Nos adentramos en la recta final del Festival de Sitges 2022, que muestra una excelente salud a tenor de las primeras cifras de público compartidas por la organización. El certamen sigue reconociendo en esta edición el talento de veteranos nombres asociados a lo mejor del fantástico, como el artista de efectos especiales Colin Arthur o el compositor Claudio Simonetti, que recibieron sendos premios por sus brillantes trayectorias. La organización del festival entregó también dos nuevos galardones ‘Máquina del tiempo’ a los realizadores Ti West y Quentin Dupieux, ambos presentes además en la sección oficial del certamen con sus últimos títulos.

Los fans del fantástico aún pueden disfrutar de múltiples títulos de aquí al próximo domingo tanto en formato online como en las salas, donde el sábado tendrán lugar los pases sorpresa y las últimas maratones de madrugada. Antes de conocer el palmarés que se dará a conocer este sábado, os hablamos de los últimos que hemos visto en las pantallas de Sitges.

La piedad (España). Dir. Eduardo Casanova

Con él llegó el escándalo. Un par de días antes del estreno en Sitges 2022 de su segunda película como director, Eduardo Casanova era tendencia en las redes por su enfrentamiento con la ultraderecha y sus seguidores, a raíz de unas declaraciones en las que rechazaba a cualquier votante de VOX como potencial espectador de sus películas. Polémicas sociopolíticas aparte, parece claro que el nuevo filme de Casanova (como ya sucedía con su ópera prima ‘Pieles’) no es una obra para todos los públicos.

El director sigue enganchado a una estética tan estridente como el énfasis con el que subraya cada uno de los conflictos que vemos en pantalla. La sutileza no entra en los planes de ‘La Piedad’, que narra las consecuencias trágicas de una relación maternofilial de enfermiza codependencia desde el simbolismo surrealista y el humor negro con abundantes licencias bizarras. Dentro de un conjunto con altibajos, hay que alabar sin miramientos a una magnífica Ángela Molina, cuyo diálogo sobre la maternidad con el personaje de Ana Polvorosa se convierte en lo mejor de una obra irregular, que nos muestra a un autor con interesantes referentes y en continua búsqueda de una personalidad propia aún por pulir.

La piedad, dirigida por Eduardo Casanova. Sitges 2022

Nightsiren (Eslovaquia). Dir. Tereza Nvotová

Con un premio del Festival de Locarno bajo el brazo llegaba a Sitges 2022 el segundo filme de la eslovaca Tereza Nvotová, una estimulante entrega de folk horror sobre una mujer que regresa a las montañas donde creció para desvelar varios enigmas ligados a un pasado familiar traumático y a un entorno de lo más hostil, donde se excluye a aquellos que discuten sus valores y tradiciones, o directamente se los acusa de herejes.

Nvotová apuesta por una estructura episódica para narrar esta fábula de brujas modernas que combaten los abusos de un patriarcado rural religioso y ultraconservador que, aunque parezca hiperbólico no dista tanto de una realidad palpable en determinados entornos de nuestra Europa actual. Aunque pueda discutirse si su estructura narrativa es la más conveniente (por su complejidad frente a lo sencillo de la historia), ‘Nightsiren’ tiene muy clara la denuncia que quiere hacer, aprovecha bien el entorno, y juega hábilmente la baza de la ambigüedad sobre la auténtica naturaleza de sus personajes centrales. Destacamos también el trabajo del reparto femenino al completo, y en particular el de su espléndida protagonista Natalia Germani.

Nightsiren, dirigida por Tereza Nvotová

Deadstream (USA). Dir. Joseph Winter, Vanessa Winter

Sin duda una de las grandes sorpresas de Sitges 2022, y una de las grandes favoritas de los espectadores. ‘Deadstream’ es una divertidísima entrega del subgénero de ‘metraje encontrado’ protagonizada por un alocado streamer que, en su intento por recuperar seguidores y patrocinios, decide retransmitir en vivo su visita a una casa encantada, donde se enfrentará a un espíritu vengativo con el que sorprendentemente guarda varios puntos en común.

La película nos presenta a un personaje central (interpretado por el propio Joseph Winter) tan antipático como hipnótico en su incesante lucha por captar la atención de unos fans por los que está dispuesto a hacer cualquier sacrificio. ‘Deadstream’ contiene un par de sobresaltos muy bien colocados, y critica ciertos excesos de estos ‘héroes’ de las redes, pero es sobre todo una comedia brillante que exprime al máximo los escasos recursos de su propuesta (el espacio, las cámaras de vigilancia, el sonido, los comentarios de los seguidores, los hilarantes vídeos que le envían…) lo que le otorga, por su extraordinaria economía de medios y su humor en estado de gracia, un lugar de honor en algún punto de cruce entre dos maravillas recientes como ‘Host’ y ‘Lo que hacemos en las sombras’.

Deadstream, dirigida por Joseph Winter y Vanessa Winter

Fumar provoca tos (Francia). Dir. Quentin Dupieux

Además de recoger un premio honorífico en esta edición, Quentin Dupieux, enfant terrible del fantástico francés presentaba en Sitges 2022 nada menos que dos filmes. El primero de ellos, ‘Fumar provoca tos’ se estrenó hace unos meses en el Festival Cannes y llegaba al certamen catalán con vocación de llenar las plateas de carcajadas como alivio cómico a la sobredosis de thrillers que ofrece habitualmente la parrilla.

Aunque a primera vista podríamos intuir que Dupieux pretende burlarse del exitoso subgénero de superhéroes, pronto entenderemos que el cineasta concita a su alocada ‘Tabac Force’ como pretexto para desplegar un particularísimo Decamerón con digresiones sobre la trama central en forma de historias impregnadas de su habitual humor surrealista. ‘Fumar provoca tos’ no es sutil ni es memorable, pero a poco que el espectador se deje arrastrar por su invitación al absurdo, disfrutará de una estimulante invitación a la risa floja. Ojo a un reparto plagado de estrellas del cine francés sin miedo a salir de su zona de confort.

Fumar provoca tos, dirigida por Quentin Dupieux. Sitges 2022

Watcher (USA). Dir. Chloe Okuno

Una joven estadounidense se traslada con su prometido (de origen rumano) a Bucarest, donde a este último le han ofrecido un destacado puesto de trabajo. A los problemas de adaptación derivados del desconocimiento del idioma y de un cierto shock cultural, se suma una sensación de estar siendo acosada por un extraño que vive en el vecindario, todo esto mientras un asesino en serie está causa el pánico en la ciudad con cuatro víctimas a sus espaldas.

Maika Monroe (‘It Follows’) protagoniza una película que recoge estructuras archiconocidas del psycho-thriller ochentero para reciclarlas con una puesta en escena pulcra pero en modo alguno novedosa. Su guion tiene un estimulante giro mediado el metraje, pero su segunda vuelta de tuerca precipita la historia al abismo del tópico. Y, por supuesto, ese retrato vergonzosamente estigmatizador de una Europa del este de pesadilla solo podría salir de un guion escrito por norteamericanos.

Watcher, dirigida por Chloe Okuno

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