala”, tiene más o menos el tamaño de un cerdo y la cara recuerda a la de un bulldog desatado. Con dos afilados colmillos prominentes y unas patas delanteras aún más robustas que las traseras, este potente herbívoro es más fuerte de lo que parece a primera vista. Muy apreciado en el mercado clandestino, el Lystrosaurus derrota a su oponente con un rápido bocado.

Curiosidades
- Con el fin de recrear el pegajoso escupitajo que proyecta el Dilophosaurus en ‘Parque Jurásico’, los técnicos realizaron una mezcla a base de “Ultra Slime” (líquido viscoso), bizcocho, colorante, agua y un gelificante llamado metilcelulosa usado a menudo en los batidos de comida rápida.
- Es la primera vez en una película de la saga Jurassic que se ve un dinosaurio realmente fabricado, el Dilophosaurus, manejado por doce marionetistas.
- Los auténticos dinosaurios no eran animales tontos, lentos y de colores apagados. Al contrario, eran criaturas llenas de energía, de colores e inteligentes que compartían muchos rasgos con las aves. Y esta es la imagen que quiere dar la nueva película.
- La disparidad entre el verdadero aspecto de los dinosaurios y cómo los vemos en las películas de la saga Jurassic se debe a que los científicos se basan en el ADN de animales actuales (como las ranas) para rellenar los huecos faltantes en la cadena de ADN de los dinosaurios.
- La secuencia de persecución en La Valeta (Malta) es extremadamente compleja y se utilizaron hasta nueve cámaras rodando a la vez para capturar exactamente lo que se necesitaba, sobre todo porque los actores principales no rodaron esta escena y había que añadir sus caras digitalmente.
- Gracias a un mecanismo apodado “Dorothy”, que comprende 69 cámaras y unos 40 focos, los técnicos capturaron las emociones de los actores con un escaneo de alta resolución que se descargaba posteriormente para acoplarse con la acción CG.
- Siempre se prefirió rodar ‘Jurassic World: Dominion’ en decorados naturales en lugar de decorados en estudio, y estos últimos se anteponían a las pantallas monocromáticas. De hecho, solo se usó la CGI cuando no hubo más remedio.
- La forma más sencilla de descubrir cuándo los efectos visuales sustituyen a la animatrónica es fijarse en si un animal se mueve mucho o poco. Por ejemplo, se prefirió que Blue, la raptor de Owen, fuese totalmente digital porque nunca para de moverse, pero Beta, su pequeña, fue creada con animatrónica y efectos digitales.