Jordan Peele regresa con ‘Nop’, una oscura pesadilla pop, mezcla de insólita ciencia ficción y complicado thriller social, de la que nace la violencia, el riesgo y el oportunismo que siempre acompañan a la novelesca historia del Lejano Oeste estadounidense… y a la industria del espectáculo.

En la estela del éxito de ‘Déjame salir’ y de ‘Nosotros‘, dos películas que sacudieron y redefinieron el género de terror, Jordan Peele quería ampliar su lienzo cinematográfico y, de paso, enfrentarse a un nuevo reto en su carrera de cineasta: la película del verano. ‘Nop’ es la historia de mayor envergadura que he contado hasta ahora”, dice el director. “Desde un punto de vista meramente cinematográfico, todo el proceso ha sido una auténtica aventura. Todos los departamentos se han arriesgado y entregado al máximo. Empecé a escribir un guion para una película sin saber si conseguiría rodarla. Luego reuní a un equipo para que me ayudara a sacarla adelante”.

Al explorar las posibles opciones, un subgénero de “la película del verano” le pareció el más apto para una reinvención. “Se me ocurrió que podría hacer la gran película americana OVNI, una cinta de terror con platillo volante”, explica Jordan Peele. “Pero no solo sería una película de terror con platillo volante, sino la película de platillo volante por antonomasia. Es un género nada fácil porque se trabaja con un decorado muy complicado de abarcar, el cielo. Debo decir que ‘Encuentros en la tercera fase‘ es una de mis grandes influencias, tanto por su alcance como por su visión, pero sobre todo por la habilidad que demuestra Steven Spielberg haciéndonos sentir que estamos ante la presencia de otro mundo. Una experiencia inmersiva semejante era lo que buscaba desesperadamente. Sin embargo, el género suele entregar maravillosas cualidades a una civilización alienígena mucho más avanzada que la nuestra. Ahora bien, ¿y si la verdad fuera mucho más sencilla y oscura de lo que hemos imaginado hasta ahora?”

Como en las películas anteriores de Jordan Peele, ‘Nop’ reserva unas cuantas sorpresas al espectador, que ya se ha hecho una idea de lo que espera ver cuando entra en el cine. “Si mostramos tan poco en los tráileres y en todo el material publicitario es porque así lo mejor está por venir”, comenta el productor Ian Cooper. “Jordan diseña películas para que el espectador lo pase realmente bien si no está seguro de lo que va a ocurrir”.

Eso sí, no volverán a mirar al cielo del mismo modo. “Es una película de terror, desde luego, pero también tiene una vertiente de ciencia ficción”, sigue diciendo. “Nos pareció muy importante llegar al equilibrio correcto para que se inclinara más hacia el terror que hacia la ciencia ficción. Al principio del rodaje, Jordan me dijo: ‘Ojalá, después de ver esta película, la gente mire a las nubes como miraban el mar después de ver Tiburón’. Incluso mientras rodábamos, con auténticas nubes en el cielo, era fácil imaginar lo molesta que podría llegar a ser semejante fobia”.

Nop, dirigida por Jordan Peele
Escena de «Nop», dirigida por Jordan Peele.

‘Nop’, como todas las historias de Jordan Peele, no se limita a producir sustos y escalofríos, a aterrar y entretener, también aprovecha para profundizar en algunos temas. La película es un espectáculo en sí, además de examinar la forma en que el espectáculo moldea la cultura y la idea que nos hacemos de nosotros mismos. Cuando los personajes principales presencian un fenómenos sin documentar en el cielo del rancho Haywood, todos sin excepción, aunque por diferentes razones y a su manera, se sienten obligados a documentar la anomalía. “El ADN de la película trata de la adicción del ser humano por el espectáculo”, comenta el director. “Y cuando el dinero se entromete, aparece una explotación masiva de lo que debería ser sencillamente puro y natural”.

De hecho, el primer título de la película lo dejaba muy claro. “El título que se le ocurrió a Jordan en el primer momento fue ‘Pequeños hombres verdes’. Desde nuestras primeras conversaciones, la idea de la búsqueda de la fama y de la fortuna se mezcló con el deseo de documentar la vida más allá de la Tierra”, explica Ian Cooper. “Había un doble sentido en ‘Pequeños hombres verdes’: podía referirse al color verde de los billetes de dólar, así como a alienígenas y un mundo desconocido”.

‘Nop’ también explora y critica cómo se hace cine y a la propia industria cinematográfica. “Mi idea era hacer algo que criticara y también homenajeara a lo que hacemos”, añade Jordan Peele. La cinta muestra las habilidades y conocimientos de personas que nunca aparecen en la pantalla; en cine, el equipo técnico. O sea, los domadores de animales, los directores de fotografía, los expertos en tecnología… Los que crean las imágenes increíbles que aparecen en la pantalla, pero a los que nunca vemos. También pone el foco en los actores olvidados, sobre todo los niños a los que la industria abandona en cuanto dejan de ser adorables. ‘Nop’ es una película acerca de querer ser visto y reconocido; o parafraseando a los millennials: ‘Si no hay foto no ocurrió’”, dice Ian Cooper. “También tiene que ver con lo que significa ser invisible en Hollywood, a pesar de formar parte íntegra y necesaria del espectáculo que se desarrolla en la pantalla”.

La idea está representada en la famosa secuencia compuesta de dieciséis fotografías de un jockey negro a caballo. Creado por Eadweard Muybridge en 1887, el juego de placas nº 626, conocido como “Caballo en movimiento”, perteneciente a “Locomoción animal”, es uno de los primerísimos ejemplos de cronofotografía, un método para mostrar el movimiento y, consecuentemente, los cimientos de la industria cinematográfica. Las fotografías se encuentran en la colección permanente de la Gallery of Art, en Washington DC, indicando el nombre de la yegua y de su dueño. Pero no ocurre lo mismo con el nombre del jockey negro. “Ian Cooper me dio un libro sobre Eadweard Muybridge”, recuerda Jordan Peele. “Fue la clave que me permitió llevar a cabo el comentario, la exploración del medio, de Hollywood y de la misma industria cinematográfica, así como la explotación innata que nace de esta industria desde sus inicios”.

El simbolismo de estas imágenes no se olvida fácilmente. “A Jordan le atrajo la idea de que  el primer protagonista cinematográfico – el actor, el especialista y el domador – es el Jockey de Muybridge; un hombre negro de perfil al que nadie conoce cabalgando eternamente”, explica Ian Cooper.

Escena de 'Nop', dirigida por Jordan Peele
Escena de «Nop», dirigida por Jordan Peele.

En la película, OJ y Emerald Haywood son los descendientes y herederos de este mismo legado, tanto literal como metafóricamente. “El corazón de la película es un hermano y una hermana, y su capacidad por descubrir que están conectados y que siempre sean reconocidos”, dice el director. “La película trata del espectáculo, de nuestra adicción y atracción por el espectáculo. Pero también de la necesidad interior que todos tenemos de ser vistos, reconocidos por quién somos y qué somos”.

Las personalidades de OJ y de Emerald reflejan la dualidad de la industria e incluso del propio Jordan Peele. OJ prefiere la paz y la soledad que aporta el anonimato; su trabajo le gusta y le llena. Emerald busca la atención y los focos. “En muchos aspectos, OJ y Emerald representan dos aspectos de mi personalidad”, reconoce Jordan Peele. “Por una parte, me gusta mucho la privacidad. La idea de que una muchedumbre pueda reconocerme de golpe me aterra, como aterra a casi todo el mundo. Pero, por otra parte, escogí una carrera que me coloca delante de todo el mundo. Estos dos personajes representan esa extraña yuxtaposición”.

También merece la pena mencionar el hecho de que ‘Nop’ – por su mera existencia – es un comentario acerca del anonimato del jockey negro en 1887, y la creciente visibilidad de personas negras, indígenas y de color delante y detrás de la cámara. “No es una película sobre la raza per se, aunque la raza sí tiene que ver con la idea de la espectacularización y de la explotación”, añade el director. “Pero la película debe reconocerse como algo que no hubiera podido realizarse hace cinco años. Con eso me refiero a que se trata de una historia original protagonizada por personas de color, dirigida por una persona de color, con un elevado presupuesto y un contenido bastante raro. Es de suponer que no se hacen películas así. Por lo tanto, el alma de la película, solo por el hecho de existir, nos obliga a homenajear a todas esas personas que nunca pudieron saludar, todas esas personas a las que no se permitió la oportunidad de tener éxito o de fracasar. De eso va la película”.

Luego, si nos limitamos al entretenimiento, es tremendo. “Escribí ‘Nop’ en 2020, en plena pandemia”, comenta Jordan Peele. “Fue una época muy rara. En cierto modo, la película también refleja el horror de entonces y sus consecuencias actuales. Me sirvió para escapar de la rutina diaria a la que estaba sometido y también quiero que aporte lo mismo a los espectadores”. En cuanto al título, el director dice: “La palabra ‘Nop’ en inglés tiene diversos significados: ‘No’, ‘Ni hablar’, ‘Qué va’. Siempre me gusta meterme en la cabeza del público. Pero sé que a mucha gente no le apetece ver una película de terror, no quiere ver algo oscuro y retorcido. Pero ‘Nop’ es una invitación para estos espectadores, un poco como si les dijera: ‘Vale, sé que estás ahí, es una película de miedo, sí. Pero por lo menos reconozco que también hay algo para ti en este género”.

Tanto para el director como para el productor, que son amigos desde la adolescencia, la película también es un homenaje a quienes eran entonces. “Cuando teníamos 15 años, Ian y yo solo veíamos películas”, recuerda Jordan Peele. “Mientras nuestros amigos adolescentes estaban por ahí pasándolo bien, fumando petas o metiéndose mano, nosotros estábamos en un cuarto decidiendo si veíamos ‘Alien‘ o ‘Le llaman Bodhi’. Para mí es un honor realizar todo este proceso con él. Es un artista alucinante, pero también estaba seguro de que sería el mejor productor cinematográfico. No puedo hacer esto solo. Ian es como un ejército de un hombre protegiéndome”. A lo que Ian Cooper añade: “Hablamos mucho de hacer películas que nos hubiera gustado ver una y otra vez cuando éramos jóvenes. Creo que gran parte de nuestro esfuerzo haciendo películas matizadas y complejas como las nuestras se debe a una noción de máquina del tiempo para atraer a los soñadores que éramos a los 15 años”.

Los dos soñadores quinceañeros de entonces se dedican ahora a reinventar las películas de género que vieron en el pasado. “Me encantan las películas de género porque crean expectación”, dice el director. “Hay una serie de normas y de reglas para contar ciertas historias y conseguir ciertas emociones. Como espectadores, lo tenemos muy aprendido y nos ayuda a saber qué tipo de película vamos a ver. Pero también nos da la oportunidad de subvertir las reglas y las normas. Así, cuando se supone que van a darte un susto, aparece una situación cómica. Pero cuando crees que va a ser divertido, te arranca el corazón. Mediante este proceso de subversión del género conseguimos hacer películas que no entran en ninguna de las categorías conocidas”.

Fuente: Universal Pictures

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