Ganadora del Premio del Jurado en la última Berlinale, ‘Manto de gemas‘ ha sido ignorada entre las películas preseleccionadas por México en la próxima edición de los Oscars. La opera prima de Natalia López, que hasta ahora ha recibido críticas favorables en los festivales donde se ha proyectado, tiene previsto su estreno para después del verano en su país de origen, por lo que pensábamos que podía competir en la categoría de Mejor Película Internacional en los premios de la Academia, algo que finamente no ha sucedido.

‘Manto de gemas’, otra muestra más del buen cine que se está realizando ahora mismo en el país azteca, cuenta como en pleno proceso de divorcio, Isabel (Nailea Norvind) se instala en el campo donde descubre que su ama de llaves, María (Antonia Olivares), tiene una hermana desaparecida. Cuando Isabel le ofrece su ayuda, nace entre las dos mujeres un pacto tácito para encontrar a la desaparecida. Mientras tanto, Roberta (Aida Roa), la comandante de la policía local, espera rescatar a su hijo del submundo criminal, y acaba cruzándose con Isabel y María. Tres destinos se unen en un mundo de confusión y abandono donde, a pesar de todo, el espíritu humano para rebelarse contra la desgracia persiste.

Manto de gemas, opera prima dirigida por Natalia Lopez
Escena de «Manto de gemas», opera prima dirigida por Natalia Lopez.

Natalia López habla de ‘Manto de gemas’

He vivido en el campo mexicano durante década y media, y he sido testigo del progresivo colapso de nuestro tejido social y he soñado con la caída de cabezas. Tengo dos hijos y he imaginado, medio soñando, a través de la niebla… la vida cotidiana de padres con hijos asesinados o desaparecidos, lo suficiente para sumirme en una oscura tristeza.

Pasé un año en el proceso de casting hablando con la gente del pueblo donde vivo. Conocí a una familia que había secuestrado a un hombre y lo tenía prisionero en su propia casa. Mientras tanto, el padre se dedicaba a su trabajo como taxista y amaba a sus hijos. Los niños seguían yendo a la escuela, con su madre trabajando duro en casa, y la vida continuaba. Uno de los niños, un 16 años, coqueteaba con el mundo criminal; también le gustaba bailar y ayudar a su madre en las tareas cotidianas. La familia era generosa con sus vecinos, jugaba al fútbol con su comunidad y asistían a fiestas. La bondad parecía ser su principal cualidad. Pero necesitaban más dinero. México es como un Dios con múltiples rostros y el mismo número de contradicciones.

Esta película trata de lo que llevamos dentro después de años de acumular, en nuestras mentes y sueños, infinitas imágenes de tortura. Mapas de fosas clandestinas, rostros de desaparecidos, homicidios de hombres y mujeres por igual. Mi deseo es referirme a una herida espiritual y a su dimensión psicológica, la que no es visible.

He imaginado esta película como un collage que refleja un universo en el que todos los personajes contribuyen -como víctimas o agresores- al ciclo de la villanía, sin darse cuenta de ello. Lo hacen como una dinámica social, tal y como sucede en nuestra realidad cotidiana. Las tres mujeres protagonistas manifiestan una acumulación inconsciente de impotencia, miedo o culpa. Vienen de universos diferentes universos, pero sus caminos están unidos por una mujer desaparecida.

Fuente: Visit Films

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