
El Festival de Gijón 2022 sigue en marcha, habiendo demostrado en sus primeros días el insobornable carácter distintivo de su programación y el inagotable interés del público asturiano por este veterano certamen de cine independiente, pues sus distintas sedes han registrado una asistencia notable con varias sesiones en las que se ha colgado el cartel de «no hay entradas».
Por Gijón han pasado estos días cineastas como el austríaco Ulrich Seidl, el italiano Andrea Pallaoro o la española Pilar Palomero, en un pase especial de su celebrada ‘La maternal’, o Albert Serra que llenó el Jovellanos de la cinefilia más sibarita para presentar su última rareza ‘Pacifiction’ antes de ofrecer un coloquio en el que volvió a dejar muestras de su inefable personalidad.
Os hablamos a continuación de las últimas películas que hemos podido ver en Gijón.
La mujer de Tchaikovsky (Rusia). Dir. Kirill Serebrennikov
Tras las impactantes ‘La fiebre de Petrov’ y ‘Leto’, Kirill Serebrennikov, nombre fijo en el Festival de Cannes y uno de los cineastas rusos más aclamados de este siglo, presenta un ambicioso proyecto biográfico sobre la figura de Antonina Miliukova, esposa del compositor Piotr Tchaikovsky. Se trata de una tragedia romántica sobre la obsesión de esta joven por la figura del músico y las continuas desplantes del genial músico hacia su mujer, fruto de su carácter huraño, sus problemas económicos y, principalmente, su orientación sexual.
La película no solo se atreve a discutir la personalidad del genial autor, sino también las formas del biopic al uso. Pese a aparcar la radicalidad estética de sus obras inmediatamente anteriores, Serebrennikov se vuelca en ofrecer una experienca visual sublime, cuidando al máximo la puesta en escena, el encuadre de cada plano, la iluminación de los espacios y la dirección artística, optando además por un par de curiosas rupturas oníricas dentro una narración que relega a la elipsis los arquetipos del relato biográfico clásico.
También hay que resaltar el excelente trabajo de Alyona Mikhailova en el papel protagonista, que destaca frente a un correcto Odin Lund Biron en la piel de un Tchaikovsky retratado con menos matices.
Tetuán (España). Dir. Iratxe Fresneda
Dentro de la sección Tierres en Trance del Festival de Gijón 2022, pudimos ver el estimulante documental ‘Tetuán’, filme que recoge material de archivo y testimonio directo de distintos personajes cuyas vidas han estado marcadas por las migraciones y el exilio, en un largometraje que viaja en busca de respuestas desde el antiguo protectorado español en Marruecos, hasta Rumanía, pasando por el País Vasco.
La cineasta vizcaína Iratxe Fresneda retoma algunos elementos de sus anteriores trabajos ‘Lurralde hotzak’ y ‘Los ecos del Irrintzi’, manteniendo su predilección por una narrativa que evoluciona desde un concepto inicial sencillo y concreto, para abrirse a un relato coral que invita a reflexiones amplias sobre la memoria, las fronteras, las conexiones humanas y el diálogo intergeneracional. Se trata de una obra pausada y de tono lírico, que crece a medida que nos presenta pequeñas historias de tanto interés como la de la fotógrafa suiza Annemarie Schwarzenbach.
Monica (USA). Dir. Andrea Pallaoro
Tras su paso por la sección oficial de la Mostra de Venecia, el cineasta italiano, afincado en Estados Unidos, Andrea Pallaoro presentó en el Festival de Gijón 2022 el notable drama ‘Monica’. Estamos ante un sólido y sutil estudio de personaje sobre una joven transexual que trata de resituarse a través de la superación de una reciente ruptura y de la reconexión con su madre gravemente enferma, tras años sin verse.
Para plasmar esta emotiva historia sobre pérdidas y reencuentros, Pallaoro opta por el formato 1.2:1 y recurre a una narración contemplativa y sugerente, cuyas claves se ocultan en el fuera de campo. Retrata además a su magnética protagonista (Trace Lysette) con un permanente halo de misterio en su búsqueda identitaria. Destaca también el gran trabajo de la siempre excelente Patricia Clarkson y una ecléctica banda sonora en la que tienen igual cabida Common People y Dragostea Din Tei.
Serviam (Austria). Dir. Ruth Mader
La interesante ‘Serviam’ se desarrolla en un internado para niñas de familias de la élite austriaca regentado por monjas, donde asistimos a las artimañas de varias de ellas para controlar la institución, así como a las vivencias de las jóvenes internas con sus distintas experiencias con respecto a la fé en pleno desarrollo hormonal.
La película de Ruth Madder, coescrita junto a su guionista habitual Martin Leidenfrost, se compone de estudiados planos fijos que buscan incomodar con sus premeditadas asimetrías, y opta por el thriller al mostrar cómo una de las niñas enferma y una joven monja la oculta del resto de sus compañeras con un propósito misterioso. Aunque coquetea con lo místico, Madder se decanta finalmente por una lucha de poderes más terrenal. Buen trabajo de la actriz germano-rumana Maria Dragus (‘Los exámenes’).