Fernando Franco a por su primera Concha de Oro

‘La consagración de la primavera‘, tercer largometraje de Fernando Franco, está protagonizada por Valèria Sorolla, Telmo Irureta y Emma Suárez. La película competirá por la Concha de Oro en la 70 edición del Festival de San Sebastián, que se celebrará entre el 16 y el 24 de septiembre de 2022. Será la tercera vez que el cineasta sevillano participe en la Sección Oficial de Zinemaldia, después de que en 2013 su ópera prima, ‘La herida‘, se alzara con el Premio Especial del Jurado y la Concha de Plata a la Mejor Actriz para Marian Álvarez; y de que en 2017 presentara su segunda película, ‘Morir’.
‘La consagración de la primavera‘ nos presenta a Laura (Valèria Sorolla), que acaba de llegar a Madrid para instalarse en un Colegio Mayor y estudiar la carrera de Químicas. Sola y casi sin dinero, intenta adaptarse a su vida universitaria mientras lidia con sus inseguridades. Una noche, por casualidad, conoce a David (Telmo Irureta), un chico con parálisis cerebral que vive con su madre, Isabel (Emma Suárez). Laura inicia con ellos una relación de confianza mutua que le ayuda a superar sus complejos y afrontar una nueva etapa hacia la madurez. La consagración de la primavera es una historia sobre ese momento vital en el que todo es posible y sobre cómo el encuentro más inesperado nos puede cambiar la vida.
Una historia sobre crecer y aprender a relacionarse con el placer y los miedos, con quién es uno realmente y sobre cómo el encuentro más inesperado nos puede cambiar la vida. Fernando Franco admite que “desde ‘La herida’ es patente su gusto por un cine fundamentado en el retrato psicológico de personajes que pasan por situaciones emocionales de encrucijada vital. Laura proviene de un entorno conservador que nada tiene que ver con lo que encuentra en la casa de David, una especie de oasis de tolerancia al que no está nada habituada. Su paso a la madurez consistirá, fundamentalmente, en replantearse las nociones que traía inculcadas y darse cuenta de que todo es bastante más ambiguo que ciertas categorizaciones morales maniqueas. Es un personaje que conecta inevitablemente con esa situación por la que todos, de un modo u otro, hemos pasado: la emancipación, el abandono del nido y la consolidación de una personalidad propia”.