Lo de Lukas Dhont hacia sus personajes es algo hasta cruel y seguramente conflictivo para muchos de sus espectadores, como ya ocurría con el desenlace de ‘Girl‘, pero si algo le hace salir exitoso de ‘Close‘ es esa capacidad para encontrar ese refugio tras la tragedia, para permitir que los miedos, silencios y culpas se disipen entre los brazos de quien comprende mejor que nadie tu dolor, tendiéndote la mano para seguir adelante.

Con la amistad (o algo más) entre Léo y Rémi, dos niños recién entrados en la secundaria como foco, Dhont dedica la primera mitad de su película a bañarnos en ese cariño entre ambos, siempre compartiendo planos, sin miedo a lo físico, jugueteando con inocencia y cercanía en un ejercicio de proximidad que los separa del resto de personajes que cruzan por la cámara. El foco son ellos, y todo lo demás baila a su alrededor con la amenaza de ir torpedeando la que parece una de esas amistades inseparables que se remontan a la misma infancia que ambos están a punto de abandonar.

Es en su segunda mitad donde el belga asesta la tragedia, convirtiendo rápidamente la obra en un espacio de soledad, de dolor, de incomprensión y de rabia reprimida para un Léo incapaz de expresarse ni de procesar lo ocurrido, escondiendo su actitud en una falsa sensación de normalidad para tratar de borrar sus sentimientos. Es en ese contraste de espacios, emociones y ausencias donde ‘Close’ se engrandece, dejándose llevar hacia el trabajo de un reparto magnífico en su capacidad para batallar entre silencios.

Close, dirigida por Lukas Dhont
Eden Dambrine en ‘Close’, dirigida por Lukas Dhont

El debut de Eden Dambrine es de una fuerza y un magnetismo extraordinario, reforzando toda su vida interior en unas miradas que demuestran primero la calidez y después el dolor, apoyándose en la sensibilidad y química con una Émilie Dequenne que se maneja entre las preguntas que no se atreve a hacer, los abrazos que no se atreve a dar, la humanidad para persistir en el apoyo a la única persona que le puede devolver de alguna manera ese recuerdo de lo perdido, y la resistencia para colocar en Léo todo el amor que le queda por ofrecer.

‘Close’ es otra de esas bombas emotivas que juegan sus cartas sobre el terreno de la infancia, resbaladizo y peligroso como ningún otro, pero con la suficiente consciencia para no cruzar ninguna línea roja, entregando al espectador la calidez que merece tras encogerle el corazón por el camino. De una belleza que alivia.

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